ONU: Obama presenta con optimismo su desastrosa política exterior
El séptimo discurso del presidente estadounidense en la Asamble General de Naciones Unidas...
El séptimo discurso del presidente Barack Obama ante Naciones Unidas fue bien recibido este lunes. Lo cual difícilmente representa sorpresa, conforme sus políticas han signado un acercamiento a prioridades y tácticas largamente promocionadas por una gran mayoría de gobiernos en Occidente.
Tal como lo expresara Peter Wittig, embajador alemán ante los Estados Unidos y ex representante permanente ante la ONU:
La política exterior de la Administración Obama [en temáticas como ser las renovadas relaciones con Cuba y el acuerdo nuclear con Irán] es -si se me permite decirlo- muy europea y, por lo tanto, la aplaudimos. En rigor, compartimos la misma partitura... más tarde ese día, en el cuarto segmento, se convirtió en un líder del cambio climático. Acercó a China, y ello sirvió como catalizador para otras economías emergentes.
Infortunadamente, y aunque ello comporte popularidad en Europa y otros sitios, las políticas de Obama representan un triunfo de la imagen por sobre la realidad. Conforme fuera admitido por sus partidarios, aún si Irán se atiene a los términos del acuerdo, dispondrá de miles de millones de dólares en fondos liberados para apoyar el terrorismo, y su programa nuclear obtendrá legitimidad.
Las renovadas relaciones diplomáticas con Cuba no han cambiado la naturaleza del gobierno de La Habana, particularmente en lo que hace a su tratamiento brutal de la disidencia. Subsisten preguntas en relación al alcance y la severidad del calentamiento global, sus efectos, y la eficacia y el impacto de las acciones propuestas para lidiar con aquél. En cualquier caso, Barack Obama se mostró dispuesto a autocongratularse por esos 'logros' delante del resto de los gobiernos.
La complicada crisis que padece el globo, particularmente el Medio Oriente, no puede soslayarse. A su manera, el presidente estadounidense culpó a todos menos a sí mismo por esos problemas. El presidente criticó la tolerancia con Basher al-Assad y su empleo de armas químicas, ignorando el hecho de que su falta de firmeza contribuyó directamente a estos graves problemas.
Obama culpó por el caos en Libia a una 'coalición internacional bajo mandato de Naciones Unidas' a la que 'nos unimos' y reconoció que 'nuestra coalición pudo, y debió haber hecho más para llenar el vacío resultante'. En apariencia, Obama no recuerda su discurso de 2011, en el que expresó: 'Bajo mi conducción, Estados Unidos lideró un esfuerzo junto a nuestros aliados en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para aprobar una histórica Resolución que autorizó una zona de exclusión aérea que detuvo los ataques del régimen sirio desde el aire, y que luego autorizó todas las medidas necesarias para proteger al pueblo libio'.
Obama incluso criticó a las naciones que intentaban reforzar sus fronteras, incluyendo a los partidarios del refuerzo de las fronteras estadounidenses, pero no ofreció soluciones prácticas que remitan a cómo los países podrían lidiar con elevados números de migrantes que tensionan su capacidad para tratar con el problema.
Al respecto de Rusia, Obama citó a John Lennon, y urgió a los líderes mundiales a 'imaginar si Rusia se hubiese invlucrado en una verdadera diplomacia, y trabajara con Ucrania y la comunidad internacional para garantizar los intereses que hemos protegido. Esto sería mejor para Ucrania, pero también bueno para Rusia, y mejor para el mundo'. Por desgracia, las expresiones de deseos y los botones de reinicio de relaciones no son sustituto para una evaluación sincera de los objetivos e intereses de Moscú, que la han empujado a invadir Ucrania y a intervenir en Siria, en tanto las prerrogativas del mandatario estadounidense no han servido para implementar políticas que disuadan a Rusia de llevar a cabo tales acciones.
Sobre Ucrania, Obama afirmó: 'No podemos mostrarnos pasivos cuando la soberanía y la integridad territorial de una nación son violadas de modo flagrante'. Pero no propuso acciones reales para tratar con el asunto. En un enfoque más positivo, Obama criticó directamente la represión y la denegación de derechos humanos. Se expresó de esta manera:
Algunas verdades universales son evidentes en sí mismas. Ninguna persona desea ser puesta en prisión, por practicar su religión pacíficamente. Ninguna mujer debería ser abusada con impunidad, ni tampoco debe impedirse a una joven asistir a la escuela. La libertad para peticionar pacíficamente a aquellos en el poder sin temor a leyes arbitrarias -éstas no son ideas de una nación, ni de una cultura. Son fundamentales para el progreso de la Humanidad.
Pero, al contar con la oportunidad de plantarse en pos de estas creencias, Barack Obama hizo caso omiso. Fue cuando el mandatario americano falló a la hora de vincular la observancia sobre derechos humanos como condición crítica para el acuerdo nuclear con Irán o con las renovadas relaciones con Cuba. En lugar de ello, Obama se subió a un acercamiento de largo plazo, enfocándose en temáticas de derechos humanos 'a través de las relaciones diplomáticas y un aumento del comercio, y de vínculos entre pueblos'.
Obama también declamó: 'No hay sitio para tolerar a un culto apocalíptico como ISIS, y los Estados Unidos no se disculpan por emplear a sus fuerzas armadas, como parte de una coalición más amplia, para perseguirlos. Lo hacemos, con una determinación que garantice que no habrá salvoconducto para terroristas que llevan a cabo estos crímenes'.
Pero los lectores podrían recordar una sentencia similar de Obama, compartida el pasado año en Nueva York: 'El grupo terrorista conocido como ISIS debe ser degradado y, eventualmente, destruído'. ISIS continúa vigente, y mantiene control sobre gran parte de Siria e Irak. A lo largo de su discurso, Barack Obama lanzó loas al esfuerzo colectivo internacional:
Este es el orden internacional que ha subrayado avances sin paralelo en lo que hace a libertad humana y a prosperidad. Este esfuerzo colectivo ha traído cooperación diplomática entre las principales potencias mundiales, respaldando una economía global que ha rescatado a mil millones de personas de la pobreza. Estos son los principios internacionales que han evitado que naciones de peso impongan su voluntad sobre naciones más pequeñas, avanzándose en el resurgimiento de la democracia y el desarrollos, y la libertad individual en cada continente.
El orden internacional es más teoría que realidad y que ignora que estos logros (con la notable excepción de la liberalización del comercio internacional bajo auspicio del GATT y de la WTO) fueron alcanzados no a através del accionar de algún etéreo 'orden internacional', sino a través de políticas, visión, claridad moral y sacrificios en forma de sangre derramada y fondos de parte de naciones libres como Estados Unidos -en un sinnúmero de ocasiones, logros obtenidos ante la clara oposición de Naciones Unidas y de gran parte de sus miembros.
Obama reiteró su creencia común de que 'los Estados Unidos no pueden resolver los problemas del mundo en soledad'. Aún cuando quisiéramos desear lo contrario, las Naciones Unidas y otras naciones no siempre comparten los intereses de EE.UU. ni sus prioridades. No existe país con intereses idénticos a los de otro, y cada cual tomará, ocasionalmente, medidas para defender tales intereses -aún si terceros países se oponen a ello.
El discurso de Barack Obama está siendo caracterizado en la prensa como 'confrontativo', por criticar a Rusia, China e Irán. Y Obama afirmó: 'Conduzco las fuerzas armadas más poderosas que el mundo haya conocido, y jamás dudaré en proteger a mi país o a nuestros aliados, unilateralmente y con la fuerza, allí donde sea necesario'.
Pero las acciones hablan más que las palabras. Las críticas ocasionales no pueden reemplazar a la voluntad de acción.
Luego de casi siete años de desperfectos en política exterior, abdicación del liderazgo y la evasión de la propia responsabilidad, este perturbador discurso es parte de la agenda del gobierno de los Estados Unidos.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2015/09/28/obama-puts-positive-spin-on-disastrous-foreign-policy-in-un-speech/
Es analista de temas internacionales en la Fundación Heritage, en Washington, D.C. Schaefer se dedica al análisis extensivo de una serie de temáticas de política exterior, con foco en los programas de Naciones Unidas sobre afiliación y fondos. Con frecuencia, se presenta en medios de comunicación estadounidenses para comentar sobre el accionar y las actividades de la ONU. Sus trabajos también son publicados en el sitio web estadounidense The Daily Signal.