Reprobado: la Argentina, cada vez menos competitiva
La competitividad continúa en declive en la 'década ganada': nuestro país se precipitó 26 puestos hacia la ubicación 104, frente a 144 países del ranking elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF). Menor interés en invertir.
09 de Septiembre de 2014
La competitividad continúa en declive en la 'década ganada': nuestro país se precipitó 26 puestos hacia la ubicación 104, frente a 144 países del ranking elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF). Menor interés en invertir.
De acuerdo al Índice de Competitividad -elaborado por el World Economic Forum (WEF), y dado a conocer la semana pasada-, Argentina se ubicó en el puesto 104 sobre un total de 144 países evaluados, manteniendo la posición respecto a la edición del año pasado, pero con una deplorable performance en cuantiosas variables mensuradas por el referido indicador.
Puntualmente, el índice analiza tres factores de estudio a saber: “requerimientos básicos” dentro del cual se estudian cuestiones vinculadas a las instituciones, a la educación y a la estabilidad macroeconómica. Un segundo elemento analiza los “potenciadores de la eficiencia” contemplando aspectos del mercado de bienes y el mercado laboral mientras que un tercer componente analiza los “factores de innovación”. De las tres áreas de estudio, Argentina se adjudica la peor posición en la primera de ellas con el puesto 104, en tanto que en las otras dos se posiciona en los lugares 93 y 96 en forma respectiva.
Al desagregar cada una de las áreas de estudios en las diversas variables que componen el índice, los peores puestos se hallan en: efectos de los impuestos en incentivos a la inversión (puesto 144), desvío de fondos públicos (143), favoritismo en las decisiones del gobierno (143), presencia de barreras comerciales (143), eficiencia del marco jurídico (143), despilfarro del gasto público (142), procedimientos aduaneros (142) y confianza pública en los políticos (141).
La lista podría continuar con posiciones igualmente bajas en materia de educación, trabajo e infraestructura pero, fundamentalmente, la Argentina muestra un muy pobre desempeño en materia institucional. De este modo, se advierte un notable deterioro en los últimos años en materia de competitividad en nuestro país. Solo basta mencionar que para el año 2003, la Argentina ocupaba el puesto 78 en este ranking, es decir que perdió 26 posiciones en la última década.
El reporte indica que si bien el país preserva su posición en relación a la edición pasada, continúa ofreciendo condiciones macroeconómicas adversas y debilidad institucional para llevar a cabo inversiones. Asimismo, destaca que los principales obstáculos para el desarrollo de negocios son la inflación, las regulaciones, la ausencia de crédito, la corrupción y la carga tributaria.
De acuerdo al Índice de Competitividad -elaborado por el World Economic Forum (WEF), y dado a conocer la semana pasada-, Argentina se ubicó en el puesto 104 sobre un total de 144 países evaluados, manteniendo la posición respecto a la edición del año pasado, pero con una deplorable performance en cuantiosas variables mensuradas por el referido indicador.
Puntualmente, el índice analiza tres factores de estudio a saber: “requerimientos básicos” dentro del cual se estudian cuestiones vinculadas a las instituciones, a la educación y a la estabilidad macroeconómica. Un segundo elemento analiza los “potenciadores de la eficiencia” contemplando aspectos del mercado de bienes y el mercado laboral mientras que un tercer componente analiza los “factores de innovación”. De las tres áreas de estudio, Argentina se adjudica la peor posición en la primera de ellas con el puesto 104, en tanto que en las otras dos se posiciona en los lugares 93 y 96 en forma respectiva.
Al desagregar cada una de las áreas de estudios en las diversas variables que componen el índice, los peores puestos se hallan en: efectos de los impuestos en incentivos a la inversión (puesto 144), desvío de fondos públicos (143), favoritismo en las decisiones del gobierno (143), presencia de barreras comerciales (143), eficiencia del marco jurídico (143), despilfarro del gasto público (142), procedimientos aduaneros (142) y confianza pública en los políticos (141).
La lista podría continuar con posiciones igualmente bajas en materia de educación, trabajo e infraestructura pero, fundamentalmente, la Argentina muestra un muy pobre desempeño en materia institucional. De este modo, se advierte un notable deterioro en los últimos años en materia de competitividad en nuestro país. Solo basta mencionar que para el año 2003, la Argentina ocupaba el puesto 78 en este ranking, es decir que perdió 26 posiciones en la última década.
El reporte indica que si bien el país preserva su posición en relación a la edición pasada, continúa ofreciendo condiciones macroeconómicas adversas y debilidad institucional para llevar a cabo inversiones. Asimismo, destaca que los principales obstáculos para el desarrollo de negocios son la inflación, las regulaciones, la ausencia de crédito, la corrupción y la carga tributaria.
El ranking es liderado por Suiza. La nación europea es escoltada por Singapur y Estados Unidos. En términos regionales, Chile es el país líder (puesto 33), seguido por Panamá (48), Costa Rica (52). Brasil (57), México (61), Perú (65), Colombia (66) y Uruguay (80). De este modo, la Argentina sólo supera a Bolivia, Paraguay y Venezuela.
A este magro resultado en competitividad, se adicionan los deterioros obtenidos en los últimos años en libertad económica, libertad de prensa, derechos de propiedad y percepción de corrupción, en conformidad con diversas mediciones mundiales.
En efecto, índices confeccionados por organizaciones diferentes y con metodologías igualmente disímiles arriban a una misma conclusión: en los últimos años, la República Argentina ha profundizado su debilidad institucional; se ha vuelto menos libre y menos competitiva.
A este magro resultado en competitividad, se adicionan los deterioros obtenidos en los últimos años en libertad económica, libertad de prensa, derechos de propiedad y percepción de corrupción, en conformidad con diversas mediciones mundiales.
En efecto, índices confeccionados por organizaciones diferentes y con metodologías igualmente disímiles arriban a una misma conclusión: en los últimos años, la República Argentina ha profundizado su debilidad institucional; se ha vuelto menos libre y menos competitiva.
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@AlejoBongio
Sobre Alejandro Bongiovanni
Es Abogado y Director de Políticas Públicas en la Fundación Libertad (Argentina). Publica regularmente en medios nacionales e internacionales.