El fantasma del impuesto a la renta financiera sobrevuela la city porteña
Durante las últimas semanas, la plausible implementación del impuesto a la renta financiera ha venido haciendo ruido en el mundillo de la city porteña...
29 de Julio de 2013
Durante las últimas semanas, la plausible implementación del impuesto a la renta financiera ha venido haciendo ruido en el mundillo de la city porteña. Esta bandera agitada por el oficialismo (y que, debe tenerse presente, cuenta con apoyo opositor) es vista con cierto resquemor desde el sistema bancario, puesto que se computan reparos frente a cómo la iniciativa podría golpear contra una de las alternativas de inversión más populares entre los argentinos: los plazos fijos.
El mayor efecto de una medida de este tipo desembocaría, con toda probabilidad, en una baja en los depósitos. Atendiendo al hecho de que el crédito privado ha crecido un 14% en el año en curso, los depósitos (componente esencial en la constitución de préstamos) avanzaron apenas un 11%, conforme cifras compartidas por el Banco Central. El menor crecimiento de los plazos fijos se profundizó ante la avanzada del dólar blue o paralelo, por lo que en la City temen que la aplicación de este nuevo tributo profundice la tendencia imperante de "quedarse liquido" para ir a comprar billetes en el mercado no oficial antes de anclar esos pesos en una cuenta bancaria. En este tren, sirve refrescar que practicámente no existe oposición política en desacuerdo con gravar las ganancias devueltas por operaciones financieras y bursátiles.
El mayor efecto de una medida de este tipo desembocaría, con toda probabilidad, en una baja en los depósitos. Atendiendo al hecho de que el crédito privado ha crecido un 14% en el año en curso, los depósitos (componente esencial en la constitución de préstamos) avanzaron apenas un 11%, conforme cifras compartidas por el Banco Central. El menor crecimiento de los plazos fijos se profundizó ante la avanzada del dólar blue o paralelo, por lo que en la City temen que la aplicación de este nuevo tributo profundice la tendencia imperante de "quedarse liquido" para ir a comprar billetes en el mercado no oficial antes de anclar esos pesos en una cuenta bancaria. En este tren, sirve refrescar que practicámente no existe oposición política en desacuerdo con gravar las ganancias devueltas por operaciones financieras y bursátiles.
El mercado de valores argentino siempre ha sido considerado pequeño frente a otros en la región como Brasil y Chile, cuando se analiza el volumen negociado, relativamente bajo desde 2011 al presente. En 2012, el volumen efectivo negociado en acciones se redujo el 26,97% respecto a 2011, de acuerdo al Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), y ésta caída continúa representando uno de los mayores problemas que atraviesa el mercado argentino. Siempre según el IAMC, a diciembre de 2012, la capitalización bursátil de las empresas domésticas totalizaba 166.035 millones de pesos (US$ 33.867 millones), lo que signó una caída del 11,50% en su comparativa frente a fines del año anterior, o del 22,40% echando mano de la divisa estadounidense como parámetro.
Asimismo, si se lo compara con el máximo de la serie histórica (enero 2011), la capitalización medida en pesos se precipitó en un 37,50%, pese a que logró revalorizarse tras alcanzar su piso en octubre de 2012, instancia en la superó el mínimo anterior cosechado en diciembre de 2001.
Los potenciales interesados en atender a los volúmenes negociados en empresas del panel general, asistirá a un compendio de montos diarios exiguos, por momentos menores a $10 mil (datos disponbiels en el portal www.bolsar.com). Aquellos no familiarizados con el quehacer bursátil podrán tener en cuenta que las acciones lideres que dan forma a la columna verterbral del Merval son las que manejan mayor volumen de dinero, traspasando holgadamente el millón de pesos diarios. En 2012, Tenaris y Grupo Financiero Galicia fueron los más negociados. Tampoco sobra apuntar que, si cualquier inversor del país confió oportunamente sus ahorros al promocionado hasta el cansancio "Bono de YPF" (en los hechos, obligación negociable, y no un bono per se) también se verá forzado a tributr renta sobre el neto de los intereses devengados. Finalmente, no será difícil concluir que la idea de gravar la renta financiera conlleva más impacto mediático que económico; se trata de nueva prosa para ahuyentar al inversor minoritario del sistema, empujándolo a seguir fogoneando las transacciones del mercado paralelo del billete estadounidense, y en claro desmedro de las inversiones en pesos.
El INDEC publicó que, a fines de 2012, los distintos actores económicos de la Argentina acumulaban activos en el extranjero por US$ 257.982 millones (+3,8% respecto a 2011), y pasivos por US$ 211.537 millones (+4,5% anual). Radiografía que arroja un superávit de US$ 46.045 millones, prácticamente el mismo que un año atrás (+0,8%). Los activos financieros involucran títulos de deuda, acciones, bienes inmobiliarios y depósitos bancarios en poder de personas físicas y jurídicas (se incluye al Estado Nacional) en el extranjero, incorporadas también las reservas internacionales del BCRA.
El Estado mantiene deudas con el exterior, aunque su posición ha mejorado durante el último período anual. Los activos del Gobierno Nacional, las provincias y el BCRA totalizaron US$ 52.250 millones, reduciéndose 5,6% y debido principalmente al drenaje de reservas internacionales. No obstante ello, la disminución del pasivo externo (USD 55.379 millones, -7,2%) fue superior a la del activo, explicándose este factor desde el pago de servicios de la deuda (e incluyendo las cancelaciones del cupón PBI, el pago de bonos nacionales y de los préstamos de bancos centrales al BCRA). Como resultado, las deudas netas del Estado totalizaron US$ 3.128 millones, un 27% menos que lo atendido a fines de 2011.
El sistema financiero presenta obligaciones netas con el exterior por US$ 7.104 millones, habiendo empeorado su situación en 2012 (+7,6%). Escenario que deviene en subproducto del incremento del pasivos (US$ 10.274 millones, +4,7%) dada la capitalización de las utilidades retenidas; sucede que el Central modificó la reglamentación para remitir utilidades en su carta orgánica, forzando a las entidades bancarias a utilizarlas para su propia capitalización. También incidió la adquisición de acciones por parte de sociedades extranjeras. Las menores líneas de crédito, de difícil acceso dada la política cambiaria, compensaron parcialmente la suba de los pasivos. En tanto, los activos externos del sistema financiero (US$ 3.170 millones) se mantuvieron inmutables si se coteja con 2011.
La posición acreedora neta del país se debe al sector privado no financiero que, a pesar del cepo cambiario, no ha dejado de acumular activos en el extranjero. Las empresas y hogares poseen activos por US$ 202.561 millones, monto nada despreciable y que equivale al 46% aproximado del PBI (el incremento durante 2012 fue de US$ 12.720 millones). La nota destacada es que, aún con la estricta política de restricciones cambiarias ejerciendo de lastre, el 93% de ese incremento tuvo lugar en el rubro que se corresponde con la salida de capitales (Otros Activos). Por su parte, las obligaciones externas del sector privado totalizaron US$ 145.885 millones, incrementándose en un 10% a partir de la mayor inversión directa (la virtual prohibición de remitir utilidades también impactó profundamente en la conducta de firmas extranjeras radicadas en el país). En el balance, el saldo del sector privado resultó positivo en US$ 56.676 millones, prácticamente el mismo que el acusado un año atrás.
* El autor es Licenciado en Ciencia Política y Licenciado en Periodismo. Dedicado al análisis de temas económicos.
Foto: Kicillof, Boudou y Cristina Kirchner. Clarín.