El Salvador: el FMLN y la baja autoestima
El FMLN ha sido muy exitoso en sus comunicaciones.
El FMLN ha sido muy exitoso en sus comunicaciones en El Salvador. Cuenta al menos cuatro historias simultáneamente y muchos las creen, aún sabiendo que son distintas de las que cuentan a otros. Les hacen creer que ellos son los privilegiados a los que les dan acceso a la verdad entre estas cuatro versiones. Se cuenta una historia ante Venezuela y Cuba. Otra distinta frente a Estados Unidos. Una tercera frente a sus bases. Y otra cuarta, frente a los demás.
La historia que cuentan frente a Venezuela y Cuba es vergonzosamente servil. Defienden todas las indefendibles violaciones de los derechos humanos que esos regímenes ejecutan. Como lo han expresado más de una vez, los cubanos y los venezolanos de Chávez y Maduro son sus 'comandantes'. No dejan duda de quién manda: ellos, los cubanos y los venezolanos. Aquí, humildemente, obedecen.
Frente a Estados Unidos, la historia es que el FMLN actúa como si fuera el Partido Demócrata americano, que éste gobierno es un aliado de ellos, que a Venezuela y a Cuba les hacen solo el mingo mingo, que respetan los principios democráticos y el Imperio de la Ley y que, por favor -por favorcito- les den unos cuantos cientos de millones, en el Fomilenio y algo más.
La historia frente a sus bases es que van a realizar una revolución de verdad en contra del capital y el Imperio (modo en que se refieren a EE.UU. cuando no están frente a sus representantes), y que van a pulverizar la oposición que les hace la Sala de lo Constitucional para tener el poder absoluto, en el cual los otros partidos no tendrán nada que ver (ganar significa que ya no exista otro partido).
La historia relatada a los demás es, acaso, la distorsión más grande de la realidad. Parten de una premisa falsa, afirmando que las diferencias entre el FMLN y la masa moderada y democrática del país surgió únicamente como resultado del carácter del ahora ex presidente Mauricio Funes, que atacaba verbalmente con gran furia y gran difusión al sector privado, y a los que tenían opiniones diferentes a las de él. Eso, no los avances que estaba haciendo el FMLN en tomarse todas las instituciones del país para obtener el poder total, era el problema.
Definido de esta forma, ese problema ya no existe, porque en su lugar está un hombre amable y afable, que no insulta a los inversionistas, que sonríe continuamente y que ya no anda en larguísimas caravanas de carros y motocicletas. En más confianza, hasta dicen que no puede esperarse mucho de estos gobernantes, como si fuera por tontería que la toma de las instituciones ha continuado en este gobierno, que el ataque a las que todavía no han tomado se ha vuelto todavía peor, y que la manipulación de las elecciones, que ya comenzó en el gobierno pasado con el número enorme de votos anulados, ahora se ha vuelto mucho peor y mucho más desvergonzada. No es que tengan intenciones de destruir la democracia, son como abuelitos buenos, pero incapaces.
El FMLN, al llevar el tema al cambio en las características personales del presidente de turno, y al atribuir los problemas electorales y otras violaciones al régimen democrático del país a la falta de experiencia, o a la tontería de los que ejercen el poder, tira una cortina de humo sobre el ataque sistemático del FMLN a nuestras instituciones, que en vez de haber disminuido, aumenta cada día. Es el proceso de seducir a la víctima para que no reaccione y trate de defenderse hasta que esté vencida. Esto es lo que han hecho en todos lados —entre tantos casos en Cuba, en Venezuela, en donde Fidel Castro y Hugo Chávez negaron su afiliación extremista hasta que ya la sociedad estaba entrampada.
Estas comunicaciones son muy sofisticadas y las llevan adelante personas muy bien entrenadas. Una de las técnicas que más usan es hacer sentir a las personas que ver la realidad en su crudeza es solo una manifestación de ignorancia y falta de sofisticación. En cambio, hacen sentir que reírse de que el FMLN es una amenaza a la democracia del país, y pensar que el comunismo ya no existe, y decir que las ambiciones (claramente expresadas por el FMLN) de adquirir el poder total no deben ser tomadas en serio son demostraciones de tener mundo intelectual y mente amplia.
Si Usted siente que para sentirse bien tiene que recibir halagos de estas personas -que, en rigor, conspiran para quitarle su libertad y todo lo que tiene en la vida-, se notificará de que tiene dos grandes problemas: uno -bien serio- de autoestima, y otro -igualmente serio- de captación de la realidad. Conforme no se percata Usted de que aquellos que lo invitan a decir que la luna es queso, saben muy bien que la verdad es otra. Esas personas se burlan, ante lo fácil que resulta manipular la vanidad de terceros.
Economista y consultor económico, Hinds se desempeñó como Ministro de Hacienda de El Salvador entre 1994 y 1999. Se le considera el padre de la dolarización, tras haber propuesto la idea en su país. Es autor de Playing Monopoly with the Devil: Dollarization and Domestic Currencies in Developing Countries (publicado por Yale University Press en 2006) y co-autor con Benn Steil de Money, Markets and Sovereignty (Yale University Press, 2009). Hinds también es columnista de El Diario de Hoy de El Salvador. En 2010, obtuvo el Premio Hayek del Manhattan Institute.