Herramientas para obtener la victoria en la guerra contra el terrorismo islamista
Tras el execrable ataque terrorista en Niza, Francia, millones de ciudadanos estadounidenses, franceses...
Tras el execrable ataque terrorista en Niza, Francia, millones de ciudadanos estadounidenses, franceses y otros en todo el globo probablemente estén preguntándose qué puede hacerse para detener la aparentemente incesante oleada de letales ataques terroristas registrados desde Dhaka, Bangladesh a San Bernardino, California.
Tales ataques han sido perpetrados empleándose explosivos, armas de mano y, ahora -en el caso de Niza- hasta un vehículo común y corriente. Aquí, en los Estados Unidos, el fundamentalismo islámico ha complotado -o bien atacado- al país al menos veinticinco veces desde el inicio de 2015 -por lejos, el período más activo de actividad terrorista desde el 11 de septiembre de 2001.
No será, entonces, momento para responder sin pensar; antes bien, es hora de tomar una aproximación seria ante la amenaza, y lo que podemos hacer para evitarla en nuestros propios países.
Estados Unidos ha enfrentado 89 complots o ataques terroristas de parte del fundamentalismo islamista contra suelo estadounidense desde el 9-11, y más de un cuarto de esos episodios se registró en los pasados dieciocho meses.
Setenta y ocho de estos complots involucraron a un terrorista nacido en suelo estadounidense. En once de los casos, hubo éxito de parte de los perpetradores, quedando el saldo de 91 ciudadanos estadounidenses fallecidos, mientras que otros muchos han resultado heridos o bien severamente afectados por los episodios. Cinco de esos complots tuvieron lugar en los últimos doce meses, cercenando la vida de sesenta y ocho ciudadanos americanos. Desde luego, si no fuese por el trabajo de nuestras agencias de inteligencia y fuerzas de policía, otros complots terroristas hubiesen tenido éxito, asesinando -probablemente- a miles de personas más.
La realidad devuelta por el éxito y el fracaso debería ser la medida de nuestros esfuerzos futuros. Nuestros más grandes éxitos han llegado en la forma de victorias logradas merced a un muy difícil trabajo policial, y gracias a la vigilancia ejecutada por nuestra comunidad de inteligencia. Agentes encubiertos, escuchas telefónicas, la informática forense y muchas otras herramientas han sido críticas para detener al terrorismo islamista. Toda vez que hemos fallado al momento de detener un ataque, solemos preguntarnos por qué nuestra policía o nuestras agencias de inteligencia fallaron al momento de reconocer y detener la amenaza.
Nuestro mayor activo a la hora de prevenir la actividad terrorista han sido -y deben seguir siéndolo- nuestras agencias de inteligencia y fuerzas de policía armadas con las herramientas y recursos que necesitan. Desde el 9/11, Estados Unidos ha tomado medidas importantes en tal sentido, pero hemos de continuar para mejorar y refinar tales técnicas.
Esto no significa que nuestro gobierno pueda ignorar nuestros derechos bajo la Constitución. Cada ley y programa debe mostrarse en sintonía con derechos y garantías. Y esto significa que, dentro de los límites constitucionales, las poderosas y proactivas herramientas investigativas otorgadas a nuestras fuerzas de seguridad deben caracterizarse por una cautelosa supervisión de parte de todas las ramas del gobierno.
Al hacerlo, lograremos maximizar tanto nuestra seguridad como nuestra libertad -antes que intercambiar una por la otra.
Asistido por los esfuerzos de cooperación entre comunidades, las tareas de contra-radicalización, una mejora en el intercambio de información entre el FBI y fuerzas de policía, sumados a otros enfoques preventivos de cara al terrorismo, Estados Unidos puede evitar más complots terroristas antes de que tengan lugar.
Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/07/16/these-are-the-tools-we-need-to-win-the-long-war-against-islamist-terrorism/
Experto en el think tank estadounidense Heritage Foundation (Washington, D.C.), en temas relativos al ciberespacio y Seguridad Interior. Publica papers y análisis en el medio estadounidense The Daily Signal.