Siria: la destrucción del arsenal químico del país enfrenta nuevas demoras
La semana pasada, la Administración Obama comunicó: "Siria ha embarcado solamente el 4% de los químicos calificados como Prioridad Uno...
05 de Febrero de 2014
La semana pasada, la Administración Obama comunicó: "Siria ha embarcado solamente el 4% de los químicos calificados como Prioridad Uno, que se suponía debían ser removidos por completo del país hacia fines de 2013. Un porcentaje idéntico de químicos del tipo Prioridad Dos, menos letales, han sido embarcados".
A posteriori, acusó al régimen de Basher al-Assad de no apresurarse y de obstaculizar los esfuerzos tendientes a destruir esas armas y equipo relacionado, el cual debe ser eliminado en su totalidad durante la primera mitad del año en curso, conforme el acordado Marco para la Eliminación de Armas Químicas Sirias.
La noticia no debería representar una sorpresa: transportar y destruir armamento químico es un ejercicio complejo. Ni siquiera Estados Unidos, que ha ratificado la Convención sobre Armas Químicas y se comprometió a destruir su arsenal, ha podido cumplir con las metas propuestas en el tiempo, debido a las dificultades a la hora de deshacerse del armamento. Solo como ejercicio logístico, pretender que Siria -que se encuentra actualmente en medio de una guerra civil- cumpla con metas temporales tan escasas sería, por lo menos, demasiado optimista.
Pero existen otras motivaciones para Siria para preocuparse. Al-Assad protagoniza una lucha para mantener el control del país. Al acordar la destrucción de su arsenal químico, ha logrado bloquear los bombardeos aéreos que el presidente estadounidense Barack Obama había amenazado con lanzar en agosto pasado, en respuesta al ataque químico atribuído a fuerzas leales a Damasco.
De modo perverso, el acuerdo establece, en efecto, una sociedad entre EE.UU. y al-Assad, porque la Administración Obama necesita a al-Assad en el poder -un déspota conocido por abusos contra los derechos humanos y un extendido apoyo al terrorismo internacional-. Obama también precisa que el líder sirio coopere, para destruir sus armas. Al-Assad buscará mantener la situación actual todo el tiempo que pueda, con el objetivo de maximizar su poder de negociación en las conversaciones de paz y para mantener a Estados Unidos mínimamente involucrado en Siria, en tanto persigue destruir a sus rivales.
Más aún, y en tanto el proceso continúe, al-Assad puede mantener su armamento químico. Nunca existieron garantías de que Siria declararía la totalidad de sus armas químicas. En efecto, CNN informó durante noviembre que la inteligencia estadounidense creía que Siria no declaró todo su armamento. Por ejemplo, se ha evaluado que Libia cooperó al momento de declarar y destruir su programa de armas químicas pero, después de que Muammar Qadhafi fue expulsado del poder, el gobierno interino libio reveló que había identificado material químico no declarado anteriormente. Este material recién fue destruído la pasada semana -diez años después del proceso que diera inicio en 2004.
Conforme se apuntara en un paper escrito en la Fundación Heritage apenas el marco para la destrucción de armas en Siria fue anunciado, "Aún cuando las circunstancias sean ideales y se asista a deseos de cooperación, transcurrirán años antes de que Siria pueda eliminar la totalidad de sus armas químicas". Hoy, las circunstancias están lejos de ser las ideales, y el compromiso de Siria permanece en duda. Habrá que esperar más demoras en el futuro.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2014/02/04/syria-destruction-chemical-weapons-likely-face-delays-challenges/
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2014/02/04/syria-destruction-chemical-weapons-likely-face-delays-challenges/
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Sobre James Phillips
Analista senior en el Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior en la Fundación Heritage. Ha desarrollado numerosos trabajos sobre asuntos relativos al Medio Oriente y sobre terrorismo internacional desde 1978. Es columnista en medios televisivos norteamericanos y ha testificado en comités del congreso estadounidense en relación a temáticas de seguridad internacional.