La paranoia se adueña de la inteligencia estadounidense
Se dijo alguna vez sobre la Revolución Francesa que terminó devorándose a sus propios hijos.
02 de Marzo de 2015
Se dijo alguna vez sobre la Revolución Francesa que terminó devorándose a sus propios hijos. Algo similar está ocurriendo en el seno del establishment de la seguridad nacional en los Estados Unidos de América, conforme respuestas extremas emergen a la luz de la masacre de Charlie Hebdo en París.
En el Consejo Nacional de Seguridad (NSC), está considerándose seriamente la remoción 'temporaria' de naciones europeas incluídas en el Visa Waiver Program y que tienen importantes poblaciones musulmanas. Actualmente, la mayoría de los europeos pueden trasladarse a EE.UU. sin necesidad de tramitar una visa, lo cual conduce a la preocupación de que terroristas europeos 'domésticos' puedan fácilmente ingresar a este país, obtener armamento, y escenificar un Charlie Hebdo en Times Square.
La necesidad de 'hacer algo' se basa en el análisis de la Casa Blanca que versa que naciones tales como Francia o Bélgica no se encuentran en capacidad para ocuparse de sus problemas de terrorismo doméstico, permitiendo que éstos se arrojen potencialmente contra objetivos en los Estados Unidos. Conversaciones en el NSC relativas a opciones desde las cuales limitar los traslados han motivado una fuerte oposición en el Departamento de Estado, que no cuenta con los recursos para volver a emitir grandes cantidades de visas en sus oficinas del extranjero. Los gobiernos foráneos también se mostrarían molestos por semejante maniobra y, sin lugar a dudas, responderían equitativamente contra ciudadanos estadounidenses que viajen hacia el Viejo Continente.
Los eventos de Charlie Hebdo también han revivido la consideración de qué hacer frente al desarrollo posible de más terrorismo 'interno' en Estados Unidos, conforme lo ejemplificaran los asesinatos en el Washington Navy Yard en 2013 y el tiroteo ejecutado por el Mayor Nidal Hasan en Fort Hood (Texas) en 2009. Los posibles pasos a tomar con miras a identificar a individuos considerados de 'alto riesgo' desde la óptica de la seguridad están volviendo a ser tenidos en cuenta, aún cuando el gobierno se muestra reacio a describir tal deliberación en esos términos -mucho menos mencionarse bajo 'profiling'. A nivel interno, sin embargo, un número de agencias federales de seguridad y fuerzas de policía han comenzado a reforzar sus prácticas para empleados que, o bien nacieron, o bien tienen familiares en lo que ahora se conoce como 'zonas de conflicto'.
El Bureau Federal de Investigaciones (FBI) ha institucionalizado el monitoreo estricto de algunos empleados, como parte del programa Post-Adjudication Risk Management, que involucra más frecuentes y estrictas revisiones de seguridad (screenings). Según se ha informado, los propios empleados se muestran molestos ante los procedimientos que deben tolerar, conforme muchos creen -con probable razón- que la inclusión en el programa es tan arbitraria como dañina para cualquier posibilidad de promoción laboral. Muchos de los afectados son lingüistas o especialistas en culturas extranjeras que resultan críticos para los esfuerzos del FBI a la hora de monitorear a comunidades inmigrantes en los EE.UU. Algunos incluso argumentan que el incremento del escrutinio podría, probablemente y cuando menos, generar series de empleados molestos, sin que necesariamente se optimice la seguridad nacional.
Otras agencias lindantes con la seguridad nacional han seguido los pasos del FBI, aunque se han mostrado reacias a la hora de formalizar una categoría de empleados de alto riesgo desde la creación de un programa real. Desde el incidente del Washington Navy Yard, el empleo de polígrafos para muchos empleados con acceso a información clasificada se ha duplicado, y se ha registrado un monitoreo más acentuado de las comunicaciones internas. Los críticos de la disrupción y los gastos involucrados en la búsqueda de 'insiders' también remite al hecho de que los EE.UU. se han mostrado relativamente inmunes al terrorismo internacional desde el 11 de septiembre de 2001, precisamente porque los musulmanes americanos se han asimilado bastante a la cultura local, lo cual podría verse modificado perceptiblemente si se desarrolla una creencia recurrente de que no son dignos de confianza para el gobierno que les da empleo.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://www.theamericanconservative.com/articles/paranoia-strikes-u-s-intelligence/ | Traducido y republicado con permiso del autor y de The American Conservative
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://www.theamericanconservative.com/articles/paranoia-strikes-u-s-intelligence/ | Traducido y republicado con permiso del autor y de The American Conservative
Seguir en
@PhilipGiraldi
Sobre Philip Giraldi
Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.