Las elecciones en Argentina podrían determinar el futuro de la democracia en el país

Este domingo, los argentinos irán a las urnas para elegir sus candidatos para las próximas elecciones legislativas. Aunque ello parezca trivial, las primarias abiertas serán, de hecho, el primer paso hacia una elección que podría resultar crítica para el destino de la democracia y la libertad en la Argentina.
 

A fines del año pasado, la presidente del país, Cristina Fernández de Kirchner, motivó protestas a lo largo de Buenos Aires, luego de sugerir la realización de cambios en la constitución para que le sea permitido acceder a un tercer período. La maniobra requeriría el voto de una mayoría de dos tercios en la Cámara de Diputados -el equivalente argentino de la Cámara de Representantes estadounidense- y el Senado.
 

Hasta el momento, el partido de Kirchner -el Frente Para la Victoria o FPV- y sus aliados controlan ambas cámaras. La mitad de las bancas en la Cámara de Diputados y un tercio en el Senado se renovarán. La amplia mayoría de las bancas en discusión -al menos en Diputados- se encuentran en manos de la oposición.
 

Los partidos de oposición en Diputados deberán repetir la excepcional performance de 2009, momento en que derrotaron al FPV, solo para lograr mantener el status quo. El FPV no deberá esforzarse tanto como sus rivales para extender su control sobre el parlamento y darle a Kirchner una amplia mayoría, desde la cual empujar por más reformas de carácter izquierdista y autoritario.
 

Ya en sus primeros seis años al frente de la presidencia, Kirchner ha llevado adelante numerosos ataques en perjuicio de la democracia y la libertad en su país. En efecto, y conforme la columnista de The Wall Street Journal, Mary O'Grady, lo explicara: "La Señora de Kirchner no ha hecho de su admiración por el estilo de gobierno de Hugo Chávez un secreto".
 

En febrero, el gobierno de Kirchner fue censurado por el Fondo Monetario Internacional por falsear los libros estadísticos y morigerar adrede datos sobre la rampante inflación, permitiendo al gobierno embolsarse unos US$ 6.8 mil millones extra. El país incluso se ha esforzado en eludir sus responsabilidades ante acreedores. Sin que ello represente sorpresa, el país ha sido situado en el puesto #160 del Indice de Libertad Económica, preparado por la Fundación Heritage y The Wall Street Journal.
 

En abril, con el abierto apoyo de la presidente Kirchner, se introdujeron reformas judiciales que fueron objetadas por expertos legales, dado que garantizarían un control extensivo sobre el parlamento. Las reformas incluyeron límites ante recursos de amparo que pueden ser interpuestos en contra del Estado, y cambios al modo en que son elegidos los miembros que revisten sobre las cortes federales.
 

Estas reformas sobrevinieron junto a los intentos de Kirchner de debilitar al Grupo Clarín, el único grupo empresario independiente en telecomunicaciones y una de las pocas fuentes que brinda espacio a las voces opositoras contrarias al "kirchnerismo". Luego, por supuesto, existió el intento recurrente de la Administración Kirchner para reclamar control sobre las Islas Falkland/Malvinas, a pesar de un referendo llevado a cabo en el archipiélago durante marzo, en el que un 99.8% de los residentes votaron para continuar bajo dominio británico.
 

Las primarias del próximo domingo son parte de una saga que podría resultar crítica para la nación. Si el FPV expande su territorio, Kirchner podría encontrarse habilitada para aplicar enmiendas a la constitución, y postularse para un tercer período. Teniendo en cuenta sus intentos para saltear a la democracia y a la libertad, la última cosa que Argentina -o la comunidad internacional, para el caso- necesita son otros cuatro años de Cristina Kirchner.

* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés: http://blog.heritage.org/2013/08/09/elections-in-argentina-may-determine-the-future-of-democracy-in-the-nation/