ESTADOS UNIDOS: JAMES ROBERTS & W. T. WILSON

Plan de doce pasos para promover una mayor libertad económica en el mundo

En las décadas transcurridas desde que el think tank estadounidense The Heritage Foundation...

31 de Agosto de 2016

En las décadas transcurridas desde que el think tank estadounidense The Heritage Foundation publicara su Indice de Libertad Económica en 1995, el mundo ha asistido a profundos avances en materia de libertad económica.

Las economías abiertas han oficiado de líderes en el mundo, protagonizando una explosicón de innovación y crecimiento económico, en tanto las autoridades políticas se han encontrado con un escenario en el que, cada vez más, se ven obligadas a rendir cuentas ante aquellos a quienes gobiernan.

Infortunadamente, Estados Unidos ha retrocedido en los ránkings publicados por el índice de referencia -propiciada esta situación por el descuidado gasto estatal en que ha incurrido el gobierno federal, factor que ya se ha salido de control y ha conducido a un impresionante déficit de presupuesto. La prolongada caída de EE.UU. se ha caracterizado por una expansión económica reprimida, y por un extremadamente lento crecimiento del empleo.

De tal suerte que, en el presente e importantísimo año electoral, la Fundación Heritage ha dedicado su Agenda Global para la Libertad Económica -de alcance global- a un examen pormenorizado de las maneras en que la libertad económica de Estados Unidos puede mejorarse, y lograr lo propio a la hora de consolidar un impacto positivo en la economía global.

Estados UnidosLos siguientes son doce pasos que el próximo presidente de los Estados Unidos de América puede tomar en 2017, a los efectos de cosechar una mayor libertad económica no solo para los EE.UU., sino también para el resto del mundo:

1. Los trabajadores y consumidores estadounidenses se han visto beneficiados del comercio internacional, pero las barreras globales que perjudican el libre tránsito de bienes, servicios e inversión (ejemplos: barreras no-tarifarias y regímenes para la inversión poco transparentes) se multiplicaron bajo la Administración del presidente Barack Obama. La próxima Administración habrá de promover la libertad económica, reduciendo tales barreras y abriéndose a nuevos mercados.
2. China enfrenta gigantescos desafíos económicos que, de proseguir su marcha sin brindarse respuestas, arrastrarán hacia abajo a la economía mundial. Por principio, el próximo presidente estadounidense deberá presionar al liderazgo chino, a los efectos de firmar un acuerdo de inversión bilateral que facilite el modo de hacer negocios.
3. El precio y la disponibilidad de uno de los insumos más importantes para la producción -la energía- se beneficiará de una mayor liberalización de los mercados energéticos de los Estados Unidos y del mundo.
4. La exportación de subsidios financieros desde el Ex-Im Bank estadounidense (y desde cualquier otro sitio) es innecesaria, en tanto distorsiona las economías mundiales y la de EE.UU. en sí misma. El Export-Import Bank debería ser clausurado.
5. El crecimiento económico estadounidense deberá ser optimizado, a partir de una mejor coordinación de políticas de orden internacional, en donde EE.UU. oficie de líder. El próximo presidente debería poner término al ineficiente proceso del G-20, creando un nuevo núcleo, más informal: un G-9, en donde se involucre a las nueve economías más grandes del planeta.
6. El Fondo Monetario Internacional fue creado para traer estabilidad al sistema financiero internacional. Pero el organismo deberá retornar a los motivos que propiciaron su fundación, promoviendo políticas monetarias basadas en reglas, en lugar de rescatar a naciones que fallan a la hora de cumplir con tales reglas.
7. Los puntajes de numerosas naciones en materia de libertad económica mejorarían sustancialmente, si no fuera por la preeminencia de la corrupción. La próxima Administración estadounidense habrá de convertir a la lucha contra la corruptela en un componente crítico en los programas de asistencia financiera, desde EE.UU. hacia otros países.
8. El próximo presidente deberá evaluar la totalidad de los programas de ayuda al extranjero considerando su efectividad, e insistir en que el Congreso actualice el Acta de Asistencia al Extranjero -data de 1961-, a criterio de depositar a la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) bajo el control del Departamento de Estado.
9. Las firmas de propiedad estatal fuertemente subsidiadas representan un factor crítico que obstaculiza el desarrollo. El próximo presidente debería reevaluar a las firmas americanas de propiedad estatal, retirar al gobierno de actividades que es deseable queden para el sector privado, y arengar a que otras naciones hagan lo propio.
10. El próximo presidente deberá confrontar a los Estados que, adredre, implementan políticas perniciosas que amenazan a la seguridad internacional y al comercio global; a tal efecto, el gobierno de EE.UU. deberá desarrollar una estrategia de sanciones que ponga la mira sobre aquellos países que causen problemas, priorizándose aquellas reformas que optimicen la libertad económica.
11. Las políticas de cambio climático son otra área en donde las decisiones del gobierno federal han generado oportunidades para el capitalismo de amigotes que buscan renta fácil y que han dañado la libertad económica mientras nada hacían -lo cual termina afectando la temperatura a nivel global. La próxima Administración habrá de tomar acciones inmediatas para retirarse de la ineficiente Convención sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, y poner fin a los pagos estadounidenses destinados al Fondo Climático Verde de la ONU.
12. El socialismo corporativo -patrocinado por el gobierno federal-, a menudo resguardado en el disfraz de la promoción de responsabilidad social y corporativa, se ha incrementado notablemente durante el gobierno de Obama. El próximo presidente deberá evaluar los riesgos de este tipo de formatos y poner fin a los premios enmarcados bajo la etiqueta de 'excelencia corporativa', créditos 'verdes' en materia impositiva, y otros modos de Estado de bienestar destinado a firmas privadas.

Este compendio de políticas revitalizadas, enmarcadas en la Agenda Global para la Libertad Económica (Edición 2017) generará nuevos y buenos empleos para los ciudadanos estadounidenses, y dará lugar a un flujo mucho más libre de capitales, bienes, servicios e ideas, alrededor del mundo.


 

Sobre James M. Roberts

Es Analista en temáticas de Libertad Económica y Crecimiento en el Centro para Comercio Internacional y Economía (CITE). Responsable de tareas de investigación, desarrollo y análisis del Indice de Libertad Económica (desarrollado en conjunto entre la Fundación Heritage y The Wall Street Journal). Sirvió durante 25 años en el Departamento de Estado, desempeñándose en el servicio exterior en las embajadas de los Estados Unidos en México, Portugal, Francia, Panamá y Haití