Leña de árboles caídos
El Mundial llegó a término, y Cristina Kirchner se quedó sin su última fiesta. Los planes ideados...
El Mundial llegó a término, y Cristina Kirchner se quedó sin su última fiesta. Los planes ideados a priori para conducir una celebración faraónica de cara al título que nunca llegó -pergeñados al detalle por Carlos Zannini- han ido a parar al olvido. Tampoco servirán las desmentidas: sabido es que la Casa Rosada había apostado fuerte -especialmente desde el ciclo Fútbol Para Todos- para sacar la mayor ventaja del correr de la pelota. Inevitablemente, el veterano Julio Grondona (eterno conductor de AFA) también acusa el golpe; obvió tomar parte en la entrega de premios por el segundo lugar en Brasil -con el objetivo de eludir sus responsabilidades en el fracaso-, y ahora deberá ofrecer las debidas explicaciones por su involucramiento en su sociedad en la estafa gobierno/FPT. Proceso que sigue su curso -sin prisa, pero sin pausa- en la justicia. ¿Era necesario ensuciar al deporte con política?
El remate para una Administración que ha hecho de la impericia y el enfrentamiento societario un imperativo moral sobrevino con el dantesco escenario de los incidentes en la Avenida 9 de Julio (y que también replicaran turistas argentinos en Rio de Janeiro, con eco en La Plata, Mar del Plata y localidades del interior del país); es que el relato no escatima esfuerzos para redescubrir metodologías desde las cuales suicidarse, una y otra vez. La esquizofrenia volvió a corporizarse en la figura de Sergio Berni -Secretario de Seguridad-, quien aprovechó cada espacio disponible en los medios de comunicación para disfrazar la inoperancia de la Policía Federal Argentina en materia de prevención. Su sentencia más patética -compartida en su intercambio con Marcelo Longobardi-: 'Los vidrios pueden repararse; las vidas perdidas, no'. Lo cual no remitió a otra cosa que a una confesión cabal del desinterés del Gobierno Nacional por la seguridad de las personas y por el resguardo de la propiedad pública y privada. La renuncia del Médico del Ejército Argentino no solo asoma hoy plausible, sino necesaria. Lo propio podría decirse de su 'segunda', María Cecilia Rodríguez. Verdad de perogrullo: la presencia recurrente de funcionarios torpes e inoperantes en una Administración en retirada solo contribuye a agravar el carácter desordenado de la salida.
Mientras que las variables que hacen a la envolvente mediocridad ciudadana deberán quedar estrictamente reducidas al análisis sociológico, no es menos cierto que el ámbito político volverá, desde este lunes, a toparse con las noticias de verdadero impacto -y que tienen que ver con la aguda crisis institucional que despegara a partir del Caso Ciccone. Las andanzas del comprometido Amado Boudou, al parecer, poco han sabido de límites. El pantanoso entramado de The Old Fund contamina a, prácticamente, todo el mundo; trátese de dirigentes oficialistas y de oposición, gobernadores empresarios y banqueros. Comporta, asimismo, ramificaciones internacionales, en las que los protagonistas de la estafa se han aferrado a metodologías burdas para blanquear el ilícito botín en el extranjero. El affaire incluso ha depositado en una posición sobradamente incómoda a Mauricio Macri y al gris reducto PRO, a partir del carácter de procesado del líder partidario. Desviaciones emanadas del episodio han expuesto un contubernio de alcance variopinto entre el macrismo y el Frente Para la Victoria. El subproducto de esta perturbadora sociedad ha llevado, por ejemplo, a María Eugenia Vidal a sentarse alegremente junto a Boudou en actos públicos, a Federico Pinedo y a Pablo Tonelli -legisladores del espacio- ha respaldar con su voto la iniciativa para convertir en un emblema al 'pañuelo' de la impune asociación ilícita conocida como Madres de Plaza de Mayo, y tanto más. Consideración que viene a certificar sin desperdicio la hipótesis planteada hace algo más de un año desde esta columna, a saber, que el kirchnerismo cristinista no exhibía otro propósito que el de estrellar a la clase dirigente en su conjunto. Con la explícita anuencia de una oposición que ha votado a gusto y piacere de Balcarce 50 en el parlamento. Solo los hechos.
Mientras tanto, el tembladeral de The Old Fund continuará carcomiendo reputaciones en la esfera judicial; próximamente, saldrá a la luz la estrecha relación que une al Vicepresidente con Federico Bonomi -CEO de la firma de indumentaria Kosiuko-. Colateralmente, el empresario Alejandro Gravier -esposo de la ex modelo Valeria Massa- comenzará a despuntar los expedientes. Una de las claves: 'Rock & Pizza', firma establecida en Florida (EE.UU.) con el esquivo Rodolfo Usuna, facilitador de trámites burocráticos en AFIP (y quien, a su vez, conduce hacia Rafael Resnick Brenner). Aunque sobran cuestionamientos de cara al proceso que lleva adelante el magistrado Ariel Lijo: ¿por qué Ricardo Echegaray aún no ha sido citado como testigo? ¿Por qué aún no les cupo a los procesados la figura de la asociación ilícita, a la luz de la abundante carga probatoria?
En las postrimerías de este viciado y bizarro varieté, las aspiraciones políticas de Daniel Scioli y Florencio Randazzo seguirán devaluándose con el correr de los días, mientras que la improbable candidatura del santiagueño Gerardo Zamora ni siquiera ha podido despegar -para removerlo de la ecuación de aspirantes, solo bastó un breve racconto del desastre social que comanda en su propio terruño, en la pantalla de Periodismo Para Todos (PPT). La Presidente no solo se está quedando sin acuerdo viable de impunidad; de aquí a un año, ni siquiera podrá alimentar esperanzas de reciclaje.
Finalmente, con la pelota ya regresada al interior del armario, la opinión pública no tiene ahora otro camino que abocarse al deporte nacional por excelencia, esto es, hacer leña del árbol caído.
Nada más lícito.
Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.