'La revolución popular-anticriminal ucraniana preocupa a Rusia'

Las autoridades de la Federación Rusa nunca amenazaron al periodista estadounidense David Satter. Durante años, el corresponsal del Financial Times de Londres y del Wall Street Journal en Moscú escribió libremente, a menudo publicando artículos que le hubiesen costado muy caro a sus colegas rusos que se atreviesen a hacer lo propio.

Pero, el año pasado, la buena fortuna de Satter llegó a término. En la mañana de Navidad, siguiendo las instrucciones del ministro ruso de Relaciones Exteriores, el periodista ingresó a la embajada de Rusia en Kiev a los efectos de renovar su visado. Allí, un joven funcionario del servicio exterior le leyó la siguiente expresión, previamente preparada: 'Los órganos competentes han decidido que su presencia en el territorio de la Federación Rusa ya no es deseable. Se le prohíbe a Usted ingresar a Rusia'.

Sin advertencia previa ni explicación alguna, Satter fue expulsado del país, convirtiéndose en el primer corresponsal en ser expulsado desde la caída del comunismo en 1991.

Desde el gobierno de Mikhail Gorbachev hasta el de Vladimir Putin, Satter había cubierto la transición desde la vieja Unión Soviética a la nueva Federación Rusa. Bien predispuestas a cultivar la transparencia, las autoridades rusas proclamaron su presencia como 'un ejemplo de qué tan tolerantes somos'. Pero todo cambió a partir de la revolución ucraniana, declaró Satter.

Satter dijo a The Daily Signal que interpretaba su expulsión como un intento de silenciar las críticas desde el mundo exterior, y de mantener al pueblo ruso alejado de la verdad. Agregó que las manifestaciones de la ciudadanía en Ucrania dieron lugar a un cambio radical en el seno del régimen ruso, llevando al poder a aquellos que planeaban ocultar 'el verdadero significado de lo que sucedió' en la frontera con Ucrania.

'La revolución anti-criminal de carácter popular [en Ucrania] ha asentado un horrrendo precedente, desde el punto de vista del liderato criminal de Rusia', dijo el periodista. Satter afirmó haber sido identificado como una amenaza por aquellos que 'defienden un más férreo control de la información', y que luego fue echado del país bajo sumario. Calificó a su expulsión como un 'presagio histórico, el tipo de señal de que algo realmente había cambiado'.

La etapa de relativa transparencia en Rusia ha llegado a su fin, dijo. Ahora, el régimen está intentando distraer la atención de los rusos 'haciendo lo que siempre hacen: empezar una guerra'. Hasta el momento, declaró Satter, la apuesta de Putin parece estar resultando. El presidente disfruta de un índice de aprobación astronómico, y los rusos se han agrupado en torno del esfuerzo de guerra. Pero no durará, concluyó.

 

'A pesar del chauvinismo de moda', el pueblo ruso mantiene guardado 'un amplio descontento de cara a la falta de Estado de Derecho y a la corrupción [en Rusia], tal como sucedió en Ucrania', dijo. Como periodista devenido en profesor, Satter se considera a sí mismo como un estudiante de larga data en lo que hace a temas sobre Rusia; y también se ha referido en duros términos sobre la conducta de la Administración Obama y a su trato con Moscú.

Satter dijo que la política de 'reseteo' frente a Rusia refleja las 'groseras motivaciones políticas' y la 'carencia de principios' que caracterizan a los funcionarios del Departamento de Estado, quienes 'debieron encontrarse mejor calificados para decirle al presidente que éste ha malinterpretado por completo a Rusia'.

Hoy día, Rusia bordea el barbarismo, dijo Satter, y su expulsión es prueba cabal de la inestabilidad.

 

'Un país civilizado no debiera temer a la verdad', dijo. 'En mi caso, han dejado en claro que eso es a lo que temen'.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2014/11/07/expelled-journalist-popular-anti-criminal-revolution-ukraine-worries-russia/