Obama y su pacto con Irán: silbando bajo y caminando hacia el Armagedón
El congreso estadounidense está enfrentado a la Administración Obama...
El congreso estadounidense está enfrentado a la Administración Obama, en relación al marco propuesto para un acuerdo con Irán y su programa nuclear.
La Administración afirma que su aproximación a un acuerdo negociado es el mejor camino para impedir que Irán obtenga capacidad para desarrollar armas nucleares... al menos durante los próximos diez o quince años. El convenio bajo negociación limitaría la capacidad de Irán de enriquecer uranio y de producir plutonio, haría que este país cese en su empleo de determinadas instalaciones nucleares para la producción de cualquier material atómico más allá del requerido para propósitos pacíficos (esto es, generación de energía e investigación científica), y da lugar a inspecciones internacionales. Como contrapartida, las sanciones económicas serían levantadas, resultando esto en una oleada de inversión extranjera y de acceso a mercados para Irán y un número de sus socios comerciales.
Los críticos de este plan, incluyendo a muchos miembros del parlamento estadounidense, dicen que el historial iraní de 35 años de comportamiento inapropiado; la evasión de sanciones; el apoyo local, regional y global al terrorismo; los ataques unilaterales contra objetivos occidentales, y los esfuerzos clandestinos para obtener capacidades nucleares en clara violación de múltiples acuerdos y convenciones, indican que esta nación continuará por estas vías, amén de firmar cualquier convenio durante junio próximo..
Conforme lo observara Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, en su reciente discurso en Capitol Hill, debemos 'comprender en profundidad la naturaleza de este régimen' si hemos de 'entender qué tan peligroso sería Irán con armas nucleares'. Aún cuando el patrón de conducta de Irán a lo largo de las últimas décadas epitomice lo peor de los regímenes tiránicos, el marco de acuerdo dejará en su lugar la totalidad de la infraestructura nuclear de Teherán, y ninguna de las negociaciones se ha esforzado siquiera en mencionar los programas de desarrollo de misiles de Irán y su colaboración con Corea del Norte en tecnologías relacionadas.
La capacidad del programa actual de misiles balísticos de Irán lo habilita para amenazar a la totalidad del Medio Oriente, gran parte de Asia Central y grandes porciones de la Europa Oriental, incluyendo a Turquía -aliado de la OTAN. Israel y Arabia Saudita hace tiempo han venido expresando sus preocupaciones por esto, especialmente dado la reciente y agresiva intromisión de Teherán en Irak, Siria y, ahora, Yemén, combinado ello con el robusto respaldo ofrecido a entidades terroristas tales como Hezbolá y Hamás, y a tiranos como Basher al-Assad. Por estas horas, Irán desarrolla un misil con un alcance incluso mucho mayor, el Sajjil-2, que incrementaría el alcance de su programa de vectores hasta incluir la mitad de Europa y Africa, y casi Asia toda. Y, lo que es aún más peligroso, las características del misil de referencia determinan que exhibirá capacidad de transportar cabezas nucleares.
Dadas las presiones ejercidas por la Administración Obama sobre el marco para acordar con las ambiciones nucleares de Irán, el recurrente historial de Teherán en lo que hace a la violación de acuerdos similares y la inversión financiera iraní en capacidad misilística de avanzada, no representa sorpresa la preocupación de aquellos críticos frente al calibre de la emergencia y de la proliferación de armamento nuclear en la región más inestable y peligrosa de la región.
Arabia Saudita, Egipto y Turquía han expresado claras intenciones de desarrollar o bien adquirir sus propios arsenales nucleares, si Irán y otros en la región los consolidaran. Arabia Saudita lo haría, a criterio de mantener un equilibrio de fuerzas con Irán, así como también para lograr preeminencia en el mundo árabe y musulmán. Egipto, deseoso de mantener su status como potencia regional, seguiría los pasos de Turquía, que también conlleva aspiraciones propias de convertirse en una potencia regional de importancia en su complicado vecindario.
En definitiva, es altamente probable que el sendero elegido por la Administración Obama termine en el resultado que declama querer evitar.
Volviendo a Netanyahu: 'De tal suerte que el presente acuerdo no cambiará a Irán para mejor; solo cambiará al Medio Oriente para peor. Un convenio del que se presume impedirá la proliferación nuclear logrará, en contraposición, dar inicio a una carrera armamentista en la porción más peligrosa del planeta. Este acuerdo no será un adiós a las armas; significará un adiós al control de armas. Y, muy pronto, el Medio Oriente se exhibirá saturado de cables nucleares. Una región en la que pequeñas escaramuzas pueden mutar en guerras mayores, se convertiría en un polvorín'.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/04/15/whistling-to-armageddon-obamas-pact-with-iran/
Es Analista Senior en Programas para la Defensa en el Centro Douglas y Sarah Allison de Estudios sobre Política Exterior, en la Fundación Heritage. Sus trabajos también son publicados en español en la web Heritage Libertad.