España: Podemos marca la agenda
El mayor éxito de Podemos ha sido envenenar el debate político con un tufo colectivista.
29 de Marzo de 2015
El mayor éxito de Podemos ha sido envenenar el debate político con un tufo colectivista. Con diferente intensidad, los demás partidos parecen haber sucumbido ante un discurso según el cual la sociedad española está partida en dos. Los ricos son cada vez más ricos, los pobres cada vez más pobres, y la clase media está en vías de proletarización. En este clima, el populismo, la competencia por demostrar quien tiene una mayor sensibilidad social y, por tanto, quien defiende mejor los intereses de los desfavorecidos se ha transformado en el eje central de la discusión. Sin duda alguna, la larga y dura crisis económica padecida por España ha tenido un alto coste. Ahora bien, esa situación es coyuntural, no constituye un mal endémico y, si no se cometen errores de diagnóstico y de tratamiento, tenderá a corregirse con el crecimiento de la economía. La experiencia muestra que ese es el único camino para elevar el nivel de vida de todos los ciudadanos.
De entrada, de acuerdo con los datos del World Top Incomes Database, en España, el porcentaje de la renta absorbido por el 1% y por el 10% de la población más rica supone, respectivamente, al 8,12% y el 31,64% del total. Esta situación es similar a la de Francia, donde el 1% absorbe el 8,08% y el 10%, el 32,69%, y mejor que la de Alemania país en el que el 1% representa el 13,9% de la renta total y el 10%, el 39,2% existente; o a de la del Reino Unido, en donde ese 1% supone el 12,93% y el 10%, el 39,15%. Para decirlo con claridad, la participación de los ricos españoles en la distribución de la renta nacional es menor a la vigente en las mayores economías de la zona euro y ha permanecido en niveles muy parecidos a los anteriores a la crisis. Ceteris paribus, esto significa que el resto de las clases sociales no han visto reducirse de manera sustancial su trozo de la tarta.
Por otra parte, los contribuyentes con bases imponibles superiores a los 60.000 euros/año representan el 4,8% de los declarantes y aportan el 31,3% de la recaudación por Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). La franja comprendida entre los 36.000 y los 60.000 supone el 11,2% de las declaraciones y proporciona el 23% de lo recaudado por ese impuesto. Para cerrar el círculo, los ingresos entre 36.000 y 60.000 provienen en un 84% de los rendimientos del trabajo y los comprendidos entre los 60.000 y los 168.000 euros proceden de esa fuente en un 73,3%. Es, pues, la clase media y alta cualificada la que soporta la mayor carga tributaria en España. Este panorama se agrava si se tiene en cuenta que el tipo marginal en la imposición sobre la renta en Francia, Alemania o el Reino unido se aplica a partir de umbrales de remuneración por encima de los 150.000 euros/año.
'Sólo en las sociedades estáticas la distribución de la renta y la riqueza está compartimentada'
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la ganancia media por trabajador se sitúa en los 22.726 euros/año frente, anti intuitivo, a los 21.883 de 2008, el postrero año de la expansión. Desde esta perspectiva resulta evidente que la disminución de los ingresos de los hogares con más de un miembro en edad de trabajar se ha producido sólo y exclusivamente porque uno de ellos o los dos han perdido su empleo. Esto significa que, si la recuperación se consolida, y el empleo crece la renta media de las familias españolas aumentará de manera significativa. Así pues, la conclusión evidente es que la vía para mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, de las grandes capas medias, no estriba en aplicar políticas redistributivas de índole fiscal y presupuestaria sino en crear las condiciones para que la economía crezca y cree puestos de trabajo; entre ellas, una fiscalidad baja y un mercado laboral flexible.
'Sólo en las sociedades estáticas la distribución de la renta y la riqueza está compartimentada'
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la ganancia media por trabajador se sitúa en los 22.726 euros/año frente, anti intuitivo, a los 21.883 de 2008, el postrero año de la expansión. Desde esta perspectiva resulta evidente que la disminución de los ingresos de los hogares con más de un miembro en edad de trabajar se ha producido sólo y exclusivamente porque uno de ellos o los dos han perdido su empleo. Esto significa que, si la recuperación se consolida, y el empleo crece la renta media de las familias españolas aumentará de manera significativa. Así pues, la conclusión evidente es que la vía para mejorar el nivel de vida de los ciudadanos, de las grandes capas medias, no estriba en aplicar políticas redistributivas de índole fiscal y presupuestaria sino en crear las condiciones para que la economía crezca y cree puestos de trabajo; entre ellas, una fiscalidad baja y un mercado laboral flexible.
Ese objetivo se ve erosionado por la podemización ambiente. Se está produciendo una especie de ignosis colectiva en la que el énfasis del discurso público ha oscilado desde qué se debe hacer para que los españoles ambicionen mejorar sus condiciones de vida y las de sus hijos a un ideario cuyo principal objetivo es evitar que aquellas se deterioren. El ideal de una sociedad de oportunidades para todos está cediendo paso a una defensa a ultranza de un statu quo basado en la mediocridad, en la configuración de una sociedad de expectativas limitadas, en la que cada uno ha de conformarse con no empeorar, y en la que empieza a extenderse un clima en el que a quien le va bien es sospechoso. Este igualitarismo ramplón corre el riesgo de transformarse en la ideología dominante.
Sólo en las sociedades estáticas la distribución de la renta y de la riqueza está compartimentada y apenas se modifica con el tiempo. Los ricos de ayer son los de hoy y serán los de mañana. En las prósperas y dinámicas, la clave es la movilidad social, esto es, la posibilidad de ascender o descender en la pirámide social de acuerdo con los principios del mérito y del esfuerzo personal. Ser rico, ganar mucho dinero o tener perspectivas y deseos de prosperar son virtudes, no defectos, si ello es el resultado del trabajo duro, de una buena formación, de haber proporcionado a los demás bienes y servicios que ellos desean. Acumular capital para legárselo a nuestros descendientes y que éste no sea confiscado por la fiscalidad es bueno y, además, ese ahorro se emplea para financiar actividades productivas. Los ejemplos podrían extenderse hasta el infinito.
La emergencia de clamorosos casos de enriquecimiento por medios ilícitos está degenerando en una causa general contra la riqueza, sin efectuar distinciones de ningún tipo. Un país en el que esta visión se convierte en paradigma tiene un futuro sombrío, y quienes la profesan no sólo están equivocados sino que tienen una concepción muy negativa, por no decir despectiva, de lo que son los españoles, una especie de rebaño al que se da pienso para que no se irrite y al que se suministran sedantes para que esté tranquilo. Este es el mayor éxito de Podemos hasta el momento.
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@ElCatoEnCorto
Sobre Lorenzo Bernaldo de Quirós
Es presidente de la firma Freemarket International Consulting en Madrid, España. Se desempeña también como consultor económico para el Instituto de Estudios Económicos y sirve en el comité de directores de numerosas compañías y editoriales en España. Bernaldo de Quirós escribe columnas con rigor semanal en La Gaceta de los Negocios, La Razón, y Epoca, así como también en el sitio web en español del think tank estadounidense The Cato Institute.