Forúnculos que revientan
Desde que la tía Julia se fue y decidí convertirme en 'escribidor', allá por el 2006, muchas veces me he preguntado...
05 de Abril de 2015
Señora de ojos vendados que estás en los Tribunales: quítate la venda y mira... que sin tus buenos oficios no somos nada.
María Elena Walsh
* * *
Desde que la tía Julia se fue y decidí convertirme en escribidor, allá por el 2006, muchas veces me he preguntado en qué nos hemos convertido como sociedad pero, obviamente, mi desconcierto llega al extremo cuando, diariamente, explotan nuevas y gigantescas bolsas de pus, que tapan a las anteriores, y no reaccionamos; nada parece importar que, donde el periodismo o la Justicia tocan, aparezcan nuevos e inmundos focos de la corrupción más profunda que recuerde la historia de nuestro país. Por muchísimo menos, la pax política de nuestros vecinos saltó por el aire, como ha sucedido en los últimos meses en Chile, Brasil y Bolivia, aún cuando sus gobiernos hayan reasumido poco tiempo atrás; Michelle Bachelet, Dilma Rousseff y Evo Morales pueden dar fe de cuanto digo.
La revista Veja, la mejor y más seria publicación de América Latina, reveló el lunes que Nilda Garré (ex Ministro de Defensa, ex Embajadora en Caracas y actual Embajadora en la OEA) y Máximo Kirchner son (o, a esta altura, eran) cotitulares de cuentas en Delaware, Caiman y Teherán, alimentadas con más de cien millones de dólares, provenientes de los negociados de los Kirchner con Chávez con los bonos soberanos, con las exportaciones argentinas y, seguramente, con la triangulación de tecnología nuclear argentina a Irán; por su parte, Daniel Santoro, del demonizado Clarín, aportó más datos que corroboraron la información. Gracias a Dios, Máximo pudo dar incontrastables pruebas de la falsedad de la historia, ya que aclaró que no salió del país en los últimos diez años; ¿es que el Gobierno nos cree tan idiotas?
La obvia vinculación del aserto periodístico con el memorandum [de entendimiento] firmado con Mahmoud Ahmadinejad, para exculpar a su país del atentado a la AMIA y levantar las alertas rojas, no hace más que confirmar la denuncia que formuló Nisman contra la Presidente, hecho que lo llevó a la muerte. Por lo demás, las filtraciones que desnudó Snowden esta semana respecto al espionaje británico sobre políticos y militares locales, también demuestran que la preocupación del mundo occidental con el giro geopolítico de Cristina coincidió, en el tiempo, con el comienzo de las conversaciones entre Héctor Timerman, nuestro absurdo Ministro de Relaciones Exteriores, y su par iraní en Caracas y Siria.
No es para menos; la cesión de soberanía para la construcción de una base militar china en nuestro territorio, y los nuevos acuerdos con Rusia -que la Presidente ampliará durante su inminente viaje a Moscú- en materia nuclear, ponen en riesgo el control del Atlántico Sur (no debemos, mal que pese a nuestro tradicional ombliguismo, circunscribir el análisis a Malvinas) y, por ende, el de la Antártida y eso inquieta, y mucho, a las cancillerías occidentales. En este aspecto, resultará de muchísimo interés escuchar a los mejores expertos en relaciones internacionales de distintas procedencias políticas que presentarán en el CARI (Consejo Argentino de las Relaciones Internacionales), el 15 de abril a las 18:30, un importante documento consensuado -similar a los que produjeron los ex-secretarios de Energía- con relación a políticas de estado en nuestra futura vinculación con el mundo.
La denuncia de Veja, que tira un millón ejemplares por semana, dio pie para la segunda aparición pública de Máximo; pese a que el supuesto motivo era desmentirla, permitió que el heredero recibiera las luces de la prensa. Aupada por esos focos destellantes, La Cámpora, cuya jefatura cómicamente se le atribuye, rápidamente lo constituyó en aspirante a algo, colgado de alguna lista oficialista; dudo que la extrema fantasía de convertirlo en pre-candidato a Presidente, anunciada por José Ottavis, uno de los líderes de esa organización, se concrete, toda vez que llevaría a una extrema polarización del electorado y a la segura derrota del inexperto (salvo para robar) joven por un amplísimo margen.
Lo mismo me parece que ocurrirá con la eventual aparición de la noble viuda como candidata a gobernadora bonaerense o a la cabeza de la lista de diputados; sólo se concretarán si las encuestas de última hora le garantizaran un amplio triunfo, ya que no la imagino aceptando llegar segunda o tercera en esas carreras. La actitud de Beder Herrera debe preocupar: cuando todos los mandatarios ¿leales? fueron convocados a Buenos Aires y apretados para que no desdoblaran las elecciones provinciales -y así verse obligados a atar su suerte al carro kirchnerista-, el Gobernador de La Rioja regresó y las adelantó.
Pesarán, seguramente, en la decisión de Cristina los sindicatos, cuya dirigencia fue convertida en "oligárquica" -original calificativo, cuando quien lo utiliza es la persona más injustificadamente rica del país- y "traidora a la clase obrera" por el discurso presidencial del mismo día del monumental paro del martes 31. Ese brutal enfrentamiento con lo que el peronismo considera desde sus orígenes su columna vertebral, nos retrotrae al momento en que María Estela Martínez de Perón y su Ministro, José López Rega, intentaron en 1975 despegarse de la CGT: el Ministro de Economía, Celestino Rodrigo, fue despedido, el "Brujo" tuvo que irse del país y, a los pocos meses, la propia "Isabelita" perdió el cargo en medio de la indiferencia general.
Este mes de abril, que recién comienza, traerá varias importantes elecciones provinciales; sus resultados despejarán la confusión que han generado tantos estudios de opinión pública, la mayoría de ellos contratados por políticos que los utilizan para su propia instalación; recordemos que todos los investigadores revelan sus verdaderos números sólo en los últimos días previos a las elecciones, ya que lo acertado -o no- de sus vaticinios determinan su futuro empresarial.
En estos momentos, cuando circulan varios análisis que pretenden la recomposición de la imagen presidencial y ubican al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires a la cabeza del trío mayor de candidatos a suceder a Cristina, he oído a algunos inocentes recitar un actualizado mantra: 'Scioli al gobierno, Cristina al poder'. Si la Presidente creyera en esa simplificación, cometería un gruesísimo error, ya que el mandatario bonaerense carece de la lealtad que caracterizó, como a ningún otro en la historia, a Héctor Cámpora; muy por el contrario, Don Lancha comenzaría, al día siguiente a su asunción, a cobrarse los doce años de humillaciones con que el kirchnerismo ha pagado su permanente "felpudismo" y el peronismo, como siempre, acudiría en ayuda del vencedor.
Para terminar, una corta reflexión sobre los nuevos avances en la prolongada guerra del Poder Ejecutivo contra el Judicial, originada en la grave preocupación que embarga a la Presidente, a su familia y a su entorno de cómplices y testaferros sobre el horizonte penal, que ven acercarse cada día. A pesar de haberme equivocado cuando pensé que el Juez Ballestero no aceptaría convertirse en bonzo -ya ha sufrido públicos escraches-, creo que la Casa Rosada no conseguirá comprar -o, como mínimo, conseguir su ausencia en la crucial sesión- a los cuatro o cinco senadores que necesitaría para lograr la designación de Roberto Carlés para integrar la Corte Suprema de Justicia.
Pero, simultáneamente, está en las intenciones del oficialismo aumentar el número de sus miembros de cinco a nueve, por una ley que no requiere de mayorías especiales; en la medida en que la oposición no estaría dispuesta a otorgar su conformidad a las designaciones que proponga el Ejecutivo, éste podría integrarla con conjueces, obviamente fieles; aunque no permanecerían en sus cargos después del cambio de gobierno, garantizarían el inmediato archivo de las causas por corrupción, hoy tanto inquietan. Sólo nos quedará entonces que la actual Corte encuentre el camino para resolver la inconstitucionalidad de la norma y, así, impedirles asumir, como ya hizo con los fiscales en enero.
Espero que la Pascua de Resurrección y el Pésaj que estamos celebrando nos permitan reaccionar frente a tantos repugnantes forúnculos que cubren nuestra piel y traigan a la Argentina la paz, de la mano de la república, de la verdadera democracia representativa y, sobre todo, de la honestidad y de la decencia; sólo así, como dijo SS Francisco, tendremos futuro.
María Elena Walsh
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Desde que la tía Julia se fue y decidí convertirme en escribidor, allá por el 2006, muchas veces me he preguntado en qué nos hemos convertido como sociedad pero, obviamente, mi desconcierto llega al extremo cuando, diariamente, explotan nuevas y gigantescas bolsas de pus, que tapan a las anteriores, y no reaccionamos; nada parece importar que, donde el periodismo o la Justicia tocan, aparezcan nuevos e inmundos focos de la corrupción más profunda que recuerde la historia de nuestro país. Por muchísimo menos, la pax política de nuestros vecinos saltó por el aire, como ha sucedido en los últimos meses en Chile, Brasil y Bolivia, aún cuando sus gobiernos hayan reasumido poco tiempo atrás; Michelle Bachelet, Dilma Rousseff y Evo Morales pueden dar fe de cuanto digo.
La revista Veja, la mejor y más seria publicación de América Latina, reveló el lunes que Nilda Garré (ex Ministro de Defensa, ex Embajadora en Caracas y actual Embajadora en la OEA) y Máximo Kirchner son (o, a esta altura, eran) cotitulares de cuentas en Delaware, Caiman y Teherán, alimentadas con más de cien millones de dólares, provenientes de los negociados de los Kirchner con Chávez con los bonos soberanos, con las exportaciones argentinas y, seguramente, con la triangulación de tecnología nuclear argentina a Irán; por su parte, Daniel Santoro, del demonizado Clarín, aportó más datos que corroboraron la información. Gracias a Dios, Máximo pudo dar incontrastables pruebas de la falsedad de la historia, ya que aclaró que no salió del país en los últimos diez años; ¿es que el Gobierno nos cree tan idiotas?
La obvia vinculación del aserto periodístico con el memorandum [de entendimiento] firmado con Mahmoud Ahmadinejad, para exculpar a su país del atentado a la AMIA y levantar las alertas rojas, no hace más que confirmar la denuncia que formuló Nisman contra la Presidente, hecho que lo llevó a la muerte. Por lo demás, las filtraciones que desnudó Snowden esta semana respecto al espionaje británico sobre políticos y militares locales, también demuestran que la preocupación del mundo occidental con el giro geopolítico de Cristina coincidió, en el tiempo, con el comienzo de las conversaciones entre Héctor Timerman, nuestro absurdo Ministro de Relaciones Exteriores, y su par iraní en Caracas y Siria.
No es para menos; la cesión de soberanía para la construcción de una base militar china en nuestro territorio, y los nuevos acuerdos con Rusia -que la Presidente ampliará durante su inminente viaje a Moscú- en materia nuclear, ponen en riesgo el control del Atlántico Sur (no debemos, mal que pese a nuestro tradicional ombliguismo, circunscribir el análisis a Malvinas) y, por ende, el de la Antártida y eso inquieta, y mucho, a las cancillerías occidentales. En este aspecto, resultará de muchísimo interés escuchar a los mejores expertos en relaciones internacionales de distintas procedencias políticas que presentarán en el CARI (Consejo Argentino de las Relaciones Internacionales), el 15 de abril a las 18:30, un importante documento consensuado -similar a los que produjeron los ex-secretarios de Energía- con relación a políticas de estado en nuestra futura vinculación con el mundo.
La denuncia de Veja, que tira un millón ejemplares por semana, dio pie para la segunda aparición pública de Máximo; pese a que el supuesto motivo era desmentirla, permitió que el heredero recibiera las luces de la prensa. Aupada por esos focos destellantes, La Cámpora, cuya jefatura cómicamente se le atribuye, rápidamente lo constituyó en aspirante a algo, colgado de alguna lista oficialista; dudo que la extrema fantasía de convertirlo en pre-candidato a Presidente, anunciada por José Ottavis, uno de los líderes de esa organización, se concrete, toda vez que llevaría a una extrema polarización del electorado y a la segura derrota del inexperto (salvo para robar) joven por un amplísimo margen.
Lo mismo me parece que ocurrirá con la eventual aparición de la noble viuda como candidata a gobernadora bonaerense o a la cabeza de la lista de diputados; sólo se concretarán si las encuestas de última hora le garantizaran un amplio triunfo, ya que no la imagino aceptando llegar segunda o tercera en esas carreras. La actitud de Beder Herrera debe preocupar: cuando todos los mandatarios ¿leales? fueron convocados a Buenos Aires y apretados para que no desdoblaran las elecciones provinciales -y así verse obligados a atar su suerte al carro kirchnerista-, el Gobernador de La Rioja regresó y las adelantó.
Pesarán, seguramente, en la decisión de Cristina los sindicatos, cuya dirigencia fue convertida en "oligárquica" -original calificativo, cuando quien lo utiliza es la persona más injustificadamente rica del país- y "traidora a la clase obrera" por el discurso presidencial del mismo día del monumental paro del martes 31. Ese brutal enfrentamiento con lo que el peronismo considera desde sus orígenes su columna vertebral, nos retrotrae al momento en que María Estela Martínez de Perón y su Ministro, José López Rega, intentaron en 1975 despegarse de la CGT: el Ministro de Economía, Celestino Rodrigo, fue despedido, el "Brujo" tuvo que irse del país y, a los pocos meses, la propia "Isabelita" perdió el cargo en medio de la indiferencia general.
Este mes de abril, que recién comienza, traerá varias importantes elecciones provinciales; sus resultados despejarán la confusión que han generado tantos estudios de opinión pública, la mayoría de ellos contratados por políticos que los utilizan para su propia instalación; recordemos que todos los investigadores revelan sus verdaderos números sólo en los últimos días previos a las elecciones, ya que lo acertado -o no- de sus vaticinios determinan su futuro empresarial.
En estos momentos, cuando circulan varios análisis que pretenden la recomposición de la imagen presidencial y ubican al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires a la cabeza del trío mayor de candidatos a suceder a Cristina, he oído a algunos inocentes recitar un actualizado mantra: 'Scioli al gobierno, Cristina al poder'. Si la Presidente creyera en esa simplificación, cometería un gruesísimo error, ya que el mandatario bonaerense carece de la lealtad que caracterizó, como a ningún otro en la historia, a Héctor Cámpora; muy por el contrario, Don Lancha comenzaría, al día siguiente a su asunción, a cobrarse los doce años de humillaciones con que el kirchnerismo ha pagado su permanente "felpudismo" y el peronismo, como siempre, acudiría en ayuda del vencedor.
Para terminar, una corta reflexión sobre los nuevos avances en la prolongada guerra del Poder Ejecutivo contra el Judicial, originada en la grave preocupación que embarga a la Presidente, a su familia y a su entorno de cómplices y testaferros sobre el horizonte penal, que ven acercarse cada día. A pesar de haberme equivocado cuando pensé que el Juez Ballestero no aceptaría convertirse en bonzo -ya ha sufrido públicos escraches-, creo que la Casa Rosada no conseguirá comprar -o, como mínimo, conseguir su ausencia en la crucial sesión- a los cuatro o cinco senadores que necesitaría para lograr la designación de Roberto Carlés para integrar la Corte Suprema de Justicia.
Pero, simultáneamente, está en las intenciones del oficialismo aumentar el número de sus miembros de cinco a nueve, por una ley que no requiere de mayorías especiales; en la medida en que la oposición no estaría dispuesta a otorgar su conformidad a las designaciones que proponga el Ejecutivo, éste podría integrarla con conjueces, obviamente fieles; aunque no permanecerían en sus cargos después del cambio de gobierno, garantizarían el inmediato archivo de las causas por corrupción, hoy tanto inquietan. Sólo nos quedará entonces que la actual Corte encuentre el camino para resolver la inconstitucionalidad de la norma y, así, impedirles asumir, como ya hizo con los fiscales en enero.
Espero que la Pascua de Resurrección y el Pésaj que estamos celebrando nos permitan reaccionar frente a tantos repugnantes forúnculos que cubren nuestra piel y traigan a la Argentina la paz, de la mano de la república, de la verdadera democracia representativa y, sobre todo, de la honestidad y de la decencia; sólo así, como dijo SS Francisco, tendremos futuro.
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@EGAvogadro
Sobre Enrique Guillermo Avogadro
Abogado. Columnista de temas políticos de Argentina, y colaborador en otros medios nacionales. Sus artículos completos pueden repasarse en el blog del autor, o en el enlace http://www.elojodigital.com/categoria/tags/enrique-guillermo-avogadro.