Apple versus Samsung: ¿por qué la Administración Obama debe entrometerse?
Apple y Samsung han estado luchando por las patentes de los teléfonos celulares durante mucho tiempo...
21 de Agosto de 2013
Apple y Samsung han estado luchando por las patentes de los teléfonos celulares durante mucho tiempo. Samsung ganó un asalto en junio, cuando la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC) sentenció a su favor sobre ciertas patentes, y bloqueando, por tanto, la venta de algunos productos de Apple más antiguos. Pero la Administración Obama anuló esa sentencia la semana pasada. Esta debe de tener una buena razón para inmiscuirse en unas disputas legales relacionadas con el comercio, aunque de momento no ha ofrecido ninguna.
Esta es la primera vez en 26 años que una Administración anula la prohibición de un producto dictaminada por la ITC. El presidente lo ha hecho basándose en la defensa de unos imprecisos intereses nacionales. Como comentó el representante comercial de Estados Unidos, Michael Froman: "Esta decisión se basa en mi revisión de varias consideraciones normativas debatidas anteriormente y relacionadas con su efecto sobre las condiciones de competitividad en la economía de Estados Unidos y sobre los consumidores estadounidenses".
Estas palabras podrían excusar casi cualquier acción. Si otro país tomara medidas contra una de nuestras empresas y a favor de una de las suyas (simplemente afirmando que sería negativo para la competitividad y los consumidores) querríamos saber más del caso. La protección de los derechos de propiedad de ese país se pondría en duda y su libertad económica disminuiría. Finalmente, la decisión de la Administración es inquietante y su justificación, inadecuada.
Pero espere, que hay más. También la semana pasada, la ITC emitió otra sentencia sobre un grupo de patentes, esta vez a favor de Apple. Esta sentencia implica la prohibición de venta de algunos productos de Samsung.
Si la Administración Obama únicamente persigue mayor competitividad y el surgimiento de más opciones para el consumidor a corto plazo, también anulará la decisión de la ITC. Prohibir productos de Samsung, ya sea por una buena razón legal o no, tendría el mismo efecto que prohibir productos de Apple. Al fin y al cabo resulta extraño que la Administración se haya entrometido, pero emitir un segundo veto al menos sería coherente.
Si la Administración deja que se mantenga la decisión de la ITC contra Samsung, parecería que lo que realmente se está produciendo es un caso de favoritismo hacia una empresa de los Estados Unidos. Tal discriminación violaría los principios estadounidenses, volviéndose en contra de nuestros intereses económicos.
Ya sea ofreciendo una mejor explicación de por qué se protege a Apple o dictaminando una segunda y extraña (pero coherente) anulación de una decisión de la ITC, el presidente todavía está a tiempo de arreglar esta situación.