Cuando Moscú nos dice que sus maniobras militares de carácter masivo en Rusia occidental no tienen nada que ver con lo que sucede en Kiev, es como la vieja rutina de los hermanos Marx: ¿a quién va Usted a creerle, a mí (a Moscú), o a sus propios ojos?
Puh-leez (¡Suficiente! No puede Usted pretender que yo crea eso).
De hecho, aún cuando ello no represente una incursión gigantesca de parte de Moscú, los juegos de poder en Crimea se manifestaron en la presencia de elementos pro-rusos aún no identificados en dos aeropuertos; lo cual podría representar un ominoso presagio de lo que vendrá.
En primer término, Moscú está enviando un mensaje de fuerza a Kiev, recordándole a su vecino occidental que la Madre Rusia es una fuerza que debe ser tenida en cuenta. 'Ustedes, los ucranianos, podrán mostrarse dispuestos a cambiar su gobierno -en contra de los deseos rusos-, pero no podrán modificar su geografía'.
'Locación, locación, locación' no es un eslogan aplicable solamente al negocio de bienes raíces: importa también en geopolítica.
Rusia también está mostrando sus músculos a los europeos y a los Estados Unidos. Moscú está advirtiendo a 'Occidente' que el 'Este' no tolerará intentos para atraer a Ucrania hacia la esfera de influencia europea ni hacia la influencia americana.
Sirve recordar que la crisis actual se precipitó durante noviembre pasado, cuando el presidente ucraniano Vyktor Yanukovych eludió firmar un pacto con la Unión Europea, a cambio de un paquete económico ruso, lo cual condujo a meses de protestas callejeras.
El presidente ruso Vladimir Putin también desea dejar en claro que Rusia considera cualquier intento de acercar a Ucrania a la OTAN como inaceptable. En efecto, se trata de una movida por la cual Moscú incluso podría ir a la guerra.
Finalmente, las maniobras militares se orientan a conseguir el respaldo del pueblo ruso, a la luz de lo que se presenta como una pérdida de corto plazo para Moscú, luego del éxito de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi.
Putin busca que los rusos sepan que el asunto de Ucrania aún no está resuelto.
Aún cuando es improbable que las tropas rusas y sus tanques se movilicen más allá de los ejercicios militares y crucen la frontera ucraniana, existen buenas razones para monitorear el escenario desde cerca.
La acción militar rusa contra su vecino está clara -si las condiciones son las correctas.
Es lícito tener en consideración que Rusia se ha mostrado dispuesta a proteger a los rusos étnicos, a los nacionales rusos, o a antiguas regiones soviéticas que se separaron de la patria a partir del colapso de la URSS hacia finales de la Guerra Fría.
Por ejemplo, se registraron ejercicios militares rusos cerca de Georgia antes de la guerra de 2008 por los enclaves en disputa de Abjasia y Osetia del Sur. Las tropas rusas continúan allí hasta este día, a pesar de que se ha firmado un acuerdo de paz.
Moscú también tiene unos pocos miles de tropas en región de Moldova, en apoyo de ciudadanos rusos y de otros que no desean caer bajo el mandato de Chisinau.
El Kremilin incluso podría actuar militarmente, si existe violencia contra ciudadanos rusos o contra los intereses rusos en Ucrania, como ser la porción oriental del país o en Crimea, de mayoría rusófona.
Hay poco más de 10 millones de rusos étnicos y de ciudadanos rusos en la Ucrania de la actualidad -aproximadamente, el 20% de una población de 45 millones.
Rusia también podría recurrir a las armas si existiera una iniciativa contra la flota rusa del Mar Negro en Crimea (Sebastopol), una base que Kiev le ha rentado a Moscú. Desde finales del siglo XIX, siempre ha existido una base naval allí; el arrendamiento actual vence en 2042.