La ausencia de realismo en la visión de Barack Obama sobre Siria

Este miércoles 3 de septiembre, el presidente estadounidense Barack Obama envió al secretario de Estado John Kerry, al secretario de Defensa Chuck Hagel, y al Jefe del Estado Mayor, General Martin Dempsey, a testificar ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado sobre el uso de fuerza militar en Siria; ellos testificarán ante el Comité homónimo en la Cámara de Representantes este jueves. El trío fue enviado para persuadir a los legisladores para que apoyen los objetivos de Obama relativos a sus "disparos de advertencia", en un intento para enviar un mensaje al presidente sirio Basher al-Assad luego del reportado empleo -por parte de su régimen- de armas químicas.
 

Pero al-Assad ignorará el mensaje.
 

A lo largo de la audiencia, los senadores Marco Rubio (Republicano, Florida) y James Risch (Republicado, Idaho) remarcaron las consecuencias no deseadas de envalentonar a al-Assad por la vía de un ataque militar "limitado". Este punto necesita, claramente, de mayor debate, conforme el congreso continúa tratando la autorización del uso de fuerza.
 

Rubio y Risch anfatizaron que es improbable que al-Assad reciba el mensaje de advertencia y que, en lugar de ello, éste ganará empuje por cualquier acción militar estadounidense. Después de todo lo que se ha dicho, al-Assad estaría en posición de declamar haberse enfrentado al país con las fuerzas armadas más poderosas del globo, continuando luego con la matanza de ciudadanos sirios. El secretario Kerry incluso reafirmó esta noción, forzando a preguntarse por los objetivos estratégicos de un ataque que terminará envalentonando al líder sirio todavía más.
 

En respuesta a cuestionamientos de los legisladores sobre las inconsistencias de las políticas de la Administración de cara a Siria, particularmente la postura cautelosa e incoherente tomada durante la Primavera Arabe en contra de intervenciones militares y las menciones a "líneas rojas", el secretario Hagel se refirió a un "nuevo conjunto de realidades" que ahora dictan una nueva posición para la Administración.
 

A pesar de la nueva dinámica, la Administración Obama probablemente proseguirá con su desbalanceada postura sobre Siria, incluyendo su prerrogativa de no apoyar un cambio de régimen o de robustecer la provisión de armas de los rebeldes. En lugar de ello, la Administración -aún en el evento de un ataque militar limitado- sigue creyendo que un acuerdo diplomático es posible, y que éste representa un final factible. Pero es improbable que al-Assad se digne a cenar ante una mesa diplomática en los próximos meses.
 

El trío arribó al congreso para promocionar la autorización para el uso de la fuerza en Siria y para consolidar apoyos de cara al proyecto de resolución de la Administración, aunque el presidente del Comité Robert Menéndez (Demócrata, Nueva Jersey) rápidamente puntualizó que cualquier resolución surgida del Comité sería más limitada en su alcance que el lenguaje propuesto por el presidente Barack Obama. El secretario Kerry destacó que "al-Assad no puede gasear o disparar para abrirse camino en su propio atolladero", pero falló a la hora de explicar que tampoco Estados Unidos puede tomar ese camino.
 

Mientras que los tres funcionarios citaron una serie de convenciones, tratados, y que expresiones del estilo "nunca más", lo cierto es que fallaron al momento de proponer una visión estratégica para el plan presidencial sobre Siria y la región.
 

El presidente Obama comparte una historia de proclamaciones azarosas sobre "líneas rojas" y de búsqueda de coberturas políticas. Sin embargo, el presidente ha fracasado a la hora de considerar que la protección de los intereses de seguridad nacional del país demandan mucho más que fuerza; por sobre todo, exigen un liderazgo fuerte.

* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés: http://blog.heritage.org/2013/09/03/obamas-unreal-new-realities-on-syria/