Panorama político: certezas e incertidumbres
Parece acertado apuntar que los resultados de las PASO representaron un golpe difícil de absorber para el oficialismo...
17 de Septiembre de 2013
Parece acertado apuntar que los resultados de las PASO representaron un golpe difícil de absorber para el oficialismo, bastante acostumbrado -al menos, hasta hace poco tiempo- a contar con altos índices de popularidad y adhesiones políticas.
El kirchnerismo apenas alcanzó el 26% a nivel nacional, guarismo muy lejano de aquel histórico 54% obtenido por la Presidente en octubre de 2011. Ni el despliegue del aparato mediático y económico, ni la lubricación de mecanismos específicos en la obra pública lograron aupar a Martín Insaurralde, candidato oficialista en la Provincia de Buenos Aires -madre de todas las batallas y 40% del electorado nacional. Tampoco la lideresa del partido, Cristina Fernández, logró -pese a su esfuerzo- contagiar su aura en el ungido jefe comunal de Lomas de Zamora. Es cierto que el otrora magnetismo de la Presidente de la Nación ya no es lo que era. Los asuntos desatendidos (inflación, inseguridad, corrupción) han alcanzado dimensiones difíciles de excusar, y el electorado lo así lo ha manifestado en las urnas.
El kirchnerismo apenas alcanzó el 26% a nivel nacional, guarismo muy lejano de aquel histórico 54% obtenido por la Presidente en octubre de 2011. Ni el despliegue del aparato mediático y económico, ni la lubricación de mecanismos específicos en la obra pública lograron aupar a Martín Insaurralde, candidato oficialista en la Provincia de Buenos Aires -madre de todas las batallas y 40% del electorado nacional. Tampoco la lideresa del partido, Cristina Fernández, logró -pese a su esfuerzo- contagiar su aura en el ungido jefe comunal de Lomas de Zamora. Es cierto que el otrora magnetismo de la Presidente de la Nación ya no es lo que era. Los asuntos desatendidos (inflación, inseguridad, corrupción) han alcanzado dimensiones difíciles de excusar, y el electorado lo así lo ha manifestado en las urnas.
También habrá que decir que la principal duda que a nivel nacional trae aparejado el 27 de octubre no radica precisamente en la posición asumida por los candidatos sino, antes bien, en la distancia computable entre los mismos. Incluso los sondeos más conservadores adjudican una distancia de al menos 10 puntos entre el Frente Renovador de Sergio Tomás Massa y el Frente para la Victoria de Insaurralde. La brecha registrada en los comicios de agosto fue de poco más de 5 puntos (SM, 34,9%; y MI, 29,6%). Las perspectivas, por lo tanto, no se presentan halagadoras para el kirchnerismo.
Como tampoco es auspicioso para el gobierno que algunos kirchneristas –no demasiados todavía– hayan empezado a romper sus carnets, o a hacer mutis por el foro, acaso en busca de ser admitidos en las huestes del tigrense. Como colofón, en la Provincia de Corrientes –en lo que fue la última elección previa a las legislativas de octubre–, el radical Ricardo Colombi derrotó al ex deportista Carlos Espínola, aspirante a la Gobernación por el FPV.
El oficialismo transita, pues, su hora más difícil, producto de la letra de la Constitución Nacional que, al imposibilitar otro mandato de Cristina Fernández, licúa las posibilidades de continuidad del modelo. Mientras tanto, la gestión de la primera mandataria cosecha desaprobados en las encuestas. Más del 55% desaprueba su gestión a nivel nacional (conforme lo comparte un estudio de Management & Fit); en la Ciudad de Rosario, por ejemplo, el 43% de los ciudadanos estima que CFK gobierna mal o muy mal (consultora Mautone & Asociados). Al mismo tiempo, los problemas económicos que se vislumbran (llamados a adquirir mayor entidad, una vez zanjada la cuestión política) se muestran como una amenaza concreta para la agenda del Gobierno Nacional.
Desmenuzado el pobre panorama del kirchnerismo, quizás sea hora de compartir otra reflexión, teniendo en cuenta los rumores de una "salida anticipada" de Cristina Fernández del gobierno. Creemos que dichos presagios son prematuros e infundados. Prueba de ello es que la Administración intenta bracear contra la corriente, aplicando medidas tardías a criterio de amigarlo con los sectores medios. Asimismo, sondea subterráneamente a Sergio Urribarri y Julián Domínguez como probable dupla presidencial para participar en nombre del FPV en octubre de 2015. Quizás el oficialismo no muestre pericia o efectividad, pero sí voluntad de sobrevivir.
Gráfica que acompaña el artículo: Nivel de aprobación de gestión a nivel nacional | Fuente: consultora Management & Fit