Respuestas que John Kerry debería obtener de Cuba
Existe una alta probabilidad de que, una vez que el Secretario de Estado americano John Kerry...
Existe una alta probabilidad de que, una vez que el Secretario de Estado americano John Kerry ice la bandera americana en La Habana este viernes, se tope con el general Raúl Castro o con algunos otros funcionarios del gobierno cubano que continúan apoyando a las FARC -grupo terrorista colombiano.
Pero lo cierto es que, ni Kerry ni el presidente Barack Obama desean hacer preguntas embarazosas.
Recientemente, el matutino The Washington Post llamó la atención de los esfuerzos de Obama, al respecto de no efectuar requerimientos significativos que pudieren comprometer el legado buscado por él, al acercarse al régimen de Raúl Castro: 'Negociaciones truculentas en los albores del deshielo cubano', dijo el Post, 'Conforme la Administración Obama busca la normalización con Cuba, ha echado mano de diálogos de más bajo perfil, aunque espinosos, con dos de los clientes más tradicionales de La Habana: el gobierno venezolano de Nicolás Maduro y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)'.
La infame relación entre las FARC y el régimen de Raúl Castro no es nada nuevo, y no estamos hablando ahora de historia antigua.
En una audiencia del Congreso -celebrada el 24 de junio-, la congresista Ileana Ros-Lehtinen (Republicana, por Florida) inquirió al Enviado Especial Bernard Aronson, quien se hallaba recién regresado de Cuba, sobre el caso del barco chino que partiera de Cuba cargado con armamentos, y que fuera interceptado por la Armada de Colombia.
La embarcación tenía programado atracar en dos puertos colombianos: Cartagena y Barranquilla, en tanto las armas de fabricación china eran del mismo tipo que las empleadas por los terroristas colombianos. Las armas de referencia fueron adquiridas por Raúl Castro, luego enviadas disfrazadas en un cargamento de cereales.
El asunto que remite a esta operación de contrabando no ha llamado la atención de Obama porque, conforme es probable, ese armamento estaba llamado a incrementar la violencia terrorista en Colombia; la decisión de la Administración de remover a Cuba del listado de naciones que patrocinan el terrorismo hubiese sido de ejecución imposible -al igual que su defensa.
De allí surge la escasa predisposición de la Administración a hacer preguntas, y esto solo puede explicarse como un esfuerzo destinado a mantener la capacidad de negar los hechos. El presidente, la Administración, John Kerry, y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), simplemente no desean saber nada al respecto.
Pero no estamos hablando de un puñado de pistolas y granadas de mano.
La cantidad cifrada del cargamento involucró lo siguiente: '100 toneladas de pólvora, 2.6 millones de detonadores para munición, 99 'proyectiles' (RPG, o cohetes-granada, si se trata de arriesgar), y 3.000 municiones de artillería'.
En la mencionada audiencia en Capitol Hill, Ros-Lehtinen se dirigió al Enviado Especial Aronson del siguiente modo: 'En sus viajes a Cuba, ¿preguntó Usted a las autoridades cubanas si el importante envío de armamento pagado por La Habana tenía por destino a las FARC? ¿Preguntó a las autoridades cubanas la razón para ocultar este embarque bajo toneladas de grano?'
Aronson no pudo mostrarse más ingenuo; respondió: 'No me involucro con las autoridades cubanas para consultarles un asunto bilateral'. 'Solo he hablado con ellos en ocasión de las conversaciones de paz'.
Al día de la fecha, la Administración ha mostrado un irritante desinterés en relación a la embarcación china y al contrabando de armamento organizado por La Habana. ¿No resultaría acaso perturbador para Raúl Castro el ser sorprendido enviando semejante volumen de material de guerra, en momentos en que el presidente estadounidense venía mostrándose excesivamente complaciente con la dinastía castrista?
Si la Administración Obama ha consultado con el gobierno colombiano la posibilidad de permitir a funcionarios estadounidenses entrevistar a la tripulación del Da Dan Xia, ni el pueblo estadounidense ni el Congreso se han dado por enterados.
Pero este episodio no remite a la primera vez que el régimen cubano es sorprendido con las manos en la masa, contrabandeando armas. En julio de 2013, nueva oportunidad en la que la Administración Obama extendía su mano amiga a La Habana, Panamá interceptó un buque norcoreano proveniente de Cuba, que intentaba cruzar el Canal de Panamá cargado con aviones de guerra, misiles y otras armas -en franca violación a lo resuelto por Naciones Unidas.
Al recibir consultas sobre el tema, el gobierno estadounidense declaró oficialmente que el embarque 'no concentra la cuota de interés suficiente' como para elevar preocupaciones.
Kerry se encuentra hoy en La Habana, con el objetivo de izar la bandera de los Estados Unidos de América en la isla. Hay rumores de que el Secretario de Estado planea visitar a Fidel Castro, a criterio de felicitarlo por su cumpleaños.
Pero el Secretario de Estado trata con asuntos bilaterales -si acaso se lo propone.
¿Le preguntará Kerry al General Raúl Castro alguna de estas sencillas preguntas: era la intención enviar aquellas armas a las FARC colombianas? Si no es así, y dado que Cuba conserva el derecho de adquirir armamento, ¿por qué estaban siendo contrabandeadas?
Tanto el pueblo estadounidense como el Congreso merecen contar con una respuesta.
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/08/13/the-questions-john-kerry-should-demand-cuba-answer/
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