POLITICA: MATIAS E. RUIZ

Bajada del Agrio y Yang Wanming, el espía que vino de Pekín

El 4 de septiembre de 2014, desde este espacio, se explicitó la relación intragubernamental...

23 de Marzo de 2015

El 4 de septiembre de 2014, desde este espacio, se explicitó la relación intragubernamental entre el establishment científico de la República Popular China y sus fuerzas armadas (http://www.elojodigital.com/contenido/13673-colonizaci-n-la-rep-blica-popular-china-y-la-argentina). En aquel análisis, se recordaba que el director de la firma estatal china CLTC (China Satellite Launch and Tracking Control General) hace las veces de cabeza del Departamento General de Armamentos (GAD) del Ejército Popular de Liberación (PLA). A la sazón, CLTC será -en forma directa- el órgano controlante de la base de telemetría y control satelital que el gobierno de Pekín acaba de construir en la remota localidad neuquina de Bajada del Agrio, merced a los buenos oficios del Frente para la Victoria y la sorprendente discrecionalidad de la Administración Fernández de Kirchner.

Recién el 8 de septiembre del pasado año, el columnista Martín DiNatale se haría eco de lo publicado en El Ojo Digital, en su columna de La Nación intitulada 'Preocupa el eventual uso militar de un área espacial de China en el Sur' (ver: http://www.lanacion.com.ar/1725382-preocupa-el-eventual-uso-militar-de-una-estacion-china-en-neuquen), allanándose el camino para una sorda conmoción en la comunidad política local, de las Fuerzas Armadas y de inteligencia. Con el Bajada del Agrio, Neuquéncorrer de los meses, quedaría en evidencia el hecho de que el gobierno argentino había procedido con premura en la ratificación inconstitucional de un convenio con una potencia extranjera, sin mediar la intervención del parlamento (que volvería a apersonarse como vulgar escribanía, con miras a rubricar los acuerdos casi al cierre de las obras en la instalación en la Patagonia), y sin que el Gobierno de la Provincia del Neuquén debatiese la magnitud del episodio en su Legislatura. El agravante, por estas horas imposible de disimular: que la Casa Rosada certificaba unilateralmente el ingreso de personal militar de la República Popular en suelo argentino. Así las cosas, el popular mito del 'imperialismo estadounidense' terminaría siendo aniquilado sin piedad por la Presidente.

Difícil sería, incluso, esmerilar al oficialismo por su incoherencia: al igual que el acuerdo con la petrolera estadounidense Chevron y otras en la explotación del yacimiento Vaca Muerta, del convenio firmado con el gobierno de Pekín no se conoce letra chica alguna. Los términos y alcances de la rúbrica continúan siendo secretos. A la luz del incómodo debate, lo único certificable ciento por ciento es la molestia que se apoderó del embajador de la nación oriental, Yang Wanming, por cuanto aquello que debía pasar desapercibido terminó por rebotar en los titulares de los periódicos de tirada masiva. Hacia noviembre de 2014, y en plena demostración de sus capacidades como 'embajador plenipotenciario', Wanming exigió a viva voz encuentros Yang Wanminreservados con legisladores del FPV (http://www.lanacion.com.ar/1742813-malestar-de-china-por-el-freno-en-el-senado-a-la-estacion-espacial) -visiblemente perturbado, conforme comentado a este medio en el Congreso de la Nación, por la demora en la ratificación del irregular acuerdo binacional. De acuerdo con apuntes recopilados por servicios de información occidentales, el embajador de Pekín en este país trae consigo una plétora de conexiones subterráneas con la repartición conocida en China como Guójiā Ānquánbù -en lenguaje discernible, el Ministerio de Seguridad Estatal. Entre las funciones del órgano, revistan la inteligencia extranjera, la contrainteligencia y la seguridad política; adicionalmente, el dignatario viene de oficiar de enlace para el espionaje chino en la vecina República de Chile y en los Estados Unidos Mexicanos. La República Popular China administra instalaciones de seguimiento satelital (en particular, de las actividades de la NASA estadounidense) en Santiago de Chile, Swakopmund (Namibia), Karachi (Paquistán), Malindi (Kenia) y Dongara (Australia). La fachada de Wanming ha resultado ser tan obvia como burda: el servicio diplomático. Para no ingresar en el escarpado terreno de las relaciones que tienen como protagonista al embajador y al círculo intimista de personeros de alto calibre en la dictadura de Jiang Zemin, quien hoy ha montado una persecución en formato de carnicería contra su antecesor en el Partido Comunista Chino (PcCh).

Al cierre, el relato de referencia no solo se yuxtapone con el improvisado ideologismo de Carlos Zannini y su aspiración de moldear en la Argentina una nomenklatura con reflejo cabal en aquel que regentea a la China comunista. Remite también a las poco sutiles interferencias de en espía del extranjero devenido en pretendido embajador (y a sus tratos clandestinos con miembros del Honorable Congreso de la Nación), a un gobierno que no recula en su intención de resignar soberanía a cambio de los fondos frescos que necesita desesperadamente, y al inveterado atropello de la Constitución Nacional -costumbrismo que ha resultado más oneroso que nunca, en los doce años que ya contabiliza la década ganada.

Bordeando ya las consideraciones penales para los involucrados en la fraudulenta negociación, sobresale la figura del recalcitrante promotor de la base china en Bajada del Agrio y Diputado Nacional del FPV -es también titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara-, el mendocino Guilermo Carmona. El legislador afirmó durante el pasado mes de febrero que 'intentar hacer pasar este acuerdo por un subterfugio para el uso militar es una Guillermo Carmona, FPVcanallada'. 'No permitiremos este tipo de especulaciones', agregaría después. Por desgracia para él, la realidad lo ha desmentido con crudeza. Finiquitado el año calendario 2015, a Carmona y a sus partenaires comerciales no le quedará otra alternativa que repasar ciertos alcances y considerandos tipificados en el Código Procesal Penal. No en vano, la fraseología del oficialismo suele concentrarse en la reformulación de éste y del Código Civil, a los efectos de poner por escrito obstrucciones sobre cualquier iniciativa que pretenda revisar actos de gobierno. Aún está por verse si la maniobra cosechará éxito.

Con rigor palmario, Cristina Fernández de Kirchner y sus acólitos en el parlamento no solo buscan mantener para sí los obscuros beneficios obtenidos (ya sean en metálico o en la forma de firmas traccionadas por personeros de la talla de Cristóbal López): la idea es que nunca se los persiga por haber fracturado con ruidosa eficiencia el orden constitucional e institucional de la República. Esto suele catalogarse, en lenguaje suburbano, como impunidad.


Lecturas relacionadas


- Colonización: la República Popular China y la Argentina (4 de septiembre de 2014; del autor), en http://www.elojodigital.com/contenido/13673-colonizaci-n-la-rep-blica-popular-china-y-la-argentina
- El Reino de 'Todo Bajo el Cielo' y la Argentina sinocéntrica (11 de septiembre de 2014; del autor), en http://www.elojodigital.com/contenido/14165-bajada-del-agrio-y-yang-wanming-el-esp-que-vino-de-pek-n
 

Sobre Matias E. Ruiz

Es Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Publicidad. Es Editor y Director de El Ojo Digital desde 2005.