Turquía: rechazo del electorado al gobierno autoritario y pro-islamista de Erdogan

Las elecciones parlamentarias en Turquía el pasado domingo dejaron como resultado un resonante voto de no confianza en las políticas recurrentemente autoritarias y pro-islamistas del presidente Recep Tayyip Erdogan.

El partido político de Erdogan -el Partido por la Justicia y el Desarrollo (AKP, de acuerdo al acrónimo en idioma turco)-, que ha dominado la política doméstica desde 2002, acusó un retroceso decisivo, cosechando menos del 41% de los sufragios. De acuerdo a los resultados iniciales, el AKP obtuvo un aproximado de 258 bancas, 18 menos que la mayoría de 276 necesaria para constituir un gobierno de partido único en la Gran Asamblea Nacional -que consta de 550 asientos.

El AKP fue golpeado por una economía amesetada, un desempleo creciente, escándalos de corruptela y una recurrente réplica popular contra el cada vez más despótico liderazgo de Erdogan. El primer mandatario había buscado cementar su control personal sobre la totalidad de las instituciones del Estado, incluyendo el ejército y la administración de justicia, al tiempo que atacaba a la prensa y las redes sociales, ante cada oportunidad en que éstos se mostraban demasiado críticos con la gestión.

Los resultados del comicio representan un jaque de proporciones contra las ambiciones de Erdogan de refundar el sistema parlamentario turco, dotando a la oficina presidencial con más poderes. Erdogan necesita 330 votos (dos tercios de los votos parlamentarios) con el objeto de configurar una nueva constitución desde la Gran Asamblea Nacional y luego volcar la propuesta en un referendo.

El rechazo a la Administración surgido de los comicios fue descripto como 'una explosión nuclear en la política turca' que podría contribuir a quitarle fuerza al AKP en el poder. Aún cuando éste continúa siendo el más importante espacio partidista, el AKP ahora necesita formar una coalición con, al menos, uno de los otros partidos; o bien arriesgarse a formar un gobierno de minoría que rápidamente podría ser desalojado del poder.

El gran ganador en estas elecciones ha sido el Partido Democrático del Pueblo (HDP), una organización predominantemente configurada a base de elementos de izquierda y de kurdos liberales; éste cruzó la frontera del 10% requerido para obsequiarse presencia en el parlamento por primera vez. El HDP obtuvo, provisionalmente, 79 bancas en el parlamento: muchos kurdos (residentes en las ciudades más importantes del país) habían optado antiguamente por el oficialista AKP, pero ahora eligieron al HDP.

El partido secular, Partido Republicano del Pueblo (CHP) -el más importante espectro opositor- se hizo de 132 escaños. El Partido de Acción Nacionalista (MHP), grupo de oposición nacionalista-conservadora, obtuvo 81 bancas.

Estos los últimos partidos descartaron formar una coalición con el AKP oficial. Pero es difícil imaginarlos haciendo a un lado sus diferencias y uniéndose al HDP para constituir una coalición de gobierno estable.

Es más probable que el AKP forme un gobierno de minoría, o bien, que acuerde con una de las otras facciones para formar una coalición de gobierno. Es improbable que un gobierno como éste perdure, y en poco tiempo podría convocarse a nuevas elecciones.

En definitiva, los votantes turcos le han obsequiado un duro golpe a los planes de Erdogan de consolidar su control sobre las instituciones de la nación. Este resultado se corporiza en una victoria para la democracia en Turquía.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/06/09/turkish-voters-rebuke-authoritarian-pro-islamist-party/