Argentina: la inmoralidad de la moral
Al mejor estilo de una película de Fellini o de una obra de Franz Kafka...
28 de Junio de 2016
Al mejor estilo de una película de Fellini o de una obra de Franz Kafka, el Caso José López deriva en una sátira que ha conmovido a la sociedad argentina. Este ex secretario de Obras Públicas de la Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, en la madrugada del 14 de junio próximo-pasado, es visto arrojando unos pesados bolsos dentro del monasterio Nuestra Señora de Fátima. Un tal Jesús, vecino del lugar quien pensaba que era un ladrón y que vendría a robar sus pollos, llamó al 911; en minutos, la policía llegó al lugar y halló a López -quien intentó sobornar a los agentes, al ver éstos que los bolsos contenían millones de dólares, euros, yuanes, relojes de marca, celulares (y portaba un arma de guerra). Argumentó López haberse hecho del botín para dárselo a las monjas. Se descubriría luego que el monasterio se hallaba en construcción y que en los trabajos se invirtió un aproximado de 5 millones de pesos, y que a los pies de una imagen de la Virgen había bóvedas vacías. El sistema de seguridad instalado -dato llamativo- era operado de manera remota.
Preguntas que la opinión pública se hace hoy: ¿era aquello un convento? ¿Son monjas las mujeres que dicen serlo? Refiere la periodista Alicia Barrios -quien mejor conoce al Papa Francisco-: 'No es un convento. Es la casa de monseñor Rubén Di Monte, en General Rodríguez […] es el lugar donde eligió vivir su retiro como arzobispo de la Diócesis de Mercedes Luján. Las mujeres, que allí lo acompañaron con fidelidad absoluta, son laicas consagradas, no son monjitas, ni hermanas de orden alguna […]. Se visten como monjas, pero no lo son. Son tres mujeres que profesan su fe por la Virgen de Fátima, que siguieron con lealtad e incondicionalidad a monseñor Di Monte, que abrazaba la misma devoción, y lo acompañaron hasta el final de sus días […]. El lugar no está reconocido por ninguna Diócesis. Es un espacio de retiros espirituales'. Recordemos que Monseñor Di Monte era íntimo de los Kirchner y los vecinos del barrio donde se encuentra el 'monasterio', dicen que acostumbraban a ver autos de alta gama entrando al lugar.
En cuanto a las bóvedas bajo el altar -cubiertas por alfombrado-, dicen ahora que eran criptas para enterrar allí a una de las monjas y al Monseñor Di Monte. Si bien esto no puede hacerse sin permiso pontificio, tampoco tienen la imagen externa de cómo lucen usualmente las criptas.
Por su parte 'el arzobispo Agustín Radrizzani explicó en un comunicado que: "la comunidad conocida como Monasterio de Nuestra Señora del Rosario de Fátima Monjas Orantes y Penitentes es en realidad, una asociación privada de fieles que se rige de acuerdo a los cánones 321-326 del Código de Derecho Canónico y que ha permanecido bajo la autoridad de su fundador, Monseñor Rubén Di Monte, recientemente fallecido"”.
Dice el canon 325 § 1. 'Las asociaciones privadas de fieles administran libremente los bienes que posean según las prescripciones de los estatutos, quedando a salvo el derecho de la autoridad eclesiástica competente de vigilar de manera que los bienes se empleen para los fines de la asociación. § 2. Conforme a la norma del c. 1301, está bajo la autoridad del Ordinario del lugar lo que se refiere a la administración y gasto de los bienes que hayan recibido en donación o legado para causas pías”.
Dice el canon 325 § 1. 'Las asociaciones privadas de fieles administran libremente los bienes que posean según las prescripciones de los estatutos, quedando a salvo el derecho de la autoridad eclesiástica competente de vigilar de manera que los bienes se empleen para los fines de la asociación. § 2. Conforme a la norma del c. 1301, está bajo la autoridad del Ordinario del lugar lo que se refiere a la administración y gasto de los bienes que hayan recibido en donación o legado para causas pías”.
Casi nueve millones de dólares, relojes de marca y un arma de guerra, ¿podrían calificarse como destinados a 'causas pías'? ¿A quién quería 'ayudar' López con tanto dinero en efectivo? Si allí solo residen un puñado de monjas, entonces, ¿por qué se seguía construyendo, si el sitio no brindaba servicio educativo alguno, y ni siquiera albergaba a desamparados?
Puede decirse que, en el caso de referencia, ha quedado expuesta una suerte de inmoralidad de la moral, donde se han profanado el respeto y el sentido común; ni siquiera las imágenes religiosas han servido.En su peor faceta, la política cruzó todas frontera tolerable.
Hemos estado ciegos durante más de una década, y el mal del kirchnerismo extendió su repulsiva vanidad y ambición -hasta tocar los límites de lo sagrado.
Nuestra falta de conciencia colectiva, esa comodidad que empuja a no forzar a la razón de cara a los hechos más inauditos, la vergüenza de un sistema de justicia arrodillado ante el poder -justicia que se limitaba a dictar sentencias absolutorias y permitía que la impunidad ganase siempre la pulseada-, fueron causas para efectos que ahora enlodan el presente.
Durante más de una década, la sociedad argentina caminó engañada ante una realidad travestida, que la condujo sigilosamente a anestesiarse frente a la inmoralidad; se dilapidaron dineros públicos y el 'todo vale' fue la razón perfecta para aquél 'vamos por todo' -a costa de todos.
Así fue como aquel 'proyecto nacional y popular' se convirtió en un mecanismo para el enriquecimiento de aves de rapiña que gestionaron nuestra destrucción.
Así fue como aquel 'proyecto nacional y popular' se convirtió en un mecanismo para el enriquecimiento de aves de rapiña que gestionaron nuestra destrucción.
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