ECONOMIA & NEGOCIOS: GUSTAVO LAZZARI

Argentina: la inflación de tu vida

De acuedo a todos los manuales de economía, cuando la tasa de inflación anual supera el 10%...

10 de Junio de 2015
De acuedo a todos los manuales de economía, cuando la tasa de inflación anual supera el 10%, ésta es considerada como 'inflación alta'.
 
10% es una tasa de inflación, que durante toda la historia, ha generado preocupación. Con independencia de que a los argentinos, particularmente, y a los gobiernos de su país, la disfruten, la inflación elevada siempre representa un problema.
 
La inflación licua salarios, pulveriza esfuerzos y constituye un impuesto regresivo sobre las personas de menores ingresos. Los pobres no pueden defenderse ante el impuesto inflacionario: lo pagan mucho peor que los ricos. Por otra parte, la inflación altera el sistema de precios, distorsiona inversiones y reduce la capacidad de ahorro. Necesariamente, un país inflacionario se empobrece pari pasu; la inversión deviene en menor y se vuelve menos eficiente. 
 
El Estado es el único que se beneficia de la inflación; por eso, la genera. Con inflación, el Estado recauda -sin legislar- un impuesto sobre los más pobres. Los gobernantes suelen incluso culpar de la inflación a todos... menos a ellos.
 
Lo cierto es que la inflación es 'siempre y en todo lugar, un fenómeno monetario'. El Estado crea inflación para recaudar sin que la gente se percate de ello. La causa de la inflación no debe rastrearse en los 'comerciantes', en 'los grupos concentrados' ni en los 'especuladores'. La inflación es generada por la política expansiva del Banco Central que recibe órdenes del gobernante de turno.
 
La historia económica argentina del último siglo es la historia del fracaso económico debido a la inflación.
 
Un argentino que hoy tuviera 100 años -nacido en 1915- habrá pasado el 61% de su vida con inflación alta. De esos 61 años con inflación superior al 10%, en la Argentina habrá sufrido 17 años con inflación superior al 100% y 44 con inflación superior al 20%.
 
Sólo durante 39 años, habrá tenido una tasa de inflación que le permitió ahorrar e invertir. Lamentablemente, para nuestro anciano amigo, 13 de esos 39 años tuvieron lugar cuando contaba con menos de 15 años y otros 8 cuando, en los noventa, ya estaba jubilado.
 
Lo cual invita a concluir que una persona que hoy tuviera 100 años pudo vivir en un país estable sólo en 16 años de su vida económicamente activa.
 
Un adulto de cincuenta años vivió con inflación alta (superior al 10% anual) el 78% de su vida. Le tocó sufrir la hiperinflación de 1989 justo a la mitad de su vida, y sólo gozó de inflación baja durante 11 años (menos de tres mundiales).
 
Un niño que hoy tiene diez años, ha soportado inflación elevada durante el 90% de su  vida.

Mientras tanto, en Alemania -nación pobre, en conformidad con el discurso oficial-, un anciano de 100 años sólo padeció alta inflación durante el 10% de su vida. Cuando se sabe que, de niño, sufrió la peor hiperinflación del siglo XX. A posteriori, en los años 1946 y 1948 (posguerra), la tasa de inflación alcanzó 11 y 14% respectivamente. Desde ese entonces, la tasa de inflación alemana nunca superó el 5%. En los últimos 20 años no superó el 2% anual.
 
Alemania tuvo, en los cien años de nuestro ejemplo, otra serie de problemas. Problemas que supo superar con sangre, sudor y muchas lágrimas.
 
La República Argentina ha padecido mucho menos; sus problemas han sido bastante más leves. Infortunadamente y al parecer, no hemos logrado superar ninguno de ellos. En especial, aquel que habla de la soberbia de sus gobernantes.

 
Sobre Gustavo Lázzari

El autor es economista en la Fundación Libertad y Progreso (Argentina). Publica regularmente sus trabajos en la web de la fundación y en el sitio web en español del Instituto Cato.