ESTADOS UNIDOS: ANA ROSA QUINTANA

Por qué me rehúso a reconocer la embajada de EE.UU. en La Habana

Hace pocos días, la embada de Cuba fue inaugurada en Estados Unidos; una embada estadounidense...

23 de Julio de 2015

Hace pocos días, la embada de Cuba fue inaugurada en Estados Unidos; una embada estadounidense abrirá, asimismo, en Cuba. Mientras que la Administración del presidente estadounidense Barack Obama celebra su reciente concesión al régimen castrista, en lo personal, me ocuparé de honrar el legado de un mártir cubano por la democracia.

El 22 de julio de 2012, el gobierno cubano asesinó a Oswaldo Payá, amigo de mi padre, y a Harold Cepero. Su vehículo fue deliberadamente sacado del camino por el gobierno de Cuba.

Al día de hoy, no ha habido investigación independiente alguna sobre sus muertes, y el gobierno cubano no ha sido considerado responsable. La complicidad del régimen castrista y los ataques directos contra activistas en pro de los derechos humanos se han vuelto ya demasiado frecuentes.

A comienzos de aquel mismo año, Orlando Zapata -prisionero de consciencia, perteneciente a Amnistía Internacional- falleció en prisión, luego de que el gobierno cubano le negara la ingesta Oswaldo Payáde agua potable durante una huelga de hambre. El año siguiente, una de las fundadoras de las Damas de Blanco, Laura Inés Pollán, perdió la vida en un episodio de envenenamiento, ejecutado por el gobierno castrista. Estos homicidios fueron particularmente audaces, dado que se ejecutaron contra la figura de los disidentes más conocidos del país.

Estas heroicas personalidades representaban una amenaza directa para el régimen. En 1988, Oswaldo Payá constituyó el Movimiento Cristiano de Liberación, la organización disidente más extendida y poderosa en la isla. Fundado por los católicos, la organización fue creada sobre la base de la creencia en la dignidad humana y la necesidad de un gobierno democrático.

Acaso la mayor contribución de Oswaldo Payá a la libertad fue el 'Proyecto Varela', iniciativa en la que once mil valientes ciudadanos cubanos exigieron libertades políticas y sociales al gobierno cubano. Debe tenerse presente que, en aquel momento, la 'Constitución de Cuba garantizaba el derecho a un referéndum nacional sobre cualquier propuesta que alcanzar las diez mil o más firmas'. Este heroico esfuerzo no tenía precedentes en la Cuba de los Castro.

Payá era conocido en todo el mundo como una figura líder en pro de la democracia para Cuba. En 2002, el Parlamento Europeo le extendió el Premio Sakharov y, en 2005, recibió la nominación para el Premio Nobel por parte de Václav Havel, ex presidente de la República Checa.

Tras su muerte, el Senado de los Estados Unidos de América 'aprobó, de manera unánime, una resolución para honrar el legado de Oswaldo Payá'. La resolución incluyó un llamado para que 'el gobierno de Cuba permita una investigación imparcial e independiente sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Oswaldo Payá Sardinas'.

Desde entonces, su hija, Rosa Maria Payá, ha continuado el legado de su padre. A lo largo de los últimos tres años, ella viajó por el mundo, arengando a la comunidad internacional para que se haga responsable por la muerte de su padre al gobierno cubano. En particular, Naciones Unidas representó un fracaso abismal. Los gobiernos de China, Paquistán, Bielorrusia y Nicaragua se unieron al gobierno cubano en sus esfuerzos para impedir el discurso de Rosa María Payá ante el Consejo de Derechos Humanos. Tal como sucediera con su padre, ella pasó gran parte de su vida bajo vigilancia y amenazas de muerte realizadas por el gobierno de La Habana.

A comienzos de 2015, en un testimonio ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU., Payá advirtió a la Administración Obama:

 

El gobierno cubano no se hubiera atrevido a ejecutar estas amenazas de muerte contra mi padre, si el gobierno de los Estados Unidos de América y el mundo democrático hubiesen mostrado solidaridad. Cuando Ustedes nos dan la espalda, la impunidad crece. Mientras Ustedes dormían, el régimen cubano se ocupaba de redondear su plan para proceder a la limpieza de los líderes democráticos por venir. Mientras Ustedes duermen, una segunda generación de dictadores planea, con impunidad, sus próximos crímenes.

Cualquier persona decente se enfurecería en su moral, contra el hecho de que la Casa Blanca ha tolerado que la muerte de Oswaldo Payá pase desapercibida, sin castigo. La próxima semana, cuando los diplomáticos de Obama celebren junto a sus contrapartes cubanos, me ocuparé de encender una vela en memoria de Oswaldo Payá.


Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/07/20/why-i-refuse-to-acknowledge-the-us-embassy-in-havana/

 

Sobre Ana Rosa Quintana

Es Investigadora Asociada sobre Asuntos Hemisféricos y Latinoamérica en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Más puntualmente, se desempeña en el Centro Douglas y Sarah Alison para Políticas de Seguridad Nacional y Exterior -división del Instituto Shelby Cullom Davis para Estudios Internacionales