ECONOMIA INTERNACIONAL : JOSE LUIS SARDON

Perú: análisis de competencia

Existen dos métodos para evaluar el nivel o grado de competencia existente en un mercado determinado.

24 de Enero de 2014
Existen dos métodos para evaluar el nivel o grado de competencia que existe en un mercado determinado. El primero, que podríamos llamar convencional, se sustenta en el Índice Herfindahl-Hirsschman (IHH), que refleja la participación promedio de las principales empresas participantes en dicho mercado. El segundo, que podríamos llamar alternativo, enfoca la identificación de barreras legales que impiden el acceso de las empresas a dicho mercado.
 
Desde el punto de vista de la teoría económica, el segundo método es superior al primero por dos razones. La primera es que la construcción del IHH requiere una definición previa del mercado relevante; inevitablemente, ésta tiene un alto grado de discrecionalidad, puesto que supone un juicio respecto a cuán contestable es el mercado que se analiza. La segunda es que el IHH es solo una foto, que no captura el dinamismo del proceso de mercado.
 
Para ilustrar estas debilidades, basta ver qué habría ocurrido si se aplica este método al caso de la telefonía en el Perú. Evidentemente, el nivel de concentración que existe en la telefonía fija es muy alto. Sin embargo, distinto es el resultado, si se enfoca la telefonía en general, tanto la fija como la móvil. Ciertamente, ésta no es un sustituto perfecto de aquella, ya que no sirve como soporte de la banda ancha para el acceso a Internet, pero sí lo es en un alto grado: en general, la gente utiliza, indistintamente, el fijo o el móvil.
 
Además, el 2014 se cumplen veinte años de la privatización de las empresas de telefonía en el Perú. En este tiempo, se han dado grandes cambios en las empresas participantes. Para empezar, poco después que Telefónica adquiera CPT y Entel Perú, Bell South adquirió Tele2000, la primera empresa de telefonía móvil, que venía operando desde unos años antes. Más adelante, vendría TIM, que sería adquirida luego por Telmex; y, sorpresivamente, la operación latinoamericana de Bell South pasaría a manos de Telefónica.
 
Viendo retrospectivamente las cosas, resulta claro que habría sido inadecuado impedir estas fusiones y adquisiciones, a partir de las fotos sobre el grado de competencia o concentración existente en un momento determinado. Si el principal indicador de éxito de la política pública de telefonía es la cobertura o nivel de penetración, resulta evidente que ha sido mejor dejar que éstas se den libremente, respetando las decisiones de las empresas en su búsqueda de la eficiencia.
 
El método alternativo para promover la competencia no tiene ninguno de los inconvenientes anteriores. Al concentrarse en la eliminación de las barreras legales que impiden el acceso al mercado, se centra en lo verdaderamente importante —los requisitos, exigencias y cobros impuestos por el Estado a las empresas participantes—, sin hacer una delimitación arbitraria del mercado relevante ni un congelamiento del proceso de mercado en un instante determinado.
 
Este enfoque de los análisis de competencia, por demás, es el consagrado constitucionalmente. Recogiendo las consideraciones de teoría económica antes expuestas, el Artículo 61º de la Constitución del Perú prohíbe claramente los monopolios legales, señalando, de manera contundente, lo siguiente: "Ninguna ley ni concertación puede autorizar ni establecer monopolios." Por tanto, todo análisis de competencia debiera concentrarse en la existencia, o no, de barreras legales de acceso al mercado.
 
El presente artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 2 de enero de 2014.
 
 
Sobre José Luis Sardón

Es Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) de Lima. Más información sobre el autor, aquí.