El error imposible del Vaticano y las explicaciones falaces de Oscar Parrilli
Quienes en alguna oportunidad hayan transitado los pasillos de una parroquia -ni hablar de un Obispado o la sede de una diócesis-...
23 de May de 2014
Quienes en alguna oportunidad hayan transitado los pasillos de una parroquia -ni hablar de un obispado o la sede de una diócesis-, no podría desconocer la extrema meticulosidad que se le obsequia a todo tipo de actividades de índole administrativo y protocolar, siiendo la redacción de los comunicados y misivas cuasi excelsa.
Quien esto escribe tuvo, oportunamente, el honor de participar -en calidad de periodista- de las reuniones del episcopado argentino, en momentos en que las mismas eran llevadas a cabo en la localidad de San Miguel. Al finalizar las deliberaciones, se presentaba en sociedad el documento que volcaba las reflexiones de los obispos. Esta faena era ejecutada con máximo rigor, respetándose siempre incluso las normas más elementales de ortografía y sintaxis; por tanto, que el Señor Oscar Parrilli pretenda explicar a la opinión pública que el documento bajo estudio fue emitido por la Santa Sede fue reconocido como legítimo por el Santo Padre, nos habla a los ciudadanos de a pie de un verdadero culto a la estulticia. Ni más ni menos, comportamiento en mucho similar al que nos tiene acostumbrados el Jefe del Gabinete de Ministros con sus catilinarias matutinas, abundantes en retórica tan inútil como inconducente.
En concreto, la supuesta carta originada en el Vaticano es lo que llamaríamos en la jerga popular una verdadera 'truchada'. En primer término, figura como un documento emitido por la sede de la nunciatura apostólica. Lo cual, traducido, es equivalente a la sede diplomática de un tercer país.
Como primer custionamiento: ¿por qué el documento de salutación a raíz de las fechas patrias debería provenir de la nunciatura? Por otro lado, si el texto obedece a una expresión de mero corte protocolar -y exhibiendo Su Santidad nacionalidad argentina-, ¿por qué se nos impone pasemos por alto que el mismo no arribó con membrete del mismísimo Vaticano?
La segunda apreciación invita a que el agudo lector infiera que cualquier cura de parroquia podría escribir 'argentino', evitando el plural al momento de referirse al pueblo en su conjunto. En igual sentido, el autor de la misiva hace uso del 'tuteo' como si el texto hubiese sido preparado por algún sacerdote que comparte mate con Cristina Kirchner en plena ronda de amigos.
Tercero -punto que acusa mayor importancia-: la firma al pie del documento se presenta sospechosamente sencilla (habiendo sido firmada como 'Francisco'). Para el caso -y si el consumidor así lo prefiriese-, del mismo modo podía rematar con la firma de 'Francisco, hincha de San Lorenzo'.
Analicemos, Señores, el material con seriedad. Una salutación de semejante altura no tendría otro camino que observar modos protocolares; una carta como la que ahora está bajo análisis -que versa sobre fechas patrias- no precisaría hacer hincapié en la "unidad de los argentinos"; este tipo de análisis políticos o documentales de la Iglesia tiene por costumbre ser compartido por plenarios del Episcopado o, por ejemplo, en encuentros como los que sobrevendrán en el mes de junio en la Pastoral Social, espacio en el que se debaten temas de la cotidianeidad y donde, a posteriori, se intenta consensuar un documento que contenga lo debatido en las diferentes comisiones.
La conclusión es que al Papa Francisco se le ha ocasionado un verdadero incordio de difícil resolución; a los efectos de ser piadoso con el país de sus ancestros y con la actual clase dirigente, a la Cabeza de la Iglesia Católica Apostólica Romana no le queda otra alternativa que ofrecer un manto de piedad en los actuales tiempos de crisis que experimenta la nación. Ello, a los efectos de no agravar más el escenario, y siempre teniendo en consideración el próximo Tedeum del 25 de mayo.
Quien esto escribe sospecha que Su Santidad ha sido, en rigor, víctima de las tradicionales intrigas de palacio del Estado Vaticano. Supo decir San Agustín: 'Cuando en Roma estés, compórtate como los romanos'. Previsión que, conforme indican los hechos, el Monseñor Guillermo Karche olvidó tomar. El prelado -así lo reportan fuentes vaticanas- será obligado próximamente a responsabilizarse por el grueso equívoco.
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@Sorge6
Sobre Sorge
"Sorge" (pseudónimo) es experto en temas militares y de seguridad. Desde su rol de periodista, ofició como colaborador del Episcopado argentino. Es columnista e investigador especial de El Ojo Digital desde 2005. Sus artículos están compilados en la URL http://www.elojodigital.com/categoria/tags/sorge.