El Salvador: ¿dónde va a parar el dinero?
El gobierno salvadoreño continúa tomando dinero prestado a ritmo creciente...
El gobierno salvadoreño continúa tomando dinero prestado a ritmo creciente, presentando sus solicitudes a la Asamblea como si fueran siempre el resultado de emergencias, necesidades no previstas, catástrofes que difícilmente se repetirán. Y no se vuelven a repetir hasta la semana o la quincena siguiente, en la que el gobierno aparece de nuevo sorpresivamente, urgiendo que le aprueben más créditos, como si la vida del país dependiera de ello.
Al mismo tiempo, aparecen con cada vez mayor frecuencia noticias alarmantes en el periódico, que muestran una escasez espantosa de dinero en distintas instituciones fundamentales del gobierno, como la policía, salud y educación. De esta manera, durante la pasada semana aparecieron fotografías de enfermos forzados a subir las escaleras del hospital Rosales, porque los elevadores se han arruinado y nunca fueron reparados. También se conoció la noticia sobre la rifa de un ventilador que los agentes de la Unidad 911 de Usulután están realizando para poder reparar los vehículos de su unidad, que se encuentran en un estado deplorable.
En la Unidad 911 de Zacatecoluca, los agentes ponen dinero de su bolsillo para comprar municiones para sus armas. Para setenta agentes que trabajan en esa unidad, solo existen siete fusiles. Y así, cientos de noticias por semana, de operaciones que no se pueden realizar por que el equipo ha fallado, de medicinas que no son entregadas a personas con enfermedades graves, de escuelas que están a punto de caerse o que no tienen ni siquiera baños higiénicos. La inversión pública se muestra hoy más baja que nunca.
La ciuddanía paga impuestos y el gobierno está acumulando enormes deudas para, supuestamente, pagar por estos servicios, que el gobierno desvergonzadamente no ofrece, o bien ofrece con carencias nunca vistas en el país desde hace décadas. Todas estas son escaseces que se presentan en actividades que son de gran prioridad para la nación. Nada puede pensarse que pueda tener más prioridad que la seguridad y los servicios sociales. La excusa que siempre interpone el gobierno para justificar todo aquello que no está bien hecho (que su atención está concentrada en las tareas sociales) no puede aplicarse en este caso, porque se trata precisamente de las tareas sociales que están siendo destrozadas por falta de un dinero -fondos que, en alguna otra área, debe ser abundante. Desde junio de 2009, cuando el primer gobierno del FMLN ingresó, hasta marzo de 2015, la Administración ha registrado US$20.334 millones en ingresos corrientes, y ha tomado prestados US$ 3.455 millones. Ha tenido, pues, US$ 23.789 millones para gastar, 33 por ciento más que los gobiernos anteriores en igual periodo. Visto desde otro punto de vista, durante los años del FMLN, la deuda del gobierno ha subido en 10 por ciento del PIB.
La pregunta entonces es, entonces: ¿dónde va a parar el dinero en El Salvador?
Economista y consultor económico, Hinds se desempeñó como Ministro de Hacienda de El Salvador entre 1994 y 1999. Se le considera el padre de la dolarización, tras haber propuesto la idea en su país. Es autor de Playing Monopoly with the Devil: Dollarization and Domestic Currencies in Developing Countries (publicado por Yale University Press en 2006) y co-autor con Benn Steil de Money, Markets and Sovereignty (Yale University Press, 2009). Hinds también es columnista de El Diario de Hoy de El Salvador. En 2010, obtuvo el Premio Hayek del Manhattan Institute.