India ataca a bases terroristas paquistaníes: impedir una escalada
Diez días después de un ataque contra una base del Ejército de la India en Cachemira, Nueva Delhi...
Diez días después de un ataque contra una base del Ejército de la India en Cachemira, Nueva Delhi lanzó una serie de ataques quirúrgicos a lo largo de la Línea de Control (LoC) que divide a la Cachemira india de la paquistaní, a los efectos de neutralizar bases terroristas e impedir ataques futuros contra la India (desde tales bases). Los ataques indios se constituyen en la primera vez que India cruza la LoC para ejecutar ataques dentro de territorio paquistaní al menos desde 1999, cuando ambas naciones combatieron en una guerra fronteriza de carácter limitado.
Funcionarios del ejército paquistaní negaron que India había llevado a cabo los ataques fronterizos, afirmando: 'La noción de ataques quirúrgicos vinculados a supuestas bases terroristas es una ilusión generada deliberadamente desde la India, con el objeto de crear falsos efectos'. En igual sentido, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Paquistán emitió un comunicado: 'Tales expresiones, falsas y premeditadas, solo pueden escalar la frágil situación de seguridad en la región'. En lugar de ello, funcionarios paquistaníes afirman que soldados indios abrieron fuego contra posiciones paquistaníes desde sus posiciones en la LoC, prolegómenos que suelen tener lugar en forma periódica.
El Director General de Operaciones Militares de India, Teniente General Ranbir Singh declaró, por su parte, que los ataques quirúrgicos de la India habían neutralizado siete 'plataformas terroristas' situadas dos o tres kilómetros en territorio paquistaní, provocando 'bajas significativas'. Informes de medios de comunicación en la India refirieron que la operación incluyó fuerzas terrestres y fuerzas movilizadas en helicópteros, y que elementos de las Fuerzas Especiales Indias fueron desplegadas en paracaídas para ejecutar la operación.
La reacción estadounidense ante la novedad de los ataques de la India se caracterizaron por la mesura. El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo el jueves que la India y Paquistán deben evitar una escalada y continuar las conversaciones que tengan por objetivo desactivar la tensión. Previo a conocerse los datos sobre los ataques, la Consejera de Seguridad Nacional, Susan Rice había compartido expresiones favorables para con la India, que había llamado a Paquistán a 'tomar acciones decisivas para combatir y deslegitimar a entidades y terroristas designados por Naciones Unidas, incluyendo a Lashkar-e-Taiba, Jaish-e-Muhammad, y afiliados'.
Los ataques indios demuestran la nula predisposición del gobierno de Modi de limitarse a tolerar las provocaciones de parte de Paquistán. El ataque registrado en Uri el pasado 18 de septiembre fue la segunda mayor provocación paquistaní en un lapso de nueve meses. A comienzos de enero, un grupo terrorista basado en Paquistán, Jaish-e-Mohammad, atacó una base aérea india en Pathankot, apenas días después de que el primer ministro Narendra Modi se acercara a Paquistán, realizando una visita de buena voluntad a Lahore. El ataque de Uri pareció demostrar las intenciones de Paquistán de redoblar la apuesta, a criterio de atraer la atención internacional sobre Cachemira, en un momento en que las protestas de la sociedad civil contribuyen a complicar la región.
En tanto Estados Unidos muestra su preocupación ante la posibilidad de una escalada militar entre los dos rivales -que cuentan con armas nucleares-, funcionarios del gobierno de EE.UU. podrían verse reacios a la posibilidad de criticar a la India y sus operaciones (dirigidas a impedir futuros ataques contra su territorio). La frustración de Washington con el fracaso de Islamabad a la hora de aplicar la ley contra grupos terroristas como la red Haqqani -que opera en Afganistán- ha llegado a su pico, en los últimos seis meses. Por primera vez, en junio del año en curso, el Departamento de Defensa decidió bloquear un fondo militar especial de US$300 millones destinado originalmente a Paquistán, debido al fallo de Islamabad en el combate contra los santuarios de Haqqani.
La reacción de China tras los ataques indios también ha sido limitada. El vocero de la Cancillería china, Geng Shuang, declaró que Pekín estaba en comunicación con ambos países, y que expresaba sus esperanzas a criterio de que puedan lidiar con sus diferencias en un modo que mantenga la paz y la seguridad regionales.
Los funcionarios paquistaníes podrían estar sobreestimando el nivel de respaldo que reciben desde China, en momentos en que la tensión se incrementa en el subcontinente. Por ejemplo, el 19 de septiembre, un prominente académico chino con estrechos vínculos con el gobierno en Pekín, condenó con firmeza el ataque de Uri, y declaró que la escalada de tensiones entre la India y Paquistán podría poner en peligro los planes para el Corredor Económico Sino-paquistaní.
La cuestión china y su rol en la disputa indo-paquistaní fue tratada en un panel de expertos el pasado miércoles en la Fundación Heritage (Washington, D.C.). En el tratamiento de los temas, mencioné puntualmente las preocupaciones de la India de cara a la promesa china de invertir US$ 46 mil millones en el proyecto económico CPEC en Paquistán, por cuanto este proyecto ha potenciado la confianza de Islamabad al autoevaluar su posición regional, desalentándola de involucrarse en un diálogo con Nueva Delhi. Más adelante, señalé que Washington deberá convencer a Pekín de que, si acaso China desea corroborar una disminución en la amenaza terrorista-islamista en el Sur de Asia, entonces debería convencer a Islamabad de que persiga a los proxies terroristas que atacan a la India.
Ciertamente, los funcionarios de Estados Unidos trabajan con esmero tras bambalinas para calmar las tensiones entre los rivales nucleares. Las expresiones de línea dura de Rise (NSA), criticando el respaldo paquistaní al terrorismo el pasado miércoles, podrían estar dirigidas a disuadir una réplica militar de la India por el ataque acusado en URI. Hoy, sin embargo, el escenario es completamente diferente, y Estados Unidos debe exigir a las partes que se restrinjan de actuar.
Artículo original, en inglés, en http://dailysignal.com/2016/09/30/india-strikes-across-line-of-control-to-neutralize-terrorist-bases-in-pakistan/
Es analista senior en la Fundación Heritage (Washington, D.C., Estados Unidos); experta en las relaciones económicas y políticas entre el gobierno de EE.UU. e India, Paquistán y otras naciones del Sudeste de Asia. Su trabajo también es publicado en español en la web Libertad.org.