¿Qué tal si la Eurozona le muestra la puerta de salida a Grecia? Dicen que la creación de una nueva moneda en Grecia estaría llena de problemas. Mientras que los problemas prácticos y técnicos serían relativamente pequeños, los problemas políticos serían abrumadores.
La pregunta que escucho muchas veces es más o menos así: si Grecia fuese obligada a salir de la Eurozona, ¿no podría seguir el ejemplo de Montenegro, o el de Ecuador o el de Bulgaria de un exitoso cambio de régimen de moneda? Como participé en el diseño e implementación de estas tres transiciones, puedo dar testimonio acerca de los detalles de lo que esto comprende.
Montenegro
Montenegro utiliza el euro, pero no es un miembro formal de la Eurozona. Como consecuencia de esto, evita el riesgo moral (léase: comportamiento potencialmente malo al estilo griego) creado por la Unión Monetaria Europea.
La oportunidad para cambiar de régimen de moneda en Montenegro se dio gracias a Slobodan Milosevic en enero de 1992. Allí es cuando la gran hiperinflación empezó en el resto de Yugoslavia. Llegó a su pico en enero de 1994, cuando la tasa de inflación mensual fue de 313.000.000%. Para obtener una imagen clara, considere que el peor mes de la hiperinflación de la Alemania de Weimar entre 1922-23 veía los precios subir por solo 32.400%. La hiperinflación yugoslava fue devastadora. Mucho antes de que la OTAN atacara Belgrado en 1999, la locura monetaria de Milosevic había destruido la economía yugoslava.
En 1999, Montenegro todavía era parte del resto de Yugoslavia, y su moneda oficial era el desacreditado dinar yugoslavo. Pero, el poderoso marco alemán era la moneda no oficial del reino.
El presidente de Montenegro, Milo Djukanovic, sabía que el marco alemán era su principal ventaja. Si Montenegro adoptaba oficialmente el marco oficialmente, no solo estabilizaría la economía sino que también construiría el camino para restablecer la soberanía de Montenegro. El 2 de noviembre de 1999 tuvo la audacia de anunciar que Montenegro iba a adoptar oficialmente el marco alemán como su moneda nacional. Este fue el primer paso hacia la secesión que dio Montenegro —un paso respaldado por EE.UU. y sus aliados.
La economía de Montenegro se estabilizó inmediatamente y empezó un crecimiento estable en medio de una inflación que caía. No debería sorprender que en mayo de 2006, los votantes en Montenegro se manifestaron en números sin precedente para rechazar la unión de su República con Serbia. Montenegro era, una vez más, independiente. El 15 de marzo de 2007, Montenegro firmó un acuerdo de estabilización y asociación con la Unión Europea, el primer paso hacia la membrecía en la Unión Europea. El 17 de diciembre de 2010, Montenegro recibió la noticia de que era un candidato para ser miembro de la UE. Cuando el proceso de accesión llegue a su fin, Montenegro entrará en la UE con los euros en la mano. De hecho, Montenegro estuvo euroizado desde su primer día.
Mientras que los vientos políticos estuvieron respaldando el cambio cuando Montenegro adoptó el marco alemán, y finalmente el euro, los vientos políticos contrarios que provienen de Bruselas y de Frankfurt para dicho cambio en Grecia serían enormes.
Ecuador
Ecuador utiliza el dólar de EE.UU., pero el país no es parte del sistema de la Reserva Federal de EE.UU. Ecuador constituye un ejemplo excelente de un país que era incapaz de imponer un Estado de Derecho y asegurar el valor de su moneda, el sucre. El sucre ecuatoriano se intercambiaba a 6.825 sucres por dólar al final de 1998, y para fines de 1999 el tipo de cambio sucre-dólar era de 20.243. Durante la primera semana de enero del 2000, el tipo de cambio del sucre se disparó a 28.000.
Con el sucre colapsado, el Presidente Jamil Mahuad anunció, el 9 de enero de 2000, que Ecuador abandonaría el sucre y dolarizaría la economía oficialmente. Las llamadas telefónicas tanto del Presidente Bill Clinton y el entonces Secretario de la Tesorería Larry Summers alentaron a Mahuad a dolarizar. El shock positivo de confianza fue inmediato. El 11 de enero —incluso antes de que se aprobara una ley de dolarización— el banco central redujo la tasa de redescuento de 200 por ciento al año a 20 por ciento. El 29 de febrero, el congreso ecuatoriano aprobó la llamada Ley Trolebus, que contenía provisiones para dolarizar. Se convirtió en ley el 13 de marzo, y luego de un periodo de transición en el cual el dólar reemplazó al sucre, Ecuador se convirtió en el país dolarizado más poblado. Y la dolarización sigue siendo hasta hoy, sumamente popular; la mayoría de los ecuatorianos —85 por ciento— todavía aprueban de la dolarización.
Es difícil ver cómo Grecia podría seguir los pasos de Ecuador. ¿Podría imaginar Usted al presidente estadounidense Barack Obama llamando al Primer Ministro Tsipras para anunciar que EE.UU. respaldaría la dolarización de Grecia.
Bulgaria
Bulgaria emite su propia moneda, el lev. Este es un clon del euro. Bulgaria es, por ende, parte de un área monetaria unificada con la Eurozona, pero Bulgaria no es un miembro formal de la Unión Monetaria Europea. Como resultado de esto, no se enfrenta a los problemas de riesgo moral derivados de la Eurozona. De hecho, Bulgaria debe imponer una disciplina fiscal porque el gobierno no puede acudir al Banco Central Europeo (BCE), ni siquiera al Banco Nacional de Bulgaria, y prestar fondos. No debería sorprender que Bulgaria conduce una política fiscal estricta y su relación deuda-PIB es uno de las más bajas en la UE ubicándose en 29 por ciento.
En 1997, Bulgaria estaba al borde de una hiperinflación que llegó a su pico en febrero, cuando la tasa de inflación mensual llegó a 142 por ciento. Para matar la hiperinflación, Bulgaria instaló una caja de convertibilidad el 1 de julio de 1997. En virtud de las reglas de una caja de convertibilidad, el lev búlgaro se volvió libremente convertible al marco alemán a una tasa fija y fue completamente respaldado con reservas de marcos alemanes. En consecuencia, el lev búlgaro se convirtió en un clon del marco alemán (ahora el euro).
El sistema de convertibilidad de Bulgaria fue respaldado por EE.UU. y Alemania. Hasta el Fondo Monetario Internacional se unió a la fiesta. La caja de convertibilidad mató la inflación inmediatamente, estableció la estabilidad, y sigue siendo la institución que goza de más confianza en Bulgaria.
En caso de que se de la ‘Grexit’, la mejor opción de Grecia para establecer unas sólidas disciplina monetaria y fiscal sería seguir el ejemplo de sus vecinos en los Balcanes hacia el norte, e instalar una caja de convertibilidad que emita dracmas que clonen al euro. Grecia seguiría siendo un área monetaria unificada al euro, sin los problemas de riesgo moral asociados con una membrecía formal en la Eurozona. Los vientos políticos contrarios y externos que resultarían ya sea de la opción montenegrina o ecuatoriana se aplacarían. Los asuntos políticos importantes serían internos, porque un dracma emitido por una caja de convertibilidad requeriría de una disciplina fiscal griega.