Brasil: crece imagen positiva de la presidente Dilma Rousseff
La presidente Dilma Rousseff comienza a recuperarse de la caída de popularidad sufrida durante las masivas manifestaciones populares desarrolladas durante el pasado mes de junio.
26 de Agosto de 2013
La presidente Dilma Rousseff comienza a recuperarse de la caída de popularidad sufrida durante las masivas manifestaciones populares desarrolladas durante el pasado mes de junio. El número de individuos que evalúa su gestión de gobierno como "óptima" creció del 30% al 38% desde el 12 de julio.
La información se desprende de un reciente relevamiento, realizado por el instituto de investigaciones IBOPE, en asociación con el diario "Estado". Las regiones Sur y Sudeste, donde se encuentran las ciudades de Rio de Janeiro y Sao Paulo (principales centros urbanos del país) registraron la recuperación más marcada, alcanzando una mejora de hasta 12 puntos porcentuales. Al mismo tiempo, cayó del 31% al 24% la porción de electores que juzgan al gobierno como "malo". La tendencia no es novedad. Un trabajo de Datafolha realizado durante la primera semana de agosto ya compartía una recuperación de seis puntos en la imagen positiva de Dilma Rousseff.
La información se desprende de un reciente relevamiento, realizado por el instituto de investigaciones IBOPE, en asociación con el diario "Estado". Las regiones Sur y Sudeste, donde se encuentran las ciudades de Rio de Janeiro y Sao Paulo (principales centros urbanos del país) registraron la recuperación más marcada, alcanzando una mejora de hasta 12 puntos porcentuales. Al mismo tiempo, cayó del 31% al 24% la porción de electores que juzgan al gobierno como "malo". La tendencia no es novedad. Un trabajo de Datafolha realizado durante la primera semana de agosto ya compartía una recuperación de seis puntos en la imagen positiva de Dilma Rousseff.
Camino a las Elecciones Presidenciales de 2014
El año próximo, Brasil no solo se hará de los titulares de la prensa internacional debido a la organización del Mundial de Fútbol FIFA. En el mes de octubre, se celebrarán elecciones presidenciales. A estas alturas, observado los comicios a la distancia, podría apuntarse que se trata del proceso electoral de mayor incertidumbre en los últimos diez años a nivel local. La alta popularidad de los líderes del Partido de los Trabajadores (Lula da Silva y Dilma Rousseff) y el buen momento económico que por entonces atravesaba el país, aportaron total previsibilidad a las elecciones de 2006 y 2010. En ocasión de aquellos comicios, las posibilidades de un cambio de signo político en la conducción nacional fueron sustancialmente bajas, mientras que las presidenciales de 2014 encontrarán al gobierno en un escenario económico algo delicado. El PBI crecerá a una modesta tasa del 2% y la inflación se posicionará cerca de los límites aceptables para sectores populares, los cuales desatinan el 100% de sus ingresos a bienes de primera necesidad. La imagen de la jefe de estado, si bien transita un camino de recuperación, se encuentra aún bastante lejos del 70% de aprobación que computaba a inicios de 2013.
Las manifestaciones se han extinguido casi en su totalidad, pero nada impide que vuelvan a surgir, teniendo en cuenta la diversidad de los reclamos ciudadanos no atendidos. Uno de los factores que impulsara las protestas se orientó hacia los poco transparentes y multimillonarios gastos en obras de infraestructura dedicados a la organización del Mundial de Fútbol. No sería de extrañar que las tensiones sociales resurjan justamente durante el desarrollo del evento, instante en que la mirada del mundo volverá a posarse sobre Brasil.
Finalmente, se asiste a un escenario con grandes desafíos político-electorales para el oficialismo y con una oportunidad para las fuerzas de la oposición. Sin bien aún falta un año para las elecciones y un año, en política, ello representa un extenso período de tiempo; en tal sentido, el carácter competitivo de estos comicios podría acentuarse.