De cómo el acuerdo con Irán potenciaría las chances de un conflicto
Seamos honestos: el extendido plan de acción conjunto anunciado la pasada semana en Lausanne, Suiza...
11 de Abril de 2015
Seamos honestos: el extendido plan de acción conjunto anunciado la pasada semana en Lausanne, Suiza, entre el Grupo 5+1 (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania) e Irán es, esencialmente, un test de Rorschach.
Así, pues, la gente ve lo que quiere ver.
Algunas personas, como el Equipo Obama, ve el acuerdo como una imagen borrosa de palomas blancas lanzadas al aire, signando 'paz en nuestro tiempo'. Otros ven el pacto preliminar como una figura obscura, con nubes como forma de hongo disimuladas.
En mi opinión, el de referencia no es un buen acuerdo.
En primer lugar, el convenio intenta 'congelar' el programa de armas nucleares de Irán durante algo de una década, pero no lo fuerza a retroceder; la vasta infraestructura nuclear de reactores en este país y sus instalaciones de enriquecimiento pueden ser alteradas, mas no desmanteladas.
Y eso es perturbador.
Este estado de cosas logrará que las naciones árabes y otras árabes sunitas en la región -como ser Arabia Saudí, Egipto y, quizás, Turquía- comiencen a evaluar la alternativa de equilibrar el campo de juego nuclear con su rival persa-chiíta, construyendo sus propios programas nucleares.
A raíz de la asertividad iraní en Siria, Irak y -en menor medida- Yemén, una carrera armamentista convencional es probable que tenga lugar. Conforme las sanciones sobre Irán son levantadas, el dinero comenzará a fluir hacia sus arcas, permitiendo crecer a su poder político, económico y militar.
Los vecinos de Irán responderán.
Asimismo, uno tampoco puede mostrarse cómodo con la idea de que no todo el material fisible de Irán será embarcado fuera del país, y que será diluído. Pero este proceso puede revertirse si Irán decide hacerlo.
Tampoco se consideraron acciones sobre el programa de misiles balísticos iraníes de largo alcance, que podrían ser empleados para dirigir cargas nucleares hacia los Estados Unidos. En efecto, y durante este año, Irán pudo testear un vehículo espacial con alcance para sus misiles intercontinentales. Los misiles de este tipo (ICBMs, InterContinental Ballistic Missile, en inglés) está diseñados para transportar cabezas nucleares, por cierto.
Irán también estará en capacidad de continuar con sus investigaciones nucleares, y aún no ha respondido a las preguntas sobre la variable PMD (Possible Military Dimensions, o Potencialidad Militar Calculable) interpuestas por la Agencia Internacional de Energía Atómica, que remite a preocupaciones relativas al desarrollo de programas de cabezas nucleares.
Desde luego: ¿por qué Irán se mostraría dispuesto a responder aquellas preguntas, dado que ello confirmaría que su programa de armas nucleares no comportaba propósitos de energía para uso pacífico después de todo?
Afortundamente, hay grandes probabilidades de que el acuerdo no se complete, considerando los diabólicos detalles que deberán ser negociados de cara a la próxima fecha límite, que coincide con fines del mes de junio.
Esto involucrará el ritmo del alivio en las sanciones económicas, las limitaciones relativas a investigación y desarrollo nuclear, el establecimiento de variables críticas (ejemplo: disponibilidades o existencias de material nuclear), y la necesidad de inspecciones intrusivas que deberán respaldar la verificación durante el proceso de implementación.
Algunos insisten en que la única opción de política exterior que queda sería la guerra -así es que este acuerdo debe ser 'aceptado como está'. Ya fuera que semejante argumento se presentare convincente, en rigor, es distractivo y remite a una falsa narrativa.
Existe, en realidad, un sinnúmero de opciones políticas entre la guerra y el acuerdo de marras, que potencialmente hubiesen conducido a un convenio superior, incluyendo la interposición de mayores sanciones económicas que acaso hubiesen forzado a Irán a efectuar un incremento en las concesiones sobre su programa.
En efecto, este convenio, en lugar de reducir las chances de guerra, podría de hecho incrementar las probabilidades de un conflicto -en tal caso, Israel (u otros) podrían sentirse compelidos a atacar el programa nuclear iraní para solucionar sus preocupaciones de seguridad; preocupaciones que no fueron consideradas.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/04/11/how-the-iran-deal-could-increase-chance-of-conflict/
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/04/11/how-the-iran-deal-could-increase-chance-of-conflict/
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@Brookes_Peter
Sobre Peter Brookes
Es Analista Senior en temáticas relativas a seguridad nacional en la Fundación Heritage, Washington, D.C. En la actualidad, Brookes ejerce su tercer período como miembro designado en el congreso estadounidense de la Comisión de Revisión de Seguridad y de Economía entre Estados Unidos y la República Popular China. Anteriormente, se desempeñó en la Administración del ex presidente George W. Bush como secretario adjunto de Defensa para Asuntos de Asia y del Pacífico, en donde fue responsable por la política de Defensa de EE.UU. de 38 países y cinco alianzas bilaterales en el continente asiático.