Vladimir Putin en Argentina
La visita de Vladimir Putin a la Argentina y la firma de numerosos convenios -entre los cuales sobresale la construcción...
18 de Julio de 2014
Vladimir Putin visitó la Argentina para consensura la firma de numerosos convenios; entre ellos, sobresale la construcción de una central nuclear con tecnología obsoleta que, considerándose el comportamiento del gobierno argentino en los últimos tiempos, solo serviría para sobrefacturar esa obra pública en varios centenares de millones de dólares. Esta práctica ha sido común desde la llegada del kirchnerismo en 2003 y, previamente, en la Provincia de Santa Cruz.
Quizás el dato más valioso del encuentro remita al alejamiento -acaso definitivo- de la política exterior argentina frente a la que exhiben los Estados Unidos de América y Occidente. Esta idea había sido sembrada en 2013, en ocasión del periplo de la presidente argentina a San Petersburgo, localidad en donde se llevó el último cónclave del G-20. En la misma, Putin calificó a la República Argentina como un 'socio estratégico' y, tras el encuentro, la nación sudamericana decidió pronunciarse oficialmente en favoreciendo del referéndum para la independencia de Crimea -tras haber opinado exactamente en contrario un mes antes, en absoluta contradicción de sus políticas respecto de las islas Malvinas. En aquella oportunidad, Buenos Aires se había opuesto a la consulta popular de los kelpers con miras a alejarse definitivamente de la Argentina.
Por otra parte, los encuentros de referencia corroboran el empecinamiento de la Casa Rosada frente al 'Memorándum de Entendimiento' con la República Islámica de Irán, oportunamente declarado inconstitucional por la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones argentina. Con todo, el cristinismo insiste en continuar con un convenio que no ha mostrado avances concretos después de dos años.
Cabe apuntar que Vladimir Putin no es bien recibido en el mundo, a raíz del apoyo de Moscú a los separatistas rusos que operan en territorio ucraniano, y en el viaje oficial de la pasada semana solo visitó Cuba, donde condonó la deuda de esa nación con la ex Unión Soviética y con la Nicaragua de Daniel Ortega (mandatario reelegido por tercera vez, tras haber violentado la constitución de su país).
La jefe de Estado argentina -vía Twitter- manifestó su obsesión en recibir apoyos para condenar el sistema financiero internacional, al considerarlo como un 'casino', logrando apoyos en diversos foros pero que no son de utilidad para facilitar soluciones que conduzcan a un acuerdo con los holdouts en Nueva York. Luego de una semana de silencio -se declaró con laringofaringitis-, Cristina Fernández de Kirchner volvió a asomar la cabeza, compartiendo numerosos tweets en los que destacó la importancia de los acuerdos celebrados con el líder ruso.
Quizás el dato más valioso del encuentro remita al alejamiento -acaso definitivo- de la política exterior argentina frente a la que exhiben los Estados Unidos de América y Occidente. Esta idea había sido sembrada en 2013, en ocasión del periplo de la presidente argentina a San Petersburgo, localidad en donde se llevó el último cónclave del G-20. En la misma, Putin calificó a la República Argentina como un 'socio estratégico' y, tras el encuentro, la nación sudamericana decidió pronunciarse oficialmente en favoreciendo del referéndum para la independencia de Crimea -tras haber opinado exactamente en contrario un mes antes, en absoluta contradicción de sus políticas respecto de las islas Malvinas. En aquella oportunidad, Buenos Aires se había opuesto a la consulta popular de los kelpers con miras a alejarse definitivamente de la Argentina.
Por otra parte, los encuentros de referencia corroboran el empecinamiento de la Casa Rosada frente al 'Memorándum de Entendimiento' con la República Islámica de Irán, oportunamente declarado inconstitucional por la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones argentina. Con todo, el cristinismo insiste en continuar con un convenio que no ha mostrado avances concretos después de dos años.
Cabe apuntar que Vladimir Putin no es bien recibido en el mundo, a raíz del apoyo de Moscú a los separatistas rusos que operan en territorio ucraniano, y en el viaje oficial de la pasada semana solo visitó Cuba, donde condonó la deuda de esa nación con la ex Unión Soviética y con la Nicaragua de Daniel Ortega (mandatario reelegido por tercera vez, tras haber violentado la constitución de su país).
La jefe de Estado argentina -vía Twitter- manifestó su obsesión en recibir apoyos para condenar el sistema financiero internacional, al considerarlo como un 'casino', logrando apoyos en diversos foros pero que no son de utilidad para facilitar soluciones que conduzcan a un acuerdo con los holdouts en Nueva York. Luego de una semana de silencio -se declaró con laringofaringitis-, Cristina Fernández de Kirchner volvió a asomar la cabeza, compartiendo numerosos tweets en los que destacó la importancia de los acuerdos celebrados con el líder ruso.