Boudou, procesado: ¿última página de la trama Ciccone-Boldt?

Finalmente, el juez Ariel Lijo procesó al Vicepresidente Amado Boudou y a otros actores del Caso Ciccone: su socio José María Nuñez Carmona, Alejandro Vandenbroele, Rafael Resnick Brenner, Guillermo Reinwick y Nicolás Ciccone -fundador este último, junto a su desaparecido hermano Héctor, de la imprenta que llevaba su apellido, hoy estatizada y portadora del nombre Compañía de Valores Sudamericana.

 

Para la justicia, el Vicepresidente adquirió Ciccone Calcográfica a través del fondo The Old Fund -en momentos en que se desempeñaba como ministro de Economía- a través de su socio Nuñez Carmona y del letrado (que ofició de testaferro del fondo) Vanderbroele. Así se publicó en el procesamiento, disponible en la web del CIJ (Centro de Información Judicial), en: http://www.cij.gov.ar/nota-13680-Caso-Ciccone--el-juez-Ariel-Lijo-proces--a-Amado-Boudou-y-a-otros-cinco-imputados.html

 

En los albores del escándalo -hace ya más de dos años-, Boudou buscó desviar la atención del caso, acusando a una firma cotizante en la Bolsa de Comercio; se trataba de Boldt S.A., que lleva a cabo impresiones de seguridad (y era competidora de Ciccone en este rubro). Por ese entonces, el Vice declamó: "El problema no es Ciccone; el problema es Boldt, empresa que se dedica a la explotación del juego en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, cuya concesión no licita desde 1993". Boudou también la emprendió contra el ex presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi, de haberle aconsejado en marzo de 2011 que mantuviera una reunión con el segundo de Boldt, Antonio Eduardo Tabanelli, a criterio de que se "pusiera el precio" con miras a zanjar la disputa relativa a la ex Ciccone. No obstante, Gabbi fue reelegido como titular del mercado de valores autóctono y cumplió su mandato de un año en la centenaria institución.

 

En este mismo mes de junio de 2014, Amado Boudou siguió insistiendo en que la causa por la que finalmente terminaría procesado fue confeccionada por Boldt y el Grupo Clarín. En declaraciones formuladas a la señal CN23, el número dos de la Presidente de la Nación afirmó: "Boldt juega un papel clave. Siempre se quiso quedar con Ciccone, Clarín también. Boldt siempre actuó fuera de las leyes. Antes del kirchnerismo, convencían a los gobiernos para que la normativa fuera más favorable para estos empresarios que para el conjunto de la sociedad argentina".

 

Si uno ha de atenerse a la historia, habrá que recordar que la quiebra de Ciccone fue anunciada el 15 de julio de 2010. En agosto el magistrado Javier Cosentino -que entendía en la quiebra- decidió alquilarle las instalaciones de Ciccone a la empresa Boldt por el lapso de un año. Poco tiempo después, en febrero de 2011, la Secretaría de Comercio (con el polémico Guillermo Moreno a la cabeza) intima a Boldt para que devolviera las máquinas que pertenecían a Ciccone. Boldt, al quedarse con esos dispositivos, se presentó a la licitación para la impresión de billetes de $ 100, que fuera ganada por una Unión Transitoria de Empresas entre la Casa de la Moneda de Brasil y la de Argentina, a cargo de la impresión de billetes de cien pesos en Brasil durante 2012. El producto terminaba se caracterizó por desperfectos atendibles en los billetes, tras lo cual debió intervenir la Casa de la Moneda en Buenos Aires.

 

Al ser impedida Boldt de alquilar las máquinas y la planta de Ciccone, se exploraron los modos de desplazar a la firma que tenía alquilada las instalaciones, en un acuerdo con el juzgado comercial que entendía en el proceso de quiebra. Para Ariel Lijo, quedó probado que José María Núñez Carmona buscó reunirse con el directivo (y operador político de Boldt), el abogado Guillermo Gabella, para comunicarle que debían dejar la planta -hecho que, finalmente, sucedió. Allí hizo su aparición en escena el misterioso fondo The Old Fund.

 

Ya como titular de Hacienda, Boudou determinó suspender una licitación tendiente a modernizar la Casa de Moneda. El motivo (de acuerdo al acta de procesamiento): conseguir que Ciccone -ya en manos de The Old Fund, es decir, los allegados del Vice- se quedara con el suculento negocio de la impresión de billetes de 100 pesos. Ni más ni menos, una maniobra basada en el tráfico de influencias que ha terminado por costarle su carrera política.

 

En sesión legislativa llevada a cabo en agosto de 2012 (el autor del presente artículo siguió los detalles de la misma, in situ) el oficialismo dio la orden de estatizar la ex Ciccone Calcográfica; el Frente Para la Victoria consolidó la aprobación del paquete, con la ayuda de legisladores opositores de Proyecto Sur, con Pino Solanas a la cabeza y el ahora "massista" Felipe Solá -tiempo más tarde, la sesión sería calificada de 'histórica' en relación al caso. Los diputados del espectro oficialista se pronunciaron con su voto en favor de estatizar la firma pero -en silencio- debieron tolerar los duros discursos provenientes de la bancada de PRO, el peronismo disidente y la Coalición Cívica; partidos que acusaron a sus pares del FPV de intentar salvar la reputación de Amado Boudou (objetivo alejado de expropiar la imprenta con el interés público).

 

En noviembre de 2013, la expropiación de la compañía fue declarada inconstitucional por el juez Cosentino; el argumento fue que, al ser AFIP el principal acreedor, podría recuperar el 100% de su acreencia en el concurso, mientras que otros acreedores se quedarían con un porcentaje ínfimo, e incluso sin un solo centavo. En la óptica del magistrado, la norma violó el principio de igualdad ante la ley que marca la Constitución Nacional.

               

El cierre del mes de junio se presenta trágico para el Gobierno Nacional -cuyos militantes difícilmente sorprendan al público si denunciasen una 'línea directa' entre Griesa y Lijo. La Casa Rosada ha recibido una serie de dolorosos golpes, tanto desde los Estados Unidos de América como desde Comodoro Py. Este último, en el horario menos acostumbrado de un frío viernes por la noche.