¿Pondrá freno el congreso estadounidense al acuerdo nuclear con Irán?
Desde julio pasado, el lobby israelí y otros opositores al entendimiento...
Desde julio pasado, el lobby israelí y otros opositores al entendimiento alcanzado entre la Casa Blanca y otras partes para poner límites al programa nuclear de Irán han estado advirtiendo de que cualquier celebración sería prematura, conforme el acuerdo está lejos de cerrarse. El presidente estadounidense Barack Obama sobrevivió a intentos iniciales de crear obstáculos legislativos que buscaban evitar la implementación del pacto, pero hay ahora señales claras que indican que la batalla está lejos de terminar.
El congreso estadounidense, nuevamente, está alimentando sus esfuerzos para dar vuelta el acuerdo, incorporando condiciones en legislación por momentos no relacionada que busca eludir o bien limitar la autoridad del presidente para conducir la política exterior de la nación. Esta maniobra se ha ganado el mote de 'segundo round' por los críticos de la Casa Blanca, y Mark Dubowitz, director ejecutivo de la neoconservadora Fundación para la Defensa de las Democracia (Defense of Democracies, FDD), advirtiendo que 'habrá muchos, muchos rounds más', de ser necesario.
Este desafío recurrente contra las prerrogativas establecidas desde hace tiempo en política exterior no tiene precedentes, y solo puede ser resistido si la Casa Blanca retiene los suficientes votos demócratas en el congreso, a los efectos de impedir la reformulación del veto presidencial. De ninguna manera este escenario se presenta asegurado en un año electoral, en el que habrá considerable atención mediática y electoral a la hora de evaluar cómo votan individualmente los congresistas en temas polémicos.
La primera medida que busca marginar y reprimir a Irán fue la Resolución 158 de la Cámara de Representantes, aprobada a través de esta Cámara por un voto de 407 versus 19 el 8 de diciembre pasado. El proyecto, intitulado 'Acta sobre Optimización del Visa Waiver Program de 2015', alteró el Acta de Naturalización e Inmigración existente. Antes que pasar por el senado de manera independiente -en donde hubiese sido objetivo de enmiendas previo a llegar a votarse-, el Acta fue seguidamente incluída en el proyecto ómnibus de gasto en modalidad de 'aprobación obligada', que pasó tanto por la Cámara como por el senado el 18 de diciembre, y luego fue firmada por el presidente Obama. Ahora, es ley.
El Visa Waiver Program incluye a 38 países -la mayoría europeos-, cuyos ciudadanos pueden trasladarse a los Estados Unidos sin obtener visado previo. El programa fue puesto en funcionamiento en 2005, y en general ha sido considerado como beneficioso, tanto para propósitos turísticos como para viajes de negocios. No se han conocido problemas de seguridad conectados con el programa en cuestión.
El proyecto fue una réplica en forma de pánico ante los dos incidentes terroristas en París y San Bernardino, California, aunque los cambios incluídos no hubiesen podido impedir ambos ataques, en forma alguna. La preocupación era que ciudadanos europeos radicalizados que pudieren haberse trasladado a naciones conocidas por albergar a un amplio número de simpatizantes de ISIS pudieran utilizar sus pasaportes con beneficio de exención de visado para ingresar con libertad a los EE.UU., con la intención de ejecutar actos terroristas.
La preocupación es legítima -aunque casi exagerada, conforme se ha informado que un estimado de decenas de miles de jóvenes europeos se ha unido a ISIS, pero la legislación propuesta crea un número de problemas tanto en términos de acuerdos y leyes internacionales en los que ahora EE.UU. se ha visto involucrado. Tampoco existe evidencia que sugiera que la ley ayudará, en rigor, a impedir incidentes terroristas.
La legislación de referencia cita específicamente a Irán, un persistente y harto comprometido enemigo de ISIS, junto a Irak y Siria, identificándoselas como naciones en donde ya sea un anterior traslado o una antigua residencia deriva en la suspensión automática de derechos de exención del visado. La H.R. 158 exige al Departamento de Seguridad Interior que liste países adicionales en donde haya una probabilidad incrementada de que un visitante se vea involucrado en una amenaza creíble para los Estados Unidos, allí donde exista una significativa presencia de una organización terrorista, o allí donde exista un santuario para terroristas. Los 'ciudadanos duales' de tales países verán su visado rescindido, aún cuando se estén trasladando con un pasaporte de una nación listada en el Visa Waiver Program. Adicionalmente, otros viajeros de países listados en el programa de exención de visado pero que hayan visitado a las naciones objetivo, deberán aplicar para visados estándar -proceso que incluirá el 'compartir información' de manera obligatoria con el país que emitió el pasaporte del pasajero en prospectiva.
En la práctica, esto significa que cualquier poseedor de pasaporte europeo que ya sea visite Irak, Siria o Irán, o bien haya nacido en estos países, verá su visa automática negada, al momento de ingresar a EE.UU. Irónicamente, Irán nunca ha llevado a cabo un ataque terrorista o suicida contra los Estados Unidos, mientras que aquellos ciudadanos de naciones que sí lo han hecho -como ser Libia y Paquistán- no están en la lista. Los ciudadanos de Arabia Saudita, exportadora y simpatizante del terrorismo sunita musulmán en forma global -y, como tal, fuete de casi la totalidad de los terroristas que participaron del 9/11- también está exceptuada de visado. Esto significa que alguien podría visitar Paquistán o Libia para recibir entrenamiento con armamento y no ser designado como sospechoso, pero si visita Irán por cualquier razón, entonces podría negársele el derecho de trasladarse hacia los Estados Unidos.
El proyecto de ley estadounidense se encuentra en violación de las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), por 'politizar el comercio' e interferir en la capacidad de hombres de negocios de trasladarse con libertad. En este caso, el visitar a Irán podría ser reprimido con la negativa a viajar a los EE.UU., de tal suerte que numerosos visitantes extranjeros evitarán Teherán. La ley también se muestra contraria al Plan Extensivo de Acción Conjunta (Joint Comprehensive Plan of Action, JCPOA) que recientemente resolviera el problema del programa nuclear iraní. El convenio garantizaba la capacidad de conducir relaciones normalizadas de comercio e intercambio con Irán.
La inclusión de Irán en el proyecto de ley, desde luego, nada tiene que ver con la guerra contra ISIS. Los neoconservadores estadounidenses y sus aliados en el parlamento siguen creyendo que Irán constituye la más seria amenaza regional contra Israel, de tal suerte que este país debe recibir presiones recurrentes, sin importar el modo en que se comporte.
Pero existen otras iniciativas en marcha. Maniobras recientes en la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) que buscan revisar los aparentes pasos tomados por Irán para desarrollar armas nucleares previo a 2003, han regurgitado las mismas mentiras que emergieran allá por 2011; tales afirmaciones evaluaban que el comportamiento y las intenciones iraníes se respaldaban en insinuaciones vacuas y documentos falsificados.
Los reclamos investigados por la IAEA son, en general, confidenciales y, en ocasiones, anónimas; pero se sabe que Israel y los EE.UU. han estado detrás de las recientes maniobras. La IAEA, ampliamente financiada por Washington, suele ser utilizada para mantener las presiones contra Irán.
El incidente de esta semana, en el que Irán detuvo brevemente a diez soldados pertenecientes a la Armada de Estados Unidos, quienes habían ingresado sin intenciones en aguas territoriales iraníes, está siendo amplificado en los medios, con algunos cuestionamientos que se preguntan si acaso no se trató de un 'acto de guerra'. Bajo cualquier razonamiento estándar, no lo fue, y podría ser rápidamente olvidado si hubiese involucrado a cualquier otra nación que no fuese Irán. De seguro será explotado con valor emocional, durante los próximos días.
También han surgido relatos en medios vinculados al amistoso Israel, en donde se afirmó que Irán está llevando a cabo pruebas de misiles balísticos en franca violación a las Resoluciones de Naciones Unidas; tales alegatos están siendo explotados con miras a imponer nuevas sanciones y quebrantar el convenio nuclear. La Casa Blanca se encuentra bajo presión para imponer sanciones, conforme Obama mantiene que los misiles son un elemento del acuerdo nuclear, un punto de vista compartido por Irán. Por el momento, se considera la implementación de sanciones relativamente leves en la Administración, aunque ésta está muy interesada en que el acuerdo atómico avance.
Pero el congreso aún tiene cartas bajo la manga. Hacia fines de este mes, los senadores probablemente busquen extender el Acta de Sanciones contra Irán por diez años, incluyendo provisiones específicas que pongan en la mira a los sectores energético y financiero de Teherán. Irónicamente, esa extensión probablemente sea debatida en el momento en que el presidente Obama esté, en rigor, intentando finalizar el levantamiento de las sanciones existentes, como parte del JCPOA. Los simpatizantes de la extensión de las sanciones argumentan que la nueva autorización sólo quedará sobre la mesa, disponible para el presidente en la eventualidad de que Irán no sepa comportarse. La intención, claramente, es ejercitar una 'rigorosa' supervisión parlamentaria, a criterio de presionar a Irán para que replique agresivamente a la violación del espíritu del JCPOA -lo cual conduzca a una escalada que pondría al acuerdo general en riesgo.
Resulta de particular preocupación para el presidente Barack Obama el hecho de que el esfuerzo de extensión de las sanciones esté siendo promocionado por dos senadores demócratas, Bob Menéndez (New Jersey) y Ben Cardin (Maryland). Si dos o más senadores del Partido Demócrata son convencidos de acompañarles, ello podría implicar una mayoría que neutralice el poder de veto presidencial, contando con 67 votos en el senado. Seis representantes demócratas, incluyendo a la líder del Comité Demócrata Nacional, Debbie Wasserman-Schultz, se han dirigido por escrito a Obama para exigirle sanciones contra Irán. En un proyecto de ley que llegara al recinto para ser votado esta semana, tenía la intención de restringir la capacidad de Obama para levantar las sanciones; la Cámara de Representantes votó 191 a 106 en favor de los linamientos del partido, junto a 131 abstenciones -muchas de ellas, demócratas-, sugiriendo que el apoyo al presidente en este terreno es aún demasiado suave.
La extensión de sanciones propuesta en el senado es aún un tanto especulativa, mientras que el proyecto sobre exención de visas en la Cámara difícilmente podría ser reforzada como se pretende, dado que numerosos musulmanes que residen en Francia y en Gran Bretaña nacieron en aquellos países, y nunca se trasladaron a áreas donde sus antepasados nacieron, hace ya generaciones. La legislación es tan transparentemente ofensiva -e incluso ilegal- que muchos amigos en el orden internacional que normalmente se muestran cómodos con los intereses estadounidenses, terminarán alzando la voz. Las naciones incluídas en el Visa Waiver Program suelen ofrecer reciprocidad para que ciudadanos de EE.UU. visiten sus territorios, práctica que rápidamente podría verse corregida para contarrestar las políticas en Capitol Hil. En efecto, David O’Sullivan, embajador de la Unión Europea ante los Estados Unidos, ya está advirtiendo que 'alguna de estas ideas están siendo propuestas sin medirse apropiadamente las consecuencias'.
Muchos ciudadanos europeos con apellidos musulmanes continuarán siendo elegibles para exención de visados pero, inevitablemente, caerán bajo sospecha cada vez que decidan trasladarse a EE.UU. El maltrato ofrecido por autoridades del servicio de inmigración estadounidense sin dudas terminará siendo reportado en los medios internacionales, pero es la serie de reprimendas contra Irán las que, desgraciadamente, se han convertido en una suerte de reflejo para muchos en el gobierno de los Estados Unidos. Peor todavía, el congreso y el lobby israelí seguirán con su creatividad a la hora de engrosar la lista de indignidades, haciendo lo mejor para obstaculizar el convenio nuclear -aún cuando, claramente, su éxito es parte del interés del conjunto.
Las más recientes amenazas de parte de Washington no lograrán absolutamente nada constructivo, en tanto restaurarán el tenso status de no-guerra y no-paz entre EE.UU. e Irán. Llevado a su conclusión lógica, ese truculento involucramiento fácilmente podría conducir a una guerra muy real.
Artículo original en inglés, en http://www.theamericanconservative.com/articles/the-congressional-war-on-the-iran-deal/ | Traducido y republicado con permiso del autor y de The American Conservative magazine (Estados Unidos)
Especialista en contraterrorismo; ex oficial de inteligencia militar de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos de América (CIA). Se desempeña como columnista en medios estadounidenses, y como Director Ejecutivo en el Council for the National Interest. Giraldi es colaborador frecuente en Unz.com, Strategic Culture Foundation y otros. En español, sus trabajos son sindicados con permiso en El Ojo Digital.