La realidad alternativa de Barack Obama
La reciente entrevista del presidente estadounidense Barack Obama con VOX media...
La reciente entrevista del presidente estadounidense Barack Obama con VOX media -una publicación online- de hace pocos días, representa un nuevo ejemplo de su determinación a la hora de negar la realidad y de minimizar el resurgimiento de la inestabilidad internacional y la violencia bajo su mandato. Este impacta de frente con la Estrategia de Seguridad Nacional 2015, que declaró a la 'paciencia estratégica' como su principio operativo -un aparente eufemismo para no hacer nada. En otras palabras, el mensaje desde la Casa Blanca es tan consistente como preocupante, al mismo tiempo.
¿Realidad alternativa?
El presidente Barack Obama está haciendo frente al ataque ruso contra Ucrania, y ha amenazado con desmantelar una nación de importancia en Europa, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. El debe incluso responder a un peligroso grupo terrorista en Oriente Medio, que ha provocado una masiva crisis de refugiados. ISIS persigue la supremacía regional sobre la base del terrorismo global. A pesar de ello, el presidente de los Estados Unidos reafirma que el mundo está convirtiéndose en 'un lugar más pacífico'.
Lo cual invita a uno a preguntarse: ¿reside el presidente en alguna realidad alternativa?
Segmentos de la entrevista
Esto es lo parte de lo que el presidente estadounidense declaró sobre las relaciones internacionales:
Pregunta: -¿Cree Usted que los medios en ocasiones exageran el nivel de alarma que la gente debería exhibir de cara al terrorismo y a este tipo de caos, en oposición al problema del cambio climático o de epidemias, cuestiones de más largo plazo?
Obama, sobre los medios de comunicación:
Absolutamente. Y no culpo a los medios de comunicación por eso. Remite a la famosa expresión sobre los comentadores de noticias, ¿verdad? 'Si sangra, entonces vende', ¿correcto? ('If it bleeds, it leads'). Usted debe proyectar historias sobre crímenes y balaceras, porque eso es lo que la gente mira, y problemas relacionados con terrorismo, disfunción y caos, junto con catástrofes aéreas y algunas otras cosas, éste es el equivalente cuando se trata de cubrir los asuntos internacionales.
Obama, sobre el terrorismo:
Mi primera obligación es proteger al pueblo estadounidense. Es completamente legítimo que el pueblo americano se muestre profundamente preocupado cuando Usted tiene un puñado de fanáticos violentos y peligrosos en una tienda de delicatessen en París. Dedicamos enormes recursos a ello, y es correcto y apropiado que nos mostremos vigilantes y agresivos a la hora de lidiar con aquello -del mismo modo en que el alcalde de una gran ciudad debe disminuir los índices del delito, si acaso se propone que la ciudad prospere.
Obama, sobre el estado actual del mundo:
La trayectoria de este planeta, en general, es una que se dirige hacia menos violencia, más tolerancia, menos luchas, y menos pobreza. He visto esto antes y creo que algunas personas en Washington dijeron algo como: 'Hey, él está ignorando el caos y las cosas terribles que están sucediendo'. Claramente, no las estoy ignorando. Trato con ellas a diario. Y es para eso que me levanto cada mañana. Me pongo a leer un resumen completo sobre muerte, destrucción, luchas y caos. Esto es lo que acompaña mi té durante las mañanas.
Negación
El problema es que este presidente cerebral y analítico no desea tomar aquello que está presente en aquel 'resumen completo sobre muerte' que recibe cada mañana. Los psicólogos califican esto como 'estado de negación'.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/02/11/president-obamas-alternative-reality/
Es Analista Senior en estudios de Diplomacia Pública, para la Fundación Heritage (Washington, D.C.). Desarrolla trabajos relacionados con instituciones y programas del gobierno estadounidense que hacen a la relación con terceros países y diplomacia tradicional, y elementos críticos en la guerra de ideas contra el extremismo violento. Previamente, se desempeñó como Editora en el periódico The Washington Times.