'El ser humano por sobre el capital'
Una falacia común en debates es aquella del hombre de paja, mediante la cual uno no refuta los verdaderos argumentos...
Una falacia común en debates es aquella del hombre de paja, mediante la cual uno no refuta los verdaderos argumentos del oponente, sino que prefiere inventarse argumentos fáciles de rebatir —el 'hombre de paja'; se demuele tales argumentos, y se los atribuye al rival. Veamos cómo funciona en el caso del promocionado eslogan.
Resulta extraño que al liberalismo clásico, aquella corriente que históricamente ha defendido no solo la libertad política y civil de los individuos sino también su libertad en el ámbito económico, se le endilgue la postura de ignorar al ser humano. ¿Por qué? Los más destacados economistas del liberalismo clásico siempre utilizaron como punto de partida para su análisis la misma unidad: el individuo. Fueron otras corrientes colectivistas —socialismo, fascismo, corporativismo, etc.— las que desviaron el enfoque desde el individuo hacia lo que Jorge Luis Borges consideraba como 'meras comodidades intelectuales' (1): las clases sociales, las nacionalidades, las naciones-estado, etc.
Por ejemplo, Adam Smith en su obra más conocida, La riqueza de las naciones, indica que 'cada individuo' por su conocimiento de 'la situación local' es mucho mejor juez que 'cualquier estadista o legislador' para determinar a qué especie de industria destinar su capital (2).Este concepto sería desarrollado con mayor precisión siglos después el Premio Nobel de Economía Friedrich A. Hayek en su ensayo clásico “El Uso del Conocimiento en la Sociedad” (3).
Pero las raíces del liberalismo de mercado y su enfoque en el ser humano vienen incluso desde antes y de otra parte. Ya en la España del siglo XVI surgió la Escuela de Salamanca que cambió radicalmente para siempre la economía proponiendo la teoría subjetiva del valor, que establece que el individuo es quien le da valor a las cosas. Uno de los pensadores de esta escuela, Diego de Covarrubias decía que 'Las cosas valen por la estimación que le dan los hombres, aunque dicha estimación sea disparatada' (4). Nuevamente, el ser humano al centro de la cosa.
Precisamente porque a los liberales clásicos les ha interesado siempre el individuo es que consideran importantísima las ganancias y pérdidas que resultan del proceso de mercado. El economista austriaco Ludwig von Mises explica en su tratado económico —coincidentemente titulado Acción Humana— que 'Las ganancias y las pérdidas son mecanismos mediante los cuales los consumidores ejercen su supremacía en el mercado'. Mises completa: 'En la ausencia de las ganancias y las pérdidas el empresario no sabría cuáles son las necesidades más urgentes de los consumidores'. Finalmente concluye que lo que resulta en bienes útiles no es el esfuerzo físico por si solo, 'sino el esfuerzo físico hábilmente dirigido por la mente humana hacia determinado objetivo' (5).
Así es que asistimos a cómo el individuo importa mucho más en una economía de mercado. Es el mejor conocedor de las inversiones que convienen realizarse, porque tiene conocimiento privilegiado de su situación y de los intereses de quiénes lo rodean, es el mejor juez de lo que le conviene adquirir con sus dólares, también es quién le da valor a las cosas. Son el resto de las corrientes las que pretenden superponerse ante las decisiones libres de los individuos, otorgándole poder a un selecto grupo de supuestos iluminados para que nos digan al resto de los mortales cuánto, cómo y qué producir y consumir.
Referencias
2. Libro IV, Capítulo II en Smith, Adam. Inquiry into the Nature of The Wealth of Nations. The Online Library of Liberty. Liberty Fund.
3. Hayek, F.A. “The Use of Knowledge in Society”. The American Economic Review XXXV, No.4, pp. 519-30. 1945.
4. Pérez de Antón, Francisco. “El legado de la Escuela de Salamanca”. Conferencia en la Universidad Francisco Marroquín, Ciudad de Guatemala. 6 de febrero de 1992.
5. Von Mises, Ludwig. Human Action. Fox and Wilkes (1996), pp. 299-301.
Es Magister en Comercio y Política Internacional de la George Mason University y graduada con un título de Ciencias Políticas con concentración en Relaciones Internacionales de la York College of Pennsylvania. Se desempeña como Editora de ElCato.org. investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador) desde enero del 2006. Sus artículos y papers son publicados regularmente en otros periódicos de Latinoamérica y España.