INTERNACIONALES: MARIA CELSA RODRIGUEZ

La toma de Caracas, ¿acto de desobediencia civil?

El 1ero. de septiembre, los venezolanos se preparan para tomar Caracas...

29 de Agosto de 2016
El 1ero. de septiembre, los venezolanos se preparan para tomar Caracas, como una forma de lograr -desde la presión popular- que se efectúe el Referendo Revocatorio contra Nicolás Maduro.
 


¿Es factible hablar de desobediencia civil? Al respecto, Christian Bay reflexiona: 'Al margen de la acción revolucionaria, la desobediencia civil es el correctivo de las democracias que han perdido su legitimación clásica'.

Tras lo cual, habrá que preguntarse: ¿es Venezuela un gobierno legítimo?

Es sabido que el resultado de las elecciones que dieron supuestamente como ganador a Maduro sembraron dudas, conforme el sistema de sufragio electrónico exhibió fraude, más allá de que el propio Maduro entienda que su mandato es legítimo por haber sido el 'elegido' de Chávez. De igual manera, su gobierno es ilegitimo, porque Maduro no es ciudadano venezolano, sino colombiano -lo cual quebranta el Artículo 41 de la Constitución venezolana, que reza: 'Sólo los venezolanos y venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta de la República, Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva'.

Nicolás Maduro ha ido más lejos, violando los derechos humanos básicos de la ciudadanía: el pueblo padece hambre, carece de medicamentos e insumos, e infantes y niños mueren a causa de la escasez de lácteos.

CFK, Nicolás MaduroLa desobediencia buscará tener un impacto en lo político y en lo institucional, escapando de la sumisión al régimen imperante, en tanto la Administración buscará sancionar con rigor recurriendo a la fuerza; empleará, una vez más, la violencia para prevenir futuras desobediencias y debilitar el empuje del pueblo, con su legítimo derecho a manifestarse.

En su libro 'Enfoques de la desobeciencia civil', Xabier Etxeberria explica: 'La primera razón para la desobediencia civil en régimenes democráticos proviene de las tensiones que puedan darse entre derechos humanos y decisiones democráticas […] cuando no funcionan bien la dinámica mayorías-minorías. O cuando no funcionan adecuadamente la división de poderes, cosas que tienen que ocurrir con frecuencia porque los partidos mayoritarios tiende a generar un ejecutivo que incluso que si sale oficialmente del legislativo, marca las pautas de éste, e intenta controlar a través de él a los jueces […] Si se muestra que esta dinámica está taponada de una u otra manera, pasa a hacerse legítimo el recurso a la desobediencia civil'

Hugo Chávez -ya enfermo- dice a su hermano Adam, en una llamada telefónica: '¿Quién iba a pensar que el enemigo lo teníamos nosotros ahí metido?' -en referencia a quienes ahora manejan el régimen, una continuidad de él, un nefasto gobierno que ya dura diecisiete años. El vídeo de referencia revela el manejo de un narcoestado, en donde cada uno de los integrantes conforma una trama perfecta, en que la víctima es el pueblo. 'No solo hay militares y funcionarios metidos en el narcotráfico; los demás organismos de seguridad se dedican al secuestro, extorsión y tortura'. En este caso, la desobediencia civil hace las veces de antorcha que, transportada por el pueblo, busca que el gobierno no incorpore más poder que aquel que los ciudadanos le han concedido. ¿Fue así realmente? Recordemos que Maduro llegó al poder por vía del fraude. Es, el pueblo venezolano, una suerte de Antígona que desobedece al prepotente Creonte: la iniciativa coincide con desobedecer las amenazas de Maduro, y marchar el 1 de septiembre.

La revista Polis, en su presentación: 'Estado, Derecho y Desobediencia Civil' (de Carlos Fabian Pressacco) dice: 'Los actos de desobediencia civil son parte de un Estado de derecho democrático, y se desarrollan en sociedades maduras que logran procesar sus conflictos, aceptando que las leyes e instituciones legalmente establecidas pueden “fallar”, admitiendo un espacio para la construcción de interpretaciones distintas a las predominantes que sin embargo, pretenden ser consideradas justas'. Por su parte, Hannah Arendt afirma: 'Cuando un significado número de ciudadanos ha llegado a convencerse o bien que ya no funcionan los canales normales de cambio y de que sus quejas no serán oídas o no darán lugar a acciones ulteriores'. ¿Qué les queda? ¿Seguir padeciendo escasez? ¿Hacer cada día largas colas para conseguir un poco de alimento? ¿Cuál es la salida? ¿Acaso la sumisión ante la mentira de una guerra económica inexistente, o la rebeldía al régimen que los aniquila lentamente?

Henry Thoreau, en Desobediencia Civil, escribió: 'Creo que, antes que súbditos, tenemos que ser hombres'. Y los hombres, a lo largo de su historia, han luchado por su libertad. Por romper las cadenas de dictaduras que pisotearon sus derechos. Porque la sumisión conduce a la esclavitud y al hambre. El venezolano de a pie ha sido domesticado, acostumbrándoselo a que conviva con la propia inhumanidad.

Completa Thoreau: 'Toda máquina produce una fricción, y ésta probablemente no es suficiente para contrarrestar el mal. En todo caso, es un gran mal hacer gran bulla al respecto. Pero cuando la fricción se apodera de la máquina y la opresión y el robo se organizan, les digo, no mantengamos tal máquina por más tiempo. Si la injusticia es parte de la fricción necesaria de la máquina del gobierno, vaya y venga, tal vez la fricción se suavice – ciertamente la máquina se desgasta. Si la injusticia tiene un resorte, una polea, un cable, una manivela exclusivamente para sí, quizá usted pueda considerar si el remedio no es peor que la enfermedad; pero si es de tal naturaleza que le exige a usted ser el agente de injusticia para otro, entonces yo le digo, incumpla la ley. Deje que su vida sea la contra fricción que pare la máquina'.

Los venezolanos, pues, deberán -el 1ero. de septiembre- parar la máquina.

 
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