Venezuela: exponente que ilustra por qué el socialismo no funciona
Pareciera ser que el 'socialismo del siglo XXI' no es...
Pareciera ser que el 'socialismo del siglo XXI' no es, en rigor, diferente del socialismo del pasado.
La tragedia en curso en Venezuela -que remata hoy en la escasez de alimentos, una epidemia del delito y un colapso del sistema energético- constituye el ejemplo más acabo del por qué una planificación centralizada de la economía no funciona, y que termina mostrándose indistinguible de la tiranía.
En esta nación sudamericana, incluso los productos y servicios más básicos están volviéndose inaccesibles como resultado del capitalismo de amigotes, del intervencionismo estatal, y de la política oficial de controles de precios. El gobierno hoy trabaja dos días a la semana solo para intentar morigerar los recurrentes cortes de energía. El índice de inflación es el más alto del planeta: se espera se acerque al 720 por ciento para fines de 2016.
Pues, sí; Usted todavía puede ir a un McDonald's en Venezuela -pero deberá estar dispuesto a pagar más de US$130, solo por las papas fritas. Y deberá Usted disfrutar de esas papas fritas sin Coca Cola, dado que la compañía suspendió su producción en este país, debido a la escasez de azúcar.
Otra trágica consecuencia del engaño ideológico de Hugo Chávez y su sucesor, el presidente Nicolás Maduro, es la pérdida de vidas humanas.
Caracas exhibe hoy la más alta tasa de homicidios en el globo -120 por cada cien mil habitantes, en 2015. Literalmente, es mucho más seguro recorrer a pie las calles de Kabul, Afganistán.
El reciente agravamiento de la crisis ha comportado consecuencias particularmente crueles para los sectores más débiles de la sociedad. Los niños mueren debido a la falta de medicinas básicas, de electricidad, y de equipo médico crítico -como ser incubadoras.
A la tragedia, Maduro replica con tono burlón: 'Dudo de que en ninguna parte del mundo, con excepción de Cuba, exista un mejor sistema de salud que el de aquí'.
En tanto esto podría devenir, de alguna manera, en sorpresivo para aquellos que creen en el socialismo, lo concreto es que el desbarajuste de Venezuela era predecible.
Conforme lo prueba el Indice de Libertad Económica de la Fundación Heritage (Washington, D.C.), el escenario en Venezuela comenzó a deteriorarse justo después de que Hugo Chávez tomó control del país, casi dos décadas atrás.
En tal período, el puntaje de Venezuela se precipitó más que en cualquier otra nación, desplomándose de 59.8 puntos a 33.7. Maduro, quien se convirtió en presidente tras el deceso de Chávez en 2013, avanzó en el sendero del autoritarismo.
El ex alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, y el líder de la oposición Leopoldo López, fueron enviados a prisión por razones políticas. Por estas horas, Venezuela cuenta con más prisioneros políticos incluso que Cuba.
El modelo económico del chavismo nada tiene de sofisticado. Venezuela cuenta con la reserva petrolera más importante del mundo, y es uno de los diez principales exportadores. El 'socialismo del siglo XXI' consistió sencillamente en malgastar este dinero en programas sociales populistas -al tiempo que insostenibles. Mientras tanto, se violaba el derecho de la propiedad y se descuidaba la infraestructura del país.
Hasta hace poco, Brasil y la Argentina -acaso las dos naciones más importantes de América del Sur- estaban gobernados por socialistas que ofrecieron apoyo a Chávez y Maduro. Ahora, pareciera ser que ambos países cuentan con presidentes nuevos, que se han mostrado más pragmáticos.
La oposición venezolana -que tiene el control de la Asamblea Nacional desde el pasado año- está en proceso de recolección de firmas para convocar a un referendum que podría terminar con los días de Maduro en el poder.
En el proceso, la Organización de Estados Americanos (OEA) también debatirá la posibilidad de invocar su Carta Democrática contra Venezuela, lo cual podría redundar en una suspensión sin precedentes del país. Pareciera ser, no obstante ello, que Maduro redoblará su apuesta en el sendero del autoritarismo. Ha dicho recientemente al secretario general del órgano americano que 'se meta la Carta Democrática donde le quepa' y anunció que perseguirá judicialmente a líderes de la oposición que pidieron la intervención de la OEA.
Aún cuando no queda claro cuándo (y cómo) Venezuela se librará de sus políticas socialistas, la actual crisis podría terminar generando las condiciones para el renacimiento de la libertad en aquella nación.
Es Investigadora Asociada sobre Asuntos Hemisféricos y Latinoamérica en la Fundación Heritage, Washington, D.C. Más puntualmente, se desempeña en el Centro Douglas y Sarah Alison para Políticas de Seguridad Nacional y Exterior -división del Instituto Shelby Cullom Davis para Estudios Internacionales.