Brasil y El Salvador: ¡Y dale, con el golpe!
En El Salvador, el FMLN ha vuelto a condenar la destitución de Dilma Rousseff...
06 de Septiembre de 2016
En El Salvador, el FMLN ha vuelto a condenar la destitución de Dilma Rousseff como presidente de Brasil, calificándolo de 'golpe' -a pesar de que la destitución se ha llevado a cabo en cumplimiento de la constitución brasileña. El gobierno salvadoreño inicialmente anunció que estaba 'evaluando' la situación de Brasil para determinar en qué tipo de relación quiere estar con el nuevo gobierno suramericano. Afortunadamente, decidió no repetir el ridículo que hizo cuando la ahora ex-presidente fue removida temporalmente para que pudiera ser juzgada, cuando el gobierno mismo dijo que lo que había pasado en Brasil era un golpe de estado y habló amenazantemente al nuevo gobierno brasileño. Ahora, el gobierno no ha tropezado con esa piedra, pero el FMLN sí lo hizo.
Estas protestas y amenazas son ciertamente reveladoras de una tóxica actitud de prepotencia que los salvadoreños ya conocemos en el FMLN. La insistencia de que lo sucedido en Brasil fue un golpe, evidencia claramente que el partido ve a la política como una lucha por el poder desnudo en el que la legalidad y la legitimidad no juegan ningún papel. La ex-presidente violó la constitución, y el tribunal que la misma constitución establece que debe decidir sobre la remoción de un presidente que la viola decidió que tenía que removerla. Pero al FMLN no le importa la legalidad, solo que a un correligionario lo separaron del poder que ya tenía bien agarrado.
Al FMLN tampoco le importa que el gobierno de Rousseff y el Partido de los Trabajadores (PT) ha perdido toda legitimidad en Brasil. La razón específica por la que han removido a la ex-presidente es porque maquilló las cuentas del presupuesto, a la hora de presentarlo ante el parlamento. Ese es el nudo jurídico. Pero, además, la destitución de Dilma Rousseff ha tenido lugar en medio del gran escándalo que la enorme corrupción de los tres gobiernos del PT (dos de Lula y uno de Rousseff) ha causado en el mundo entero. El FMLN también ha ignorado las enormes concentraciones que se han dado a todo lo ancho y largo de Brasil para pedir que la Rousseff se fuera. El pueblo ya estaba harto de la mezcla de incompetencia y corrupción que el PT mostró durante todo su mandato.
El FMLN ha reaccionado de una manera idéntica a como lo hizo con lo que ha ocurrido en Venezuela, en donde ha ignorado la terrible represión y la miseria económica que el gobierno de Nicolás Maduro ha impuesto sobre la población venezolana. También, el FMLN ha apoyado las trampas que el gobierno del presidente Maduro está realizando para atrasar el referéndum revocatorio, sabiendo que el gobierno lo va a perder pero que, si se hace después de una cierta fecha, el Socialismo del Siglo XXI retendría de todos modos el poder a través del ahora vicepresidente.
Igualmente, el FMLN no ha dicho nada ante el descaro de lo que el presidente Daniel Ortega ha hecho en Nicaragua —expulsar a todos los diputados de la oposición, bloquear cualquier otro posible competidor en las elecciones presidenciales, y presentarse en equipo con su esposa en dichas elecciones como candidatos únicos. Ese es realmente un golpe de Estado con miras a instalar una tiranía del siglo XIX en el siglo XXI. Pero, como es de un tirano aliado, entonces está bien.
Es fácil ver en la respuesta del FMLN a estos hechos la máxima expresión de prepotencia: la creencia de que ellos y sus aliados ideológicos están por encima de la ley y la constitución en cualquier país. Si esto es lo que ellos sienten con relación a Brasil, Venezuela y Nicaragua es fácil imaginar que eso es lo que sienten también en El Salvador. Es la misma actitud que toman aquí con respecto a la constitución salvadoreña y la institución que se encarga de interpretarla y hacer que se cumpla, la Sala de lo Constitucional.
Lo que ha pasado en Brasil evidencia que el Imperio del Derecho está, al fin, tomando forma en Latinoamérica, y que los abusos de poder tienen consecuencias en la región. Pero el FMLN no respeta el Estado de Derecho. Lo que quiere es apropiarse del Estado y utilizarlo para sus propósitos sin responderle a ninguna ley o persona.
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@ElCatoEnCorto
Sobre Manuel Hinds
Economista y consultor económico, Hinds se desempeñó como Ministro de Hacienda de El Salvador entre 1994 y 1999. Se le considera el padre de la dolarización, tras haber propuesto la idea en su país. Es autor de Playing Monopoly with the Devil: Dollarization and Domestic Currencies in Developing Countries (publicado por Yale University Press en 2006) y co-autor con Benn Steil de Money, Markets and Sovereignty (Yale University Press, 2009). Hinds también es columnista de El Diario de Hoy de El Salvador. En 2010, obtuvo el Premio Hayek del Manhattan Institute.