China: la fiesta ha terminado, por ahora
La campaña anticorrupción en proceso en la República Popular China es real.
23 de Septiembre de 2014
La campaña anticorrupción en proceso en la República Popular China es real. Lo que se percibió inicialmente como una manera conveniente de eliminar a los opositores políticos luego del arribo al poder del presidente Xi Jinping hacia fines de 2012, mutó en una campaña que nadie podía haber imaginado.
En dieciocho meses, casi un cuarto de millón de funcionarios y otros han sido detenidos o acusados bajo cargos de corrupción. Un aproximado de setenta de ellos han muerto, o bien han cometido suicidio.
La cabeza de la Comisión Central de Disciplina e Inspección, cuerpo encargado de investigar alegatos referidos a delitos o a malversación cometidos por miembros del Partido Comunista chino, es ahora uno de los funcionarios con mayor poder en China. Su show favorito de televisión es la serie americana House of Cards.
La purga anticorrupción ha traído consecuencias imprevistas. El número de personas que se unieron al Partido Comunista ha caído por primera vez en una década. El pasado año, 2.4 millones de personas se unieron al partido político más grande del mundo. Ello representa un 25% menos que en 2012. La cifra actualizada de membresías era de 86.7 millones hacia fines de 2013.
Para la mayoría de los chinos, la membresía en el partido siempre fue codiciada, dado que sobrevenía con un empleo gubernamental con interesantes beneficios y, a la vez, era prerrequisito para escalar a través de las filas del gobierno central. Igualmente importante, creaba la oportunidad para hacerse de sobornos. Es que la corrupción es endémica entre funcionarios públicos en China. De acuerdo con la organización no-gubernamental sin fines de lucro Global Financial Integrity -que se dedica a rastrear flujos ilícitos de capital-, US$1.06 billones abandonaron China entre 2002 y 2011, a pesar de los fuertes controles de la moneda.
La red anticorrupción también ha capturado a peces gordos. Zhou Yongkang, antiguo jefe de la policía secreta, es el funcionario senior del partido de mayor rango que enfrenta cargos por corrupción en la historia de la República Popular.
Amén de motorizar cientos de investigaciones anticorrupción entre cientos de miles de funcionarios, el presidente Xi Jinping ha recortado los presupuestos oficiales y los beneficios ni bien arribó al poder en 2012. Como consecuencia, los beneficios de convertirse en miembro del partido han disminuído notablemente, aunque los riesgos se han incrementado.
Si acaso la campaña de referencia disminuye la corruptela a largo plazo en el Reino Medio, eso aún está por verse. Pero, con la corrupción firmemente enraizada en la cultura política del país, nadie debería esperar por milagros de aquí a poco.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2014/09/16/party-china-now/
En dieciocho meses, casi un cuarto de millón de funcionarios y otros han sido detenidos o acusados bajo cargos de corrupción. Un aproximado de setenta de ellos han muerto, o bien han cometido suicidio.
La cabeza de la Comisión Central de Disciplina e Inspección, cuerpo encargado de investigar alegatos referidos a delitos o a malversación cometidos por miembros del Partido Comunista chino, es ahora uno de los funcionarios con mayor poder en China. Su show favorito de televisión es la serie americana House of Cards.
La purga anticorrupción ha traído consecuencias imprevistas. El número de personas que se unieron al Partido Comunista ha caído por primera vez en una década. El pasado año, 2.4 millones de personas se unieron al partido político más grande del mundo. Ello representa un 25% menos que en 2012. La cifra actualizada de membresías era de 86.7 millones hacia fines de 2013.
Para la mayoría de los chinos, la membresía en el partido siempre fue codiciada, dado que sobrevenía con un empleo gubernamental con interesantes beneficios y, a la vez, era prerrequisito para escalar a través de las filas del gobierno central. Igualmente importante, creaba la oportunidad para hacerse de sobornos. Es que la corrupción es endémica entre funcionarios públicos en China. De acuerdo con la organización no-gubernamental sin fines de lucro Global Financial Integrity -que se dedica a rastrear flujos ilícitos de capital-, US$1.06 billones abandonaron China entre 2002 y 2011, a pesar de los fuertes controles de la moneda.
La red anticorrupción también ha capturado a peces gordos. Zhou Yongkang, antiguo jefe de la policía secreta, es el funcionario senior del partido de mayor rango que enfrenta cargos por corrupción en la historia de la República Popular.
Amén de motorizar cientos de investigaciones anticorrupción entre cientos de miles de funcionarios, el presidente Xi Jinping ha recortado los presupuestos oficiales y los beneficios ni bien arribó al poder en 2012. Como consecuencia, los beneficios de convertirse en miembro del partido han disminuído notablemente, aunque los riesgos se han incrementado.
Si acaso la campaña de referencia disminuye la corruptela a largo plazo en el Reino Medio, eso aún está por verse. Pero, con la corrupción firmemente enraizada en la cultura política del país, nadie debería esperar por milagros de aquí a poco.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2014/09/16/party-china-now/
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Sobre William Wilson
Es analista de investigación senior en el Centro de Estudios Asiáticos de la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Se focaliza principalmente en el análisis de la performance económica de las naciones del espectro Asia-Pacífico y en ilustrar a líderes de Asia en los principios y las prácticas de libremercado.