La desigualdad está cayendo a nivel mundial
¿Está aumentando o disminuyendo la desigualdad? La respuesta depende de nuestro punto de referencia.
¿Está aumentando o disminuyendo la desigualdad? La respuesta depende de nuestro punto de referencia.
En EE.UU., la brecha de ingresos entre el 1% más rico y el resto ha aumentado (en inglés). Pero si no nos fijamos en EE.UU., pero en el mundo, la desigualdad está disminuyendo. Estamospresenciando (en inglés), en las palabras de Branko Milanovic del Banco Mundial, “la primera caída de la desigualdad global entre los ciudadanos desde laRevolución Industrial”.
Durante gran parte de la historia de la humanidad, los ingresos eran más iguales, pero terriblemente bajos. Hace dos mil años, el PIB per cápita en las partes más desarrolladas del mundo se encontraba en alrededor de $3,50 al día. Ese era el promedio global (en inglés) 1.800 años después.
Pero para principios del siglo 19, una pronunciada brecha de ingresos surgió entre Occidente y el resto. Considere a EE.UU. En 1820, EE.UU. era 1,9 veces más rico que el promedio global. Labrecha de ingresos creció a 4,1 en 1960 (en inglés) y llegó a su nivel máximo de 4,8 en 1999. Para 2010, se había encogido en un 19 por ciento hasta llegar a 3,9.
Esa reducción de la brecha no es el resultado de un declive de los ingresos occidentales. Durante la Gran Recesión, por ejemplo, el PIB per cápita de EE.UU. cayó en un 4,8 por ciento entre 2007 y 2009. Este se recuperó en un 5,7 por ciento durante los siguientes cuatro años y ahora se encuentra en su nivel más alto en la historia. En cambio, la reducción de la brecha de ingresos es el resultado de crecientes ingresos en el resto del mundo.
Considere el espectacular progreso de Asia. En 1960, EE.UU. era 11 veces más rico que Asia. Hoy, EE.UU. es solo 4,8 veces más rico que Asia.
Para entender por qué, consideremos a China.
Entre 1958 y 1961, Mao Zedong intentó transformar, mediante el “Gran Salto Adelante”, la economía principalmente agrícola de China en una industrializada. Su objetivo declarado era el de superar la producción industrial del Reino Unido en 15 años.
La industrialización, que incluía la construcción de fábricas en casa así como también compras a gran escala de máquinas en el extranjero, debía pagarse con alimentos producidos en granjas colectivas. Pero la colectivización de la agricultura resultó en una hambruna que mató entre 18 y 45 millones de personas. Las iniciativas industriales, como el intento de Mao de aumentar masivamente la producción de acero, fueron igual de desastrosas. La gente quemó sus casas para alimentar el fuego de las plantas siderúrgicas y derretían los utensilios de cocina para cumplir con las cuotas de producción de acero. El resultado fue la destrucción en lugar de la creación de riqueza.
Deng Xiaoping, el sucesor de Mao, privatizó parcialmente la tierra agrícola y permitió que los agricultores vendan su cosecha. La liberalización comercial grantizó que la producción industrial china ya no sería determinada por cuotas de producción, sino por las demandas de la economía internacional. Pero luego de la liberalización de 1978, el PIB per cápita de China ha aumentado por un factor de 12,5, pasando de $545 en 1980 a $6.807 en 2013. Durante el mismo periodo, la tasa de pobreza de China cayó de 84 por ciento a 10 por ciento. Lo que es cierto de China también es cierto de gran parte del mundo en vías de desarrollo. Como Laurence Chandy y Geoffrey Gertz del Brookings Institution escribieron (en inglés) en 2011, “una reducción de pobreza de esta magnitud no tiene paralelo en la historia: nunca antes tantas personas han escapado de la pobreza durante un periodo tan breve”.
Los países en vías de desarrollo han progresado en otras áreas también. Considere laexpectativa de vida. Entre 1960 y 2010, la expectativa de vida global aumentó de 53 años a 70. En EE.UU., durante el mismo periodo, esta aumentó de 70 años a 78 años. Algo similar se puede decir de la mortalidad infantil y maternal, del tratamiento de las enfermedades contagiosas, y de la difusión de la tecnología.
Muchos estadounidenses señalan a la globalización como un cuco que lo quita a nuestro país buenos empleos y recursos. Pero en realidad, el fenómeno ha provocado un periodo de prosperidad sin precedentes en muchos países pobres. Incluso mientras combatimos problemas económicos en casa permitámonos recordar la perspectiva global —y en gran medida positiva— acerca del estado del mundo.
Analista de políticas públicas del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute. Editor del sitio web Human Progress.