INTERNACIONALES: DANIEL KOCHIS

El sistema de trampas en el olimpismo ruso, emblema del régimen de Putin

Los Juegos Olímpicos Edición XXXI han dado inicio en Río de Janeiro, Brasil. Conforme uno asistía...

09 de Agosto de 2016

Los Juegos Olímpicos Edición XXXI han dado inicio en Río de Janeiro, Brasil. Conforme uno asistía al desfile de las delegaciones nacionales, podía notarse que el contingente ruso era notablemente más pequeño. La razón: poco más de un centenar de atletas rusos recibieron la prohibición de competir en los Juegos, dado su empelo de drogas para optimizar la performance deportiva.

En diciembre de 2014, la Agencia Mundial Antidopaje comenzó a evaluar alegatos de que Rusia administraba una operación de doping permitido desde el Estado, para sus atletas olímpicos. Las investigaciones de la agencia hallaron que, en efecto, Rusia había regenteado una operación estatal para dopar a su delegación participante en los Juegos de verano de 2012 en Londres, y lo propio sucedió en los Juegos Olímpicos de Invierno -en los cuales Rusia ofició de anfitrión en Sochi.

JJ.OO.Uno de los informes investigativos, dado a conocer el próximo-pasado 18 de julio, expresó que el 'Ministerio de Deportes de Rusia dirigió, comandó y supervisó la manipulación de resultados analíticos de muestras, intercambiándolas...'. El informe también citó el involucramiento activo del Centro para la Preparación Deportiva en Rusia, y del Servicio de Seguridad Federal ruso (FSB).


El director del Comité Olímpico Internacional caracterizó el accionar de Rusia como 'ataque perturbador y sin precedentes', en perjuicio de la integridad del deporte y de los Juegos Olímpicos.

Sin embargo, ningún aspecto del programa ruso de dopaje debiera sorprender. Antes bien, se trata de otro ejemplo de la naturaleza brutal del régimen ruso. Tal como lo describiera el think tank estadounidense The Heritage Foundation (Washington, D.C.) en un informe, el régimen es 'una autocracia que justifica y respalda el férreo control del poder político por vía de la fuerza, el fraude, y un ataque definitivo y sólidamente ideológico contra Occidente en general, y los Estados Unidos en particular'.

El régimen del presidente ruso Vladimir Putin encuentra la manera de autodefinirse en su embate contra los EE.UU. Putin ve a Rusia como una gran potencia e, indudablemente, entiende que las medallas olímpicas cuentan como otro medio desde el cual solidificar el estatus de su país como gran potencia.

En oportunidad de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010, Rusia finalizó décimoprimero en el conteo global de medallas, obteniendo solamente tres preseas de oro, cinco de plata y siete de bronce. En Sochi, sin embargo, en lo que representó el cénit de la operación de dopaje patrocinada desde alto nivel estatal, Rusia se hizo acreedora de trece medallas de oro, once de plata y nueve de bronce -finalizando en el primer lugar del podio en el conteo general.

Asimismo, Rusia busca burlarse de las normas, valores y estándares de conducta internacionales. El escándalo de doping demuestra una cabal falta de respeto por la integridad del deporte, así como también por las organizaciones internacionales que llevan a cabo los Juegos Olímpicos, y por los países y atletas que toman parte del evento, a lo largo del mundo.

En julio, el Comité Olímpico Internacional (COI) falló en contra de emitir una prohibición contra los atletas olímpicos rusos en los Juegos, dejando la decisión en manos de las federaciones internacionales de cada disciplina -esto es, para que definieran si acaso los atletas de la Federación Rusa recibirían o no prohibiciones individuales para participar.

La Agencia Mundial Antidopaje criticó la decisión del Comité Olímpico Internacional de no prohibir a los atletas rusos en general, tras argumentar que las investigaciones 'expusieron, más allá de cualquier duda razonable, un sistema de dopaje regenteado desde el Estado en Rusia que compromete seriamente los principios del deporte limpio, encarnados en el Código Mundial Antidopaje'.

En tanto algunos atletas rusos podrán participar en los JJ.OO. de Río, el escándalo del doping ha subrayado, una vez más, la naturaleza criminal del régimen ruso. Naturaleza que explicita su presencia en el mismísimo seno de las acciones de ese país, tanto a nivel doméstico como en el plano internacional.

El próximo presidente de los Estados Unidos habrá de llegar a la Oficina Oval considerando a Rusia como lo que realmente es -y no como a los EE.UU. le gustaría que ese país se comportase. Rusia no está en capacidad de ser un socio internacional creíble; el alcance de la operación de doping patrocinada por el Estado, así como el involucramiento del gobierno de Moscú en su dirección, deja expuesta con claridad aquella naturaleza.


Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2016/08/05/russian-olympics-cheating-is-emblematic-of-the-nature-of-putins-regime/

 

Sobre Daniel Kochis

Es Analista de política exterior en la Fundación Heritage, en Washington, D.C. Su trabajo es publicado también en el sitio web The Daily Signal.