150 aniversario de la Batalla de Curupaytí
El Ejército Argentino y el Ministerio de Defensa recordaron la Batalla de Curupaytí, acontecida...
24 de Septiembre de 2016
El Ejército Argentino y el Ministerio de Defensa recordaron la Batalla de Curupaytí, acontecida el 22 de septiembre de 1866 en la fortaleza homónima de la margen izquierda del Río Paraguay.
Este hecho bélico marcó a toda una generación de jóvenes que ofrendaron sus vidas en la defensa del Pabellón Nacional. Muchos de ellos -aún estudiantes- se alistaron en el Ejército y, fieles a sus ideales nacionalistas, marcharon para combatir en tierras guaraníes.
La conmemoración del 150° aniversario comenzó el 20 de septiembre, oportunidad en que la Banda Militar 'Tambor de Tacuarí', perteneciente al Regimiento de Infantería 1 'Patricios', deleitó a los presentes con una velada de música en el auditorio de la Sala de Representantes del histórico edificio de la Manzana de las Luces. Allí, pudieron oírse marchas, polcas y canciones de la época en que se desarrollaba la Guerra del Paraguay.
Por su parte, el maestro de Banda, Mayor Diego Cejas, ejecutaba pausas entre melodías, a criterio de explicar los significados de cada verso o estrofa.
Al día siguiente, en el salón auditorio 'General Manuel Belgrano', del Edificio Libertador, se llevó a cabo un simposio con la participación de distinguidas personalidades, que supieron ilustrar los hechos más violentos acontecidos aquel mediodía del 22 de septiembre.
Entre los disertantes, estuvo el Dr. Miguel Ángel De Marco, quien se refirió a los episodios individuales de coraje y valentía de oficiales, suboficiales y soldados que integraron los distintos batallones de la Primera División al mando del general Wenceslao Paunero. Una de las anécdotas contadas por el doctor De Marco fue la del abanderado del Batallón Nro 1 de Santa Fe, Subteniente Mariano Grandoli, de 17 años, que, mientras hacía flamear su ya deshilachado trapo, recibió catorce balazos. Según expresó después su jefe, el Coronel Ávalos, la insignia había quedado manchada por la sangre de 'quien la llevaba tan dignamente'.
A su turno, el Dr. Rosendo Fraga contó cómo las provincias aportaban sus batallones y recordó el de Salta, comandado por el coronel Segundo Roca, padre del que posteriormente sería presidente de los argentinos en dos oportunidades, el General Julio Argentino Roca. Este buen soldado, con sus 66 años, marchó junto a sus cuatro hijos -sólo regresaron dos. A él lo sorprendíó la muerte en el campamento, previo a entrar en combate.
Con esta anécdota y otras tantas, el Dr. Fraga supo mantener cautivo a un público integrado por autoridades civiles y militares, nacionales y extranjeras, y cursantes de distintos niveles de los institutos de formación y perfeccionamiento del Ejército Argentino, entre otros.
Para cerrar, el General Héctor Prechi, magíster en Historia de la Guerra, expuso sobre el tema desde una perspectiva militar, explicando las tácticas utilizadas por las fuerzas empeñadas, la geografía en que tuvo lugar la contienda, y las consecuencias que trajeron las órdenes impartidas por el comandante en jefe de las fuerzas aliadas, el General Bartolomé Mitre quien, además, era presidente de la República Argentina.
Cabe destacar que estos tres disertantes tuvieron el honor de ser presentados por el presidente del Instituto Argentino de Historia Militar, General (R) Rafael Barni, quien dio la bienvenida a los participantes, e hizo una breve pero interesante introducción del tema.
Para dar cierre al simposio, pronunció palabras de agradecimiento el Jefe del Ejército, Teniente General Diego Suñer, y la Banda Militar “Tambor de Tacuarí” ejecutó un silencio militar, seguido de la canción de Curupaytí, que fue entonada por todos los presentes, mientras se proyectaban en pantalla las imágenes de la película argentina Su mejor alumno, que recrea los momentos más singulares de la batalla.
El jueves 22 por la mañana, en el Panteón de los Guerreros del Paraguay, ubicado en el cementerio de la Recoleta con la presencia de autoridades militares, invitados especiales y público, se depositaron ofrendas florales y se ejecutó el toque de silencio militar en honor a los caídos en aquel hecho bélico.
Para finalizar, hizo uso de la palabra el Jefe de Patricios, el Coronel Oscar Santiago Zarich, donde agradeció la presencia de los representantes de estos países amigos y resaltó el valor de los soldados que ofrendaron sus vidas en la batalla.
En horas de la tarde, en la plaza de armas del Regimiento de Patricios, se llevó a cabo la ceremonia militar en la que se condecoraron las banderas nacionales de guerra extranjeras, se distinguió a las unidades participantes de la Batalla de Curupaytí, y el presidente del Instituto Argentino de Historia Militar y el jefe del Ejército, pronunciaron palabras alusivas.
Con este acto, finalizaron las jornadas dedicadas a mantener viva la llama de aquellos hombres que ofrendaron sus vidas en el asalto a la fortaleza de Curupaytí, cuyo coraje bien refleja el escudo que el Gobierno mandó a acuñar en 1872 y que expresaba: 'Honor al valor y disciplina'.
Este hecho bélico marcó a toda una generación de jóvenes que ofrendaron sus vidas en la defensa del Pabellón Nacional. Muchos de ellos -aún estudiantes- se alistaron en el Ejército y, fieles a sus ideales nacionalistas, marcharon para combatir en tierras guaraníes.
La conmemoración del 150° aniversario comenzó el 20 de septiembre, oportunidad en que la Banda Militar 'Tambor de Tacuarí', perteneciente al Regimiento de Infantería 1 'Patricios', deleitó a los presentes con una velada de música en el auditorio de la Sala de Representantes del histórico edificio de la Manzana de las Luces. Allí, pudieron oírse marchas, polcas y canciones de la época en que se desarrollaba la Guerra del Paraguay.Por su parte, el maestro de Banda, Mayor Diego Cejas, ejecutaba pausas entre melodías, a criterio de explicar los significados de cada verso o estrofa.
Al día siguiente, en el salón auditorio 'General Manuel Belgrano', del Edificio Libertador, se llevó a cabo un simposio con la participación de distinguidas personalidades, que supieron ilustrar los hechos más violentos acontecidos aquel mediodía del 22 de septiembre.Entre los disertantes, estuvo el Dr. Miguel Ángel De Marco, quien se refirió a los episodios individuales de coraje y valentía de oficiales, suboficiales y soldados que integraron los distintos batallones de la Primera División al mando del general Wenceslao Paunero. Una de las anécdotas contadas por el doctor De Marco fue la del abanderado del Batallón Nro 1 de Santa Fe, Subteniente Mariano Grandoli, de 17 años, que, mientras hacía flamear su ya deshilachado trapo, recibió catorce balazos. Según expresó después su jefe, el Coronel Ávalos, la insignia había quedado manchada por la sangre de 'quien la llevaba tan dignamente'.
A su turno, el Dr. Rosendo Fraga contó cómo las provincias aportaban sus batallones y recordó el de Salta, comandado por el coronel Segundo Roca, padre del que posteriormente sería presidente de los argentinos en dos oportunidades, el General Julio Argentino Roca. Este buen soldado, con sus 66 años, marchó junto a sus cuatro hijos -sólo regresaron dos. A él lo sorprendíó la muerte en el campamento, previo a entrar en combate.
Con esta anécdota y otras tantas, el Dr. Fraga supo mantener cautivo a un público integrado por autoridades civiles y militares, nacionales y extranjeras, y cursantes de distintos niveles de los institutos de formación y perfeccionamiento del Ejército Argentino, entre otros.
Para cerrar, el General Héctor Prechi, magíster en Historia de la Guerra, expuso sobre el tema desde una perspectiva militar, explicando las tácticas utilizadas por las fuerzas empeñadas, la geografía en que tuvo lugar la contienda, y las consecuencias que trajeron las órdenes impartidas por el comandante en jefe de las fuerzas aliadas, el General Bartolomé Mitre quien, además, era presidente de la República Argentina.
Cabe destacar que estos tres disertantes tuvieron el honor de ser presentados por el presidente del Instituto Argentino de Historia Militar, General (R) Rafael Barni, quien dio la bienvenida a los participantes, e hizo una breve pero interesante introducción del tema.
Para dar cierre al simposio, pronunció palabras de agradecimiento el Jefe del Ejército, Teniente General Diego Suñer, y la Banda Militar “Tambor de Tacuarí” ejecutó un silencio militar, seguido de la canción de Curupaytí, que fue entonada por todos los presentes, mientras se proyectaban en pantalla las imágenes de la película argentina Su mejor alumno, que recrea los momentos más singulares de la batalla.El jueves 22 por la mañana, en el Panteón de los Guerreros del Paraguay, ubicado en el cementerio de la Recoleta con la presencia de autoridades militares, invitados especiales y público, se depositaron ofrendas florales y se ejecutó el toque de silencio militar en honor a los caídos en aquel hecho bélico.
Para finalizar, hizo uso de la palabra el Jefe de Patricios, el Coronel Oscar Santiago Zarich, donde agradeció la presencia de los representantes de estos países amigos y resaltó el valor de los soldados que ofrendaron sus vidas en la batalla.
En horas de la tarde, en la plaza de armas del Regimiento de Patricios, se llevó a cabo la ceremonia militar en la que se condecoraron las banderas nacionales de guerra extranjeras, se distinguió a las unidades participantes de la Batalla de Curupaytí, y el presidente del Instituto Argentino de Historia Militar y el jefe del Ejército, pronunciaron palabras alusivas.
Con este acto, finalizaron las jornadas dedicadas a mantener viva la llama de aquellos hombres que ofrendaron sus vidas en el asalto a la fortaleza de Curupaytí, cuyo coraje bien refleja el escudo que el Gobierno mandó a acuñar en 1872 y que expresaba: 'Honor al valor y disciplina'.