Energía: México ingresa al siglo XXI; Obama sigue de fiesta, como si fuera 1938

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto anunció recientemente los primeros -aunque tímidos- primeros pasos para llevar al sector energético de su país (nacionalizado en 1938 por el entonces jefe de estado Lázaro Cárdenas) al siglo XXI. Mientras tanto, el presidente estadounidense Barack Obama parece intentar retrotraer al sector petrolero a 1938, época de medidas en sintonía con el New Deal rooseveltiano.
 

La propuesta de Peña Nieto permitiría el involucramiento de firmas privadas extranjeras (por ejemplo, Exxon, Chevron, Shell) en el sector energético mexicano, en lo relacionado con "exploración y producción petrolera a través de contratos, incluyendo acceso a ganancias o producción". A continuación, el jefe de estado azteca tomó también los pasos necesarios para una reforma similar en el sector eléctrico.

Estados Unidos, por cierto, se mueve en la dirección opuesta. Desde su arribo a la Casa Blanca, el presidente Obama se ha echo eco de políticas energéticas con rigor estatista, precisamente aquellas que los mexicanos están intentando descartar; una muestra es la interposición de obstáculos para el desarrollo del sector privado de la energía (por ejemplo, bloqueando la construcción del oleoducto Keystone, proveyendo de generosos subsidios -que financian los contribuyentes- a onerosos proyectos energéticos, y prohibiendo la perforación en terrenos federales).
 

Un editorial reciente en la prestigiosa revista The Economist se refiere a la reforma propuesta en México por Peña Nieto:
 

Cualquiera sea la reforma que el gobierno anuncie, quedará muy lejos de ser una privatización de Pemex. La firma se encuentra inmersa en un mito de soberanía nacional tan acentuado que, incluso el ministro de Energía -un campeón reformista- insiste en que "no se venderá ni siquiera un solo tornillo".
 

No obstante, Peña Nieto se encuentra en su derecho de perseguir estas reformas: han sido pospuestas durante demasiado tiempo. De acuerdo con el Indice de Libertad Económica de la Fundación Heritage (preparado junto a The Wall Street Journal), México se sitúa debajo del promedio mundial en la variable corrupción; de tal suerte que no sorprende que poderosos grupos estatales y privados con intereses especiales se hayan asegurado de que intentos previos para esta reforma fueran abandonados o terminasen siendo inefectivos. Esta es la manera en que la "maldición del petróleo" ha dañado a las naciones en desarrollo en todo el globo.
 

Lamentablemente, el presidente estadounidense Barack Obama no ha decidido tomar el mismo camino de México.

* El autor, Dr. James M. Roberts, se desempeñó en el Departamento de Estado durante 25 años, antes de unirse a la Fundación Heritage en 2007. Como funcionario del Servicio Exterior, sirvió en las embajadas de Estados Unidos en México, Portugal, Francia, Panamá y Haití. Ha incluso trabajado en una variedad de asuntos relativos al comercio internacional, ayudando a coordinar programas estadounidenses de asistencia y de reforma, por ejemplo, en Europa Oriental.

* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés: http://blog.heritage.org/2013/08/30/energy-as-mexico-finally-enters-the-21st-century-obama-parties-like-its-1938/