Vientos de guerra comercial, tras el exceso de capacidad del acero chino
En un escenario mundial extremadamente complejo y peligroso, en el que cada vez...
En un escenario mundial extremadamente complejo y peligroso, en el que cada vez se vuelven más evidentes los enfrentamientos de poder por gigantescos intereses, el conflicto que atraviesa la industria del acero es uno de los que lleva la delantera, siendo el foco de atención de organismos internacionales de peso. Todos ellos tienen puesta la mirada sobre todo en un solo país: China.
Al gigante asiático se le reclama reducir la sobrecapacidad de producción de acero, y se lo acusa de ser el responsable de ejercer una guerra de precios anticompetitivos bajo la forma de dumping. Cómo maneje este tema el país asiático, será determinante a la hora de decidir si la comunidad internacional le concede o no el estatus tan codiciado de economía de mercado el próximo diciembre.
El 27 de julio pasado, la OMC, la organización que fija las reglas del comercio mundial, emitió un comunicado crítico hacia China por considerar que 'no está cumpliendo con determinadas pautas para ser reconocida como economía de mercado en diciembre'.
Un mes antes, a través de la agencia oficial de noticias chinas Xinhua, elgigante asiático había amenazado con una guerra comercial a la UE si esta no la reconocía oficialmente como economía de mercado.
Sin embargo, a principios de agosto la Comisión Europea anunció la imposición de aranceles definitivos 'antidumping' a laminados de acero procedentes de China con el fin de proteger al sector siderúrgico del viejo continente.
Todo aparenta estar irremediablemente relacionado. Jyrki Katainen, vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Empleo y Crecimiento, expresó a la prensa recientemente: 'Hay un vínculo claro entre la sobrecapacidad y el dumping y el estatus de economía de mercado'.
Un problema llamado China
Para muchas industrias y trabajadores del sector siderúrgico mundial, el problema que atraviesa el acero tiene un nombre y se llama China. La desaceleración económica del país asiático, sobretodo en el sector de la construcción, fue uno de los factores que contribuyeron a volcar los excedentes de la producción del acero chino en todo el planeta, agravando la crisis del sector siderúrgico mundial y afectando no solo la industria sino también el empleo.
Sin embargo, industriales y gobiernos han denunciado el exceso de capacidad y las prácticas anticompetitivas de dumping como una de las raíces del problema, en el afán expansionista del dragón rojo de quedarse con todo lo que tiene al alcance de la mano. Ejemplos no faltan.
'Hoy, China es el país más denunciado por prácticas desleales de dumping. El 35 % del total de las medidas antidumping impuestas en los últimos años son contra este gigante asiático', escribió Daniel Novegil, CEO de Ternium, en el portal La Política Online.
En el año 2000, China generaba el equivalente al 3% de la producción mundial del acero, mientras que ahora, en tan solo 15 años, alcanzó a más de la mitad de la producción global. Y es más, este fenómeno del exceso de capacidad abarca a otros sectores como el aluminio, cemento, vidrio y embarcaciones, agravando la crisis del sector siderúrgico mundial.
Las repercusiones en la industria y en el empleo del sector son notorias: para tomar como dato de referencia, en 2015 las importaciones de acero no pertenecientes al TLCAN (Tratado de Libre Comercio América del Norte) fueron del 22 por ciento del mercado norteamericano (frente al 21% de 2014). Asimismo, desde que se inició la crisis, se han perdido 85 mil empleos en la industria del acero europea, según cifras de la patronal EUROFER.
China, por más que aspire a ser una economía de mercado, en realidad es todo lo contrario, no es otra cosa que una economía centralmente planificada, con control sobre el tipo de cambio, la tasa de interés y el sector bancario. Además no respeta las reglas del comercio internacional por la intervención estatal en la regulación del comercio exterior con reintegros, derechos de exportación y subsidios directos e indirectos prohibidos por la OMC. De esta manera el gigante asiático contribuye a distorsionar el comercio internacional enviando al resto del mundo los excesos de su capacidad de producción, con precios subsidiados.
La escalada parece no parar. La presión sigue aumentando y la cuenta regresiva a diciembre se va achicando. Vientos de guerra comercial se vislumbran en el horizonte.
Artículo desarrollado por Fabio Santoro, para La Gran Epoca. Fotografía: industria siderúrgica china | Crédito: Xinhua
Con sede central en Nueva York (EE.UU.) y publicado en formato online y ediciones impresas en 21 idiomas, La Gran Epoca (Epoch Times, en inglés) publica noticias sin censura sobre la República Popular China, con foco en las violaciones contra los derechos humanos de parte del gobierno de Pekín.