El nombramiento de Susana Malcorra en Argentina, un acierto
Si algo ha caracterizado a la Argentina durante la última década...
25 de Noviembre de 2015
Si algo ha caracterizado a la Argentina durante la última década, ello fue la pésima relación de Buenos Aires con naciones de la región y en el globo. Como parte de este desfase, cobraron protagonismo las disputas personales de la presidente saliente Cristina Kirchner, las ofensas contra países vecinos -y contra sus autoridades-, el marcado alejamiento de la Casa Rosada frente a organizaciones internacionales y, finalmente, la concreción de acuerdos secretos para ocultar acciones del terrorismo.
En lo que a las relaciones de la Argentina con la República Oriental del Uruguay, éstas supieron verse -en tiempos del kirchnerismo- reguladas por caprichos, traiciones, sobornos, sobreprecios y corrupción.
El presidente electo, Mauricio Macri, ha dado un paso fundamental y de remarcable inteligencia al designar a la Señora Susana Malcorra como titular del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de su país.
Susana Malcorra se desempeña como funcionaria de Naciones Unidas; trae consigo una extendida experiencia a nivel internacional, y un profundo conocimiento del dinamismo que acompaña a escenarios sociales, políticos y económicos del planeta.
Fue nombrada en el cargo en 2012 por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon. Previamente, había encabezado misiones de paz de Naciones Unidas en escenarios disímiles, liderado una treintena de operaciones que involucraron un aproximado de 120 mil personas, entre militares, policías y civiles -informa la propia web oficial de ONU. Asimismo, Malcorra ofició como funcionaria en el programa mundial de alimentos de Naciones Unidas en el año 2004, oportunidad en la que arribó al organismo.
El presidente electo, Mauricio Macri, ha dado un paso fundamental y de remarcable inteligencia al designar a la Señora Susana Malcorra como titular del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de su país.
Susana Malcorra se desempeña como funcionaria de Naciones Unidas; trae consigo una extendida experiencia a nivel internacional, y un profundo conocimiento del dinamismo que acompaña a escenarios sociales, políticos y económicos del planeta.
Fue nombrada en el cargo en 2012 por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon. Previamente, había encabezado misiones de paz de Naciones Unidas en escenarios disímiles, liderado una treintena de operaciones que involucraron un aproximado de 120 mil personas, entre militares, policías y civiles -informa la propia web oficial de ONU. Asimismo, Malcorra ofició como funcionaria en el programa mundial de alimentos de Naciones Unidas en el año 2004, oportunidad en la que arribó al organismo.
La designada Canciller del que será el nuevo gobierno de la República Argentina también supo acumular un notable conocimiento en la actividad privada (IBM, Telecom); ella se desempeñó en el sector privado, previo a llegar a la ONU.
A partir de este nombramiento, la República Oriental del Uruguay se libera del acoso permanente del ex canciller Héctor Timermman, figura que tanto daño provocara a Montevideo con el perverso tratamiento obsequiado -y que fuera ingeniado por él mismo, en compañía de Cristina Kirchner y hasta por el propio el canciller uruguayo Luis Almagro.
La novedad del nombramiento ofrece espacio y oportunidad, por el bien de la República Oriental del Uruguay, que funcionarios uruguayos de Naciones Unidas y personas de amplia experiencia en el terreno de las relaciones internacionales se acerquen desde ahora a la nueva canciller argentina, a los efectos de dar inicio a una relación que tenga como base un correcto diálogo diplomático. Asimismo, sería valioso que Malcorra pudiese tomar nota, de parte de funcionarios uruguayos, acerca de la necesidad de la presencia en el Uruguay de un embajador con oficio y con respeto a las situaciones internas de nuestro país. Naturalmente, teniéndose en cuenta las ya conocidas y deleznables intromisiones de los embajadores Patiño Meyer y Dante Dovena.
En conclusión, así como Macri comenzó a encaminar su política exterior con una experta en el tema, el gobierno de la República Oriental del Uruguay debería tomar la debida nota de ello, alejando de la función diplomática a todos los improvisados que José Mujica introdujera en rol de 'embajadores itinerantes' -que, claramente, debieron ser cesados al clausurarse el anterior mandato presidencial.
A partir de este nombramiento, la República Oriental del Uruguay se libera del acoso permanente del ex canciller Héctor Timermman, figura que tanto daño provocara a Montevideo con el perverso tratamiento obsequiado -y que fuera ingeniado por él mismo, en compañía de Cristina Kirchner y hasta por el propio el canciller uruguayo Luis Almagro.
La novedad del nombramiento ofrece espacio y oportunidad, por el bien de la República Oriental del Uruguay, que funcionarios uruguayos de Naciones Unidas y personas de amplia experiencia en el terreno de las relaciones internacionales se acerquen desde ahora a la nueva canciller argentina, a los efectos de dar inicio a una relación que tenga como base un correcto diálogo diplomático. Asimismo, sería valioso que Malcorra pudiese tomar nota, de parte de funcionarios uruguayos, acerca de la necesidad de la presencia en el Uruguay de un embajador con oficio y con respeto a las situaciones internas de nuestro país. Naturalmente, teniéndose en cuenta las ya conocidas y deleznables intromisiones de los embajadores Patiño Meyer y Dante Dovena.
En conclusión, así como Macri comenzó a encaminar su política exterior con una experta en el tema, el gobierno de la República Oriental del Uruguay debería tomar la debida nota de ello, alejando de la función diplomática a todos los improvisados que José Mujica introdujera en rol de 'embajadores itinerantes' -que, claramente, debieron ser cesados al clausurarse el anterior mandato presidencial.
Seguir en
@
Sobre