Ecuador, el mal perdedor

Gabriela Calderón es editora de ElCato.org, investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador).

 

Aquí no liberamos el comercio con nuestros principales socios comerciales, como si lo han hecho los demás países en la costa del Pacífico. Esto parece no importarle al gobierno porque, en años de bonanza y estando dolarizados, las malas políticas públicas —tanto en el ámbito comercial como en otros— no pasan factura, y todo parece andar bien. Pero es un fracaso que limita las oportunidades de desarrollo del país a largo plazo.

 

En diciembre de 2012, ProEcuador anunció que se hallaba analizando la estrategia de exportar al menos doscientos productos hacia los mercados con los que Colombia tiene tratados de libre comercio (TLC) para aprovechar las ventajas arancelarias obtenidas por ese país (1). ¿No hubiera sido mejor tener los TLCs que firmó Colombia, en los cuales Ecuador también pudo participar? Ese anuncio constituye un reconocimiento tácito del fracaso de la política comercial ecuatoriana. Además, no se resuelve la falta de acceso libre de aranceles a los mercados más importantes exportando productos a través de un tercer país.

 

Ahora, frente a la pérdida del ATPDEA y la todavía elusiva renovación del SPG (Sistema General de Preferencias), se pretende resolver este fracaso distribuyendo $23 millones en abonos tributarios a los empresarios afectados. Pero que algunas exportaciones pasen de tener arancel 0 a tener uno desde 6,4% (flores) hasta 35% (atún en aceite) genera daños a largo plazo muy superiores a esta cifra, en pérdida de porción del mercado estadounidense y en perjuicio a otras industrias que proveen insumos para aquellas afectadas por el ATPDEA.

 

Este subsidio traslada el costo del arancel del importador en EE.UU. a los ecuatorianos. La pérdida de porción del mercado es probable considerando que, en varios de los productos que desde ayer pagarían un arancel para ingresar a EE.UU., competimos con Colombia y Perú, países que ya tienen un TLC vigente con EE.UU.

 

Expoflores indica que el verdadero problema es la pérdida de participación en el principal mercado, cosa que ya sucedió cuando Ecuador perdió participación en el mercado canadiense, al entrar en efecto el TLC de ese país con Colombia. (2)

 

Durante las últimas décadas, numerosas empresas han logrado colocar a Ecuador como proveedor líder del mercado en EE.UU. para algunos productos. En ausencia de un TLC, con la pérdida del ATPDEA, y de no renovarse e incluirse estos productos en el SGP, Ecuador podría perder esa importante porción del mercado. Solamente consideremos el caso de las flores: En 2010, entre Colombia y Ecuador abastecían 81% del mercado en EE.UU. (Ecuador abastecía 16%). Ahora, nuestras flores pagarán 6,4% y las colombianas cero; ¿a quién le comprarán las empresas estadounidenses eventualmente y en dónde creen que se captarán más inversiones para la industria florícola? (3)

 

Como mal perdedor, el gobierno insiste en estrategias de apertura e integración comercial fracasadas. Estas incluyen la sustitución de importaciones que aunque sea “selectiva” no deja de tener las mismas falencias que el experimento fallido del pasado, y la adhesión a bloques proteccionistas como Mercosur. Este bloque, aún después de dos décadas, sigue viendo la integración comercial entre sus miembros constantemente interrumpida por los dislates proteccionistas de Argentina y Brasil, y ya mismo cumplirá dos décadas intentando —sin éxito— una liberalización comercial con la Unión Europea. Los malos perdedores, como se sabe, también se juntan.

 

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 2 de julio de 2013.
 

 

Referencias

 

1. "Se analiza exportar 200 subpartidas a través de Colombia". El Universo. 4 de diciembre de 2012.

2. "El impacto por la pérdida del ATPDEA no es solo arancelario". El Comercio. 29 de julio de 2013.

3. "Costo arancelario de la no renovación del ATPDEA y del Sistema General de Preferencias para Ecuador". Cámara de Comercio de Quito. Abril de 2011.