¿Es una misión de Naciones Unidas la solución para República Centroafricana?
El pasado 10 de abril, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorizó una operación de mantenimiento de paz para República Centroafricana (CAR)...
El pasado 10 de abril, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorizó una operación de mantenimiento de paz para República Centroafricana (CAR) de 10 mil tropas y 1.800 agentes de policía, denominada Misión Multidimensional Integrada para la Estabilización de CAR (Multidimensional Integrated Stabilization Mission to CAR), o MINUSCA.
MINUSCA reemplazará a la misión actual de la Unión Africana de seis mil soldados que fuera desplazada a República Centroafricana y a otros 2 mil elementos de apoyo desplegados en la Operación Sangaris. Aún cuando la Administración Obama disponía hasta hace poco para evitar otra costosa operación de mantenimiento de paz de Naciones Unidas en Africa central, argumentando que las fuerzas de la UA eran la mejor opción, Estados Unidos terminó respaldando a MINUSCA. A pesar del apoyo unánime en el Concejo de Seguridad, subsisten preguntas respecto de cómo los Cascos Azules llegarán a CAR y sobre qué tan efectivos podrían ser.
La situación en CAR comporta un notable parecido con los eventos que tuvieron lugar en Malí. Luego del colapso del gobierno y de un conflicto potenciado, las fuerzas francesas intervinieron en su antigua colonia para obsequiar apoyo a una fuerza de mantenimiento de paz. Los franceses planificaron la estabilización del escenario y ejecutaron una rápida salida, pero fallaron a la hora de reconocer las complejidades propias del terreno. Este fue el caso de Malí, después de que París se notificó de que la situación no se resolvería rápidamente, dio inicio a una campaña para establecer una fuerza de mantenimiento de paz de ONU a criterio de que ésta se hiciera cargo.
Se prevé que una fuerza suplementaria de la Unión Europea de 800 elementos esté completamente desplegada para junio próximo, y que los Cascos Azules arriben en el mes de septiembre. Sin embargo, los compromisos para esta suerte de despliegues comportan dificultades notables de ejecución y suelen ser demoradas. Mientras tanto, la situación en CAR continúa deteriorándose.
Lo que suceda entre esta instancia y septiembre será crítico. Los musulmanes en CAR están huyendo, y los grupos rebeldes Seleka y anti-Balaka no tienen intención de detener la violencia; mucho menos, de abandonar las armas. Asegurar y estabilizar CAR es de importancia fundamental para los vecinos del país, que están enfrentando oleadas recurrentes de refugiados. Las naciones más alejadas también están en jaque porque la falta de aplicación de la ley y la violencia sectaria están generando oportunidades para grupos extremistas que ya han declarado interés en el conflicto, como sucede con al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQIM). La comunidad internacional podría no estar reconociendo la gravedad de la situación en República Centroafricana (CAR), pero AQIM sí está tomándoselo seriamente.
Los soldados de la fuerza de mantenimiento de paz de Naciones Unidas no son soldados entrenados para la guerra. La estabilización es un prerrequisito clave para que la misión MINUSCA sea efectiva, pero el escenario que hace a la seguridad no exhibe visos de mejora previo a septiembre, aún cuando MINUSCA logre desplegarse por completo y a tiempo. Para empeorar las cosas, el mandato de MINUSCA es en extremo amplio: comprende a la protección de civiles, la aplicación de la ley en el terreno, el monitoreo de las prácticas sobre derechos humanos, y la observación del proceso de transición política en CAR.
Amén del hecho de que no existe gobierno coherente y con capacidades en CAR, la resolución que estableció la conformación de MINUSCA también enfatiza que la autoridad transicional tiene 'la responsabilidad primaria de proteger a la población en CAR'. Estimar que la autoridad transicional de CAR pueda mantener el monopolio de la violencia es poco realista. Sumándose este factor a la renuencia de las fuerzas de paz de ONU a actuar ante la amenaza de violencia, conforme se reportara recientemente en Darfur, el capítulo de República Centroafricana es una receta para la confusión, la inacción y la posterior imputación de responsabilidad.
Es posible que la situación en CAR mejore, y que MINUSCA pruebe constituírse en una herramienta apropiada, para el momento justo. Sin embargo, es más probable que la situación mute en un novedoso capítulo en el cual la comunidad internacional ha preferido la conveniencia en perjuicio de la prudencia.
Más información sobre los antecedentes del conflicto en República Centroafricana (CAR): La respuesta estadounidense al caos en República Centroafricana (en inglés).
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2014/04/14/u-n-mission-central-african-republic-answer/
Desarrolla artículos sobre la política de seguridad de los Estados Unidos de América en relación a Africa y el Medio Oriente, con foco en libertad económica, instituciones democráticas, desarrollo, y seguridad y cooperación. Es analista en el Centro Allison para Estudios de Política Exterior de la Fundación Heritage. Sus trabajos pueden leerse en español en el sitio web Heritage Libertad. En El Ojo Digital, sus artículos se encuentran compilados en la URL http://www.elojodigital.com/categoria/tags/charlotte-florance.