Cheques para terroristas: US$5.300 por atentado suicida
Por primera vez, llegan al público detalles sorprendentes en relación a los millones de dólares...
23 de Agosto de 2014
Por primera vez, llegan al público detalles sorprendentes en relación a los millones de dólares estadounidenses canalizados desde entidades de bien público a terroristas islámicos y a sus familiares.
El dinero fue utilizado para recompensar a terroristas y a sus familias, luego de que los primeros cometieran ataques contra ciudadanos israelíes y estadounidenses de visita en Israel entre los años 2000 y 2005, en ocasión de la segunda intifada (levantamiento palestino).
La evidencia fue presentada pocos días atrás en un caso testigo llevado adelante en una corte federal estadounidense del Estado de Nueva York. Trescientos ciudadanos americanos declaman que el Banco Arabe (Arab Bank) proporcionó, estando en conocimiento, servicios financieros en franca violación a leyes antiterroristas de los Estados Unidos de América. el Banco Arabe argumenta no haber tenido conocimiento en la asistencia de terroristas.
La documentación del banco revela un elaborado sistema a través del cual el Banco Arabe -con base en Amán, Jordania- sirvió como nodo central. Algunos israelíes se refieren a la institución bancaria como la 'Estación Central del financiamiento al terrorismo'.
Por ejemplo, se informó que la documentación de referencia demostró que una docena de entidades de bien público del Medio Oriente vinculadas al grupo terrorista Hamás y otros grupos islamistas radicales transfirieron US$32 millones al Banco Arabe durante la segunda intifada. Luego, el dinero fue dirigido a familias de los atacantes suicidas y a otros palestinos involucrados en actos terroristas contra ciudadanos hebreos.
Otra organización de bien público, el Comité Saudita para el Apoyo de la Intifada al Quds, remitió un aproximado de US$100 millones a través del Banco Arabe. El análisis de los registros bancarios, llevado adelante por la parte acusatoria, refiere que US$32 millones de los US$100 millones iniciales terminaron siendo distribuídos en pagos en efectivo a mártires y a sus familiares, incluyéndose a los parientes de los atacantes suicidas, y que el resto fue distribuído a través de otras entidades de bien público controladas por Hamás.
De acuerdo con la evidencia presentada por la parte acusatoria el 21 de agosto próximo-pasado, basada en documentación bancaria, las familias de los atacantes suicidas recibieron un pago de US$5.300, un equivalente a cuatro veces el salario promedio anual de cualquier palestino -en ese momento, de US$1.600. Si un mártir resultaba herido pero no fallecía, él mismo recibía US$2.655. Si un mártir era arrestado y puesto en prisión, la familia recibía US$1.325. Los receptores simplemente se apersonaban en cualquier sucursal del Banco Arabe presentando su identificación, y recibían los fondos.
Bajo leyes antiterroristas en los Estados Unidos de América, es ilegal que instituciones bancarias o financieras lleven a cabo negocios con entidades designadas como terroristas, o con grupos de los que se sabe o existen razones que puedan vincular a aquellas con terroristas o actividades de este tenor.
Aquí es cuando ambas partes difieren abruptamente.
Los representantes legales del Banco Arabe dijeron ante los jurados en sus alegatos de apertura presentados la semana pasada que el Comité Saudita era un grupo humanitario legítimo que jamás fue designado por EE.UU. como una organización terrorista. El Banco Arabe también argumentó que cualquier negocio que pudiere haber conducido con terroristas individuales o con grupos terroristas se mostraba limitado en su naturalez y que era del todo no intencional, debido a errores de tipeo o a errores en el análisis de los documentos (proceso de screening).
En 2005, el Banco Arabe llegó a un acuerdo con el Departamento del Tesoro estadounidense en relación a un caso de lavado de dinero y financiamiento de terrorismo, abonando una multa de US$24 millones, sin admitir el haber violado las leyes.
La parte acusatoria en el proceso llevado adelante en Nueva York persigue multas de índole financiera e indemnizaciones monetarias por daños de parte del Banco Arabe.
El dinero fue utilizado para recompensar a terroristas y a sus familias, luego de que los primeros cometieran ataques contra ciudadanos israelíes y estadounidenses de visita en Israel entre los años 2000 y 2005, en ocasión de la segunda intifada (levantamiento palestino).
La evidencia fue presentada pocos días atrás en un caso testigo llevado adelante en una corte federal estadounidense del Estado de Nueva York. Trescientos ciudadanos americanos declaman que el Banco Arabe (Arab Bank) proporcionó, estando en conocimiento, servicios financieros en franca violación a leyes antiterroristas de los Estados Unidos de América. el Banco Arabe argumenta no haber tenido conocimiento en la asistencia de terroristas.
La documentación del banco revela un elaborado sistema a través del cual el Banco Arabe -con base en Amán, Jordania- sirvió como nodo central. Algunos israelíes se refieren a la institución bancaria como la 'Estación Central del financiamiento al terrorismo'.
Por ejemplo, se informó que la documentación de referencia demostró que una docena de entidades de bien público del Medio Oriente vinculadas al grupo terrorista Hamás y otros grupos islamistas radicales transfirieron US$32 millones al Banco Arabe durante la segunda intifada. Luego, el dinero fue dirigido a familias de los atacantes suicidas y a otros palestinos involucrados en actos terroristas contra ciudadanos hebreos.
Otra organización de bien público, el Comité Saudita para el Apoyo de la Intifada al Quds, remitió un aproximado de US$100 millones a través del Banco Arabe. El análisis de los registros bancarios, llevado adelante por la parte acusatoria, refiere que US$32 millones de los US$100 millones iniciales terminaron siendo distribuídos en pagos en efectivo a mártires y a sus familiares, incluyéndose a los parientes de los atacantes suicidas, y que el resto fue distribuído a través de otras entidades de bien público controladas por Hamás.
De acuerdo con la evidencia presentada por la parte acusatoria el 21 de agosto próximo-pasado, basada en documentación bancaria, las familias de los atacantes suicidas recibieron un pago de US$5.300, un equivalente a cuatro veces el salario promedio anual de cualquier palestino -en ese momento, de US$1.600. Si un mártir resultaba herido pero no fallecía, él mismo recibía US$2.655. Si un mártir era arrestado y puesto en prisión, la familia recibía US$1.325. Los receptores simplemente se apersonaban en cualquier sucursal del Banco Arabe presentando su identificación, y recibían los fondos.
Bajo leyes antiterroristas en los Estados Unidos de América, es ilegal que instituciones bancarias o financieras lleven a cabo negocios con entidades designadas como terroristas, o con grupos de los que se sabe o existen razones que puedan vincular a aquellas con terroristas o actividades de este tenor.
Aquí es cuando ambas partes difieren abruptamente.
Los representantes legales del Banco Arabe dijeron ante los jurados en sus alegatos de apertura presentados la semana pasada que el Comité Saudita era un grupo humanitario legítimo que jamás fue designado por EE.UU. como una organización terrorista. El Banco Arabe también argumentó que cualquier negocio que pudiere haber conducido con terroristas individuales o con grupos terroristas se mostraba limitado en su naturalez y que era del todo no intencional, debido a errores de tipeo o a errores en el análisis de los documentos (proceso de screening).
En 2005, el Banco Arabe llegó a un acuerdo con el Departamento del Tesoro estadounidense en relación a un caso de lavado de dinero y financiamiento de terrorismo, abonando una multa de US$24 millones, sin admitir el haber violado las leyes.
La parte acusatoria en el proceso llevado adelante en Nueva York persigue multas de índole financiera e indemnizaciones monetarias por daños de parte del Banco Arabe.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2014/08/21/paycheck-terrorism-5300-suicide-attack/
Foto de portada: Wasfiyeh Idris, madre de la terrorista suicida Wafa Idris, rodeada por miembros de su familia, exhibe un retrato de su hija en su hogar, en el campo de refugiados al-Amari, cerca de Ramallah. De acuerdo con la evidencia presentada en el proceso judicial referido en la nota, las familias de los atacantes suicidas recibían pagos cuatro veces superiores al ingreso anual promedio de cualquier palestino (Crédito: Awad/Newscom)
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@SharylAttkisson
Sobre Sharyl Attkisson
Es periodista investigadora en Washington, D.C. Colabora regularmente para el sitio web The Daily Signal. Su sitio web es SharylAttkison.com.