La ambición nuclear de Irán se mantiene, a pesar del carácter 'moderado' de nuevo presidente

Durante la pasada semana, el secretario de prensa de la Casa Blanca declaró que la elección de Hassan Rowhani como presidente de la República Islámica de Irán representa "un llamado al cambio para el pueblo iraní", y "una oportunidad para que Irán actúe rápidamente, con la meta de resolver las profundas preocupaciones de la comunidad internacional en torno de su programa nuclear". Sin embargo, este pensamiento parece remitir a una expresión de deseos.
 

Imágenes satelitales recientemente divulgadas -y analizadas por Jane's Intelligence Review, prestigiosa publicación de Defensa- confirmaron la construcción de un sitio de lanzamiento, específicamente diseñado para la prueba de misiles balísticos. Si Rowhani conserva algún deseo de probar que es un presidente reformista moderado y no simplemente un insider surgido de la Administración anterior, podría comenzar resolviendo esta cuestión.
 

De acuerdo al análisis, el sitio será "una instalación de carácter estratégico, empleada para testear misiles balísticos, y dejando los otros dos sitios libres para que Irán prosiga con su ambicioso programa de lanzamiento de satélites". La totalidad de estos sitios emplean tecnología de misiles balísticos de largo alcance, derivando esto en que los vectores pueden ser fácilmente utilizados para propósitos militares.
 

A partir del anuncio de Jay Carney, vocero presidencial, surge que la Administración Obama podría estar interpretando hechos por ficción, al respaldar la idea de que regímenes rebeldes pueden redireccionar su política exterior y su ideología, con solo una elección. Es cierto que Rowhani fue el más moderado de los candidatos en exposición, remitiendo a una sorpresa que saliera victorioso del comicio. En cualquier caso, difícilmente puede afirmarse que se trató de una elección per se, en contraste directo con el status quo imperante en la República Islámica. Antes bien, el proceso electoral se trató de una selección.
 

En la actualidad, la constitución de Irán otorga al Líder Supremo del país, el ayatollah Ali Khamenei, autoridad y discrecionalidad para dejar sin efecto a cualquier presidente en el proceso de toma de decisiones. Adicionalmente, no representa secreto que el ayatollah define incluso quién aparece como opción para ser elegido en las urnas. En otras palabras, el Líder se arroga el diseño de un escenario en el cual jamás puede perder, puesto que está capacitado para simular un proceso democrático, mientras que retiene el derecho para anular cualquier decisión presidencial, si así lo desea.
 

Antes del comicio presidencial, el analista de asuntos del Medio Oriente de la Fundación Heritage, James Phillips, había predicho que, aún cuando Rowhani triunfara, "ello no conllevaría diferencias en las políticas iraníes, en lo que tiene que ver con los asuntos más importantes para los Estados Unidos de América: armas nucleares, terrorismo, Siria y derechos humanos, [porque] el Líder Supremo es el tomador de decisiones clave en esas políticas y tiene la última palabra de cara a todos los temas importantes en Irán".
 

Las ambiciones nucleares y de Irán y sus aspiraciones de contar con misiles balísticos subrayan la necesidad de un robusto sistema de defensa misilística, que podría proveer de la cobertura necesaria para mitigar la amenaza iraní contra los Estados Unidos  y sus aliados.

* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés: http://blog.heritage.org/2013/08/12/iran-nuclear-ambitions-remain-unchanged-despite-new-moderate-president/